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JUAN CHÁVEZ
El tema de cuánto gana López Obrador como presidente, ya lo abordé y demostré que al sueldo que se asignó, hay que añadir aquello en los que los demás si gastan: gasolina, impuestos, el predial entre ellos, el agua, la comida, la servidumbre, la movilidad y otras cosas más, que suman buen pico.
La servidumbre, en Palacio Nacional, cobra bien, mejor que algunos empleados de alto nivel. Son prestaciones que figuran en el presupuesto federal bajo el rubro “Presidencia de la República”.
Ahora, con bolitas y palitos, festinó un colega columnista, la Corte le demostró al peje porque los ministros ganan más que él.
Los argumentos de ida y de vuelta en torno al tope de los salarios de los funcionarios públicos se reavivaron en los últimos días, esto después de que la nueva secretaria de Gobernación le pidiera a la Corte que informara qué están haciendo para que nadie en el máximo tribunal gane más que el titular del Ejecutivo.
El presidente López Obrador gana 122,257 pesos mensuales libres. Ésa es la información oficial disponible a través de la Plataforma de Transparencia. Y en ese rango salarial se ha mantenido a lo largo de su administración.
El gobierno federal puso nuevamente sobre la mesa el tema de los salarios de la burocracia y la aplicación del artículo 127 de la Constitución, que establece que ningún funcionario público puede ganar más que el titular del Ejecutivo.
De hecho, el primer “acto político”, si se le pudiera llamar así, de Luisa María Alcalde Luján como secretaria de Gobernación fue precisamente realizar una petición de información a la Corte sobre la aplicación de dicho mandato a nivel interno.
“Conforme a la atribución de la @SEGOB_mx de vigilar el cumplimiento de los preceptos constitucionales por las autoridades del país, solicitamos a la @SCJN informe sobre el cumplimiento al artículo 127 constitucional que prohíbe recibir mayor remuneración que el Presidente”, compartió la funcionaria el 27 de junio en su cuenta de Twitter.
El tema ha sido recurrente a lo largo de la presente administración, pues la reducción de los salarios de los funcionarios públicos fue una de las promesas de campaña de López Obrador. Pero no lo ha logrado tal como lo tenía pensado, al menos no del todo.
A nivel de su gobierno, se le pasó tijera al presupuesto, se recortaron sueldos y se cumplió con el plan. Pero al analizar el resto de la administración pública federal, hay varios cargos que todavía tienen remuneraciones superiores en el Banco de México, el INE, la Cofece, el IFT, el Inegi y el Poder Judicial.
Tal como se ha planteado en este espacio previamente, este tema ha sido objeto de varios rounds entre el gobierno morenista y los órganos autónomos, con algunas disposiciones legales que han sido consideradas inconstitucionales por la SCJN, un nuevo intento de reforma pendiente en la Cámara de Diputados y la presión mediática para que esto se concrete.
La respuesta de la Suprema Corte llegó a Bucareli el lunes, signada por Rafael Coello Cetina, secretario general de Acuerdos de la SCJN.
Antes de cualquier cosa, se le explica a la titular de la Segob que ella no tiene facultades para pedirle cuentas a otro de los Poderes de la Unión, sólo a las dependencias y entidades del gobierno.
En la actualidad, el salario de las ministras y los ministros es de 206,948 pesos mensuales netos, es decir, casi 70% más que el titular del Ejecutivo. Pero en su explicación retoman un punto clave, y que incluso fue parte de los argumentos para declarar inconstitucional una parte de la Ley Federal de Remuneraciones, el cual cabe en la siguiente pregunta: ¿Cuánto gana realmente el Presidente?
A decir de la SCJN, la remuneración de AMLO no se integra solamente por el sueldo bruto asignado en el Presupuesto de Egresos, y de donde surgen los 122,257 pesos mensuales netos que actualmente gana, sino que incluye también “todas las prestaciones en especie propias del cargo, entre otras, alimentación, transporte, habitación, menaje de casa, seguridad, servicios de salud, ente otros”. Y así está de hecho considerado en el artículo 127 de la Constitución.
El punto es que sigue sin aclararse cuánto gana realmente el Presidente. Una buena respuesta se fundamentaría en la transparencia, ejercicio que implicaría reconocer todos los recursos públicos que son destinados para sus gastos de vida y determinar así el techo real de las remuneraciones de los funcionarios públicos para apegarse efectivamente a lo establecido en el artículo 127 de la Constitución.
En aras de la moralidad y la justicia social, tal vez éste podría ser un buen proyecto para la nueva titular de la Segob, aprovechando que ella misma puso el tema sobre la mesa. Por ahora, de lo poco que es público, lo que sí sabemos, es que de vales de despensa López Obrador recibe 1,215 pesos mensuales (quizá apenas para una tamaliza, con las que agasaja a sus invitados).
La señora Alcalde, con su petición a la Corte, solo clavó a su jefe y demostró que ni es buena jurista ni buena política.
