JUAN CHÁVEZ
Ayer se celebró el Día Internacional del Mariachi.
Los mariachis de mi tierra/de mi tierra tapatía/ voy hacerte mi canción…Así es la expresión hecha melodía, ligadas todas, las que entonan los mariachis, a la cultura mexicana.
Son las leyendas que tejen la cultura popular de nuestro país. Una leyenda, que junto con la de la China Poblana (que ni es china ni es poblana), no toca los tiempos actuales porque la juventud baila al son de los ritmos enloquecedores del reggaetón, el rap y el pop que son una gritería de nula sentimentalidad.
La festividad cayó en mi ociosidad dominical, como recuerdo de mis lejanos tiempos de bohemia, cuando de vez en vez caía en el Tenampa, considerado el santuario de los mariachis.
Juan I. Hernández fundó el Salón “Tenampa” en el año de 1925, mismo año en el que el mariachi llega a la plaza que hoy conocemos como Garibaldi.
Con el “Mariachi Cocula” de Concepción “Concho” Andrade, y el “Mariachi Reyes” de José Reyes, se inicia en ese año la Tradición Musical de la Plaza Garibaldi de la ciudad de México, y nace la leyenda del Tenampa.
En el Tenampa se mezclan el son, la canción ranchera, la canción bravía y el bolero ranchero. Ahí se convive con el tequila y el ponche de granada o de arrayán.
En el Tenampa debutan los primeros grupos de la música que es esencia de México: el “Mariachi Cocula” de Concepción “Concho” Andrade, y el “Mariachi Reyes” de José Reyes, y nace la leyenda del Tenampa.
El vulgo ha rebajado la categoría del mariachi a una expresión como no seas mariachi, para denotar equivocaciones, errores y desdoro.
El significado de la palabra mariachi no proviene del español. En realidad, eso no importa porque el mariachi sin duda es algo muy importante para la cultura mexicana, además que nos distingue en todo el mundo.
La UNESCO nombró al mariachi y sus expresiones como Patrimonio Inmaterial de la Humanidad en 2011. El mariachi es un símbolo representativo de México y es inevitable no emocionarse al escuchar el sonido característico de este género musical que a lo largo de los años ha puesto el nombre de nuestro país en alto.
Aunque de inmediato al escuchar la palabra mariachi lo relacionamos a esta música que a más de uno nos ha hecho cantar y hasta bailar.
El mariachi, una expresión musical emblemática de México, tiene sus raíces profundamente arraigadas en la historia del país.
Aunque la fecha exacta de su origen es difícil de precisar, se estima que el mariachi emergió a principios del siglo XIX en la región occidental de México.
Jalisco, y más específicamente la ciudad de Cocula, es comúnmente reconocida como la cuna del mariachi.
Una canción de Manuel Esperón y Ernesto Cortázar que inmortalizó el charro cantor Jorge Negrete en los 50 del siglo pasado, así lo señala, por lo menos:
De Cocula es el mariachi
de Tecalitlán los sones
de San Pedro su cantar
de Tequila su mezcal
y los machos de Jalisco
afamados por entrones
para eso traen pantalones.
En el Día Internacional del Mariachi, este domingo, se estrenó el quiosco de los Mariachis en la Plaza de Garibaldi y yo recordé como en el Tenampa festejé a mis tres hijos cuando despuntaban en su adolescencia.