JUAN CHÁVEZ
¿Habrá sobrerrepresentación?
De acuerdo con la Constitución y las leyes electorales, no.
Acontece que la secretaria de Gobernación Luisa María Alcalde, luego de las cifras oficiales del PREP de las elecciones del 2 de junio, informó de cifras alegres en las que incluyó, tanto para la Cámara de Diputados como el Senado, el ocho por ciento fijado por las legislaciones para diputados y senadores de las listas d representación proporcional.
Pero existe un tope que señala el límite para tener o no tener derecho a la proporcionalidad y esto lo definirá el Instituto Nacional Electoral (INE) en agosto próximo.
Como en toda transición presidencial, se abren muchas interrogantes. La continuidad absoluta no existe. Las condiciones nacionales e internacionales cambian, el carácter del gobernante no es el mismo, los equipos suponen nuevos perfiles, las mayorías son distintas, las finanzas públicas imponen mayores o menores restricciones y la realidad –más que los otros datos– acaba por obligar a tomar rutas no previstas.
Sobre la mayoría de las interrogantes no cabe más que la especulación. Por ejemplo, a partir de los nombramientos para el próximo gabinete ya se discute no sólo la competencia de los elegidos sino si algunos de ellos y ellas fueron imposiciones o parte de la negociación con el presidente saliente.
Pero por ahora, eso no importa o, no importa tanto. Lo que interesa es el futuro inmediato. El de aquí al 1 de octubre.
Lo primero es lo primero: Atajar la sobrerrepresentación y con ello alejar o al menos atenuar las reformas antidemocráticas que están en el Congreso.
Del lado de los ciudadanos la primera acción es seguir peleando porque no opere la sobrerrepresentación que lo único que hace es distorsionar -como ha insistido Ciro Murayama- la voluntad popular y violar la Constitución.
Los votantes no le dieron mayoría calificada a la coalición Seguimos Haciendo Historia. Sería ilegal que se la diera el INE o el Tribunal Electoral. El partido que quedó en quinto lugar de votos emitidos con el 8% (PVEM) no puede tener más diputados que el que consiguió el segundo lugar con el 17% de la votación (PAN).
Al dar la pelea de la sobrerrepresentación, estaríamos dando también la pelea sobre el futuro de las reformas y en particular sobre la reforma al poder judicial que por lo pronto acapara la discusión pública.
En esto podría jugar un papel fundamental Claudia y –¡qué esperanza! también el todavía presidente López Obrador. Tengo la casi certeza de que, si ambos sacan las manos de este asunto, es decir, si no presionan políticamente a los consejeros y magistrados electorales, estos votarían conforme a lo que establece la Constitución: Una sobre representación máxima del 8% y otorgada en porcentajes más bajos para evitar la sobre representación, que es lo que fijan las leyes.
Supongamos que un partido o coalición ganara el 100% de los 300 puestos para diputados de mayoría relativa y peleara la representación proporcional, esta no cabría. ¿De dónde? Es el caso de las cifras fijadas jurídicamente. Es el porcentaje el que juega. No hay de otra.