JUAN CHÁVEZ
La presidenta Sheinbaum rechaza que las nuevas reformas a las leyes permitan espionaje y censura.
Ni la ciudadanía ni los medios de comunicación deben ser atemorizados, clarificó.
Afirmó que las comunicaciones seguirán protegidas por la Constitución y aseguró que el gobierno no vigilará a la ciudadanía.
El miércoles pasado negó que las reformas aprobadas por el Congreso, conocidas como la “ley espía” por la oposición, autorice la intervención de comunicaciones privadas o la vigilancia ciudadana.
Durante su conferencia matutina, la primera mandataria acusó a sus adversarios políticos y a algunos medios de “mentir deliberadamente” y generar confusión entre la población.
El gobierno de México informó que la nueva Ley de Telecomunicaciones y Radiodifusión no faculta a la autoridad para espiar ni censurar, y que los mecanismos establecidos en el dictamen aprobado por los legisladores replican los que ya existían en la Ley que estuvo vigente desde 2014.
“Las comunicaciones privadas son inviolables. La ley sancionará penalmente a quien viole la privacidad”, afirmó Sheinbaum al citar el artículo 16 constitucional.
Explicó que, conforme a la legislación que estuvo vigente, una intervención telefónica sólo podía realizarse mediante orden judicial. En casos excepcionales, como desapariciones o secuestros, las autoridades pueden solicitar datos directamente a las compañías telefónicas.
“No somos un gobierno espía. Nosotros fuimos espiados, todos, de una u otra manera, por ser parte del movimiento”, dijo Sheinbaum, en referencia a los integrantes de la llamada Cuatroté.
También insistió en que su administración trabaja por un país con paz y seguridad, pero respetando plenamente los derechos y libertades de los ciudadanos.
“Es falso, es mentira. En ningún momento se está espiando a nadie. Lo que queremos es construir un país seguro, en paz”, reiteró.
Por otra parte, sobre las reformas a la Ley General de Población, Sheinbaum aclaró que la Clave Única de Registro de Población (CURP) ya funcionaba como número oficial de identidad desde antes, por lo que este punto no representa una novedad ni una amenaza a la privacidad.
La presidenta rechazó que las reformas a las leyes permitan espionaje. Afirmó que las comunicaciones seguirán protegidas por la Constitución y aseguró que el gobierno no vigilará a la ciudadanía.