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JUAN CHÁVEZ. Hoy, 25 de agosto, estoy cumpliendo 89 años, de los que 73 he dedicado al ejercicio del periodismo, incluidos los años en que impartí la catedra de periodismo de opinión en la Universidad Tecnológica (Unitec).
Hoy, más que nunca, estoy convencido de que no hemos pasado del pasado. Y que estamos peor, frente a un (des) gobierno que llegó a destruir y no a construir.
Acabó con la reforma educativa para imponer la suya, que está dirigida generar educandos con fines electorales y que den continuidad al malhadado proyecto de transformación que no ha hecho otra cosa que devastar lo conquistado en los últimos 25 años antes de 2018 que debutó el “destructor”.
“Este gobierno no llegó a construir, sino a destruir”, dijo este jueves Eduardo Sojo, expresidente del Inegi y director del Laboratorio Nacional de Políticas Públicas, tras referirse a los cambios que ha implementado en la educación la administración de López Obrador.
Durante su participación en el Foro MeetPoint. Clase Media: ¿En extensión o extinción?, Sojo apuntó que la educación está viviendo “síntoma de lo que hemos visto a lo largo y ancho” de todas las políticas públicas del país. “Lo que hemos visto es la destrucción sin construcción, este gobierno no llegó a construir, sino a destruir”, afirmó.
En el colmo, la inflación, para la que tal destructor invierte cifra millonaria para controlar lo incontrolable, está agotando el poder adquisitivo de la mayoría de los hogares mexicanos.
México vive la maldición de un gobierno apegado al narco crimen que desprestigia a los sectores productivos y a sus líderes que llama “conservadores fifís”, mientras a los líderes de los cárteles los denomina como “señor” Guzmán Loera, “señor” Caro Quintero.
Dice un politólogo acertadamente que el presidente se expresa implacable contra sus críticos y opositores y es dócil ante los más peligrosos criminales. A sus rivales políticos, cárcel; a los criminales, «abrazos no balazos». Al dinero de los empresarios, persecución fiscal; al dinero del «Rey del Huachicol», bienvenida en Morena.
Inflación y gobierno de la cuatroté van de la mano. Son el binomio maldito que golpea a la sociedad y que tiene que aguantar con una paciencia sorprendente.
La cebolla, el huevo y el tomatillo, junto con otros alimentos, se dispararon este mes de agosto. Los pobres, aunque les cueste un ojo de la cara, tienen que seguir mal comiendo, mientras en Palacio, jure usted que eso ni le va ni le viene, porque la alimentación del soberano cirquero, familia, ayudantes y servidumbre, se paga con los dineros del pueblo. Es vivir gratis a costa de un erario que se ve sacudido… por las locuaces acciones de un dizque gobierno.
