JUAN CHÁVEZ
¿El 1 de junio se puede ir a votar sin un acordeón?
Claro, pero te llevaría unos 16 minutos leer los listados de las seis boletas para escoger finalmente tus candidatos.
Es difícil que mantengas en la mente entre 23 y 37 los nombres de los aspirantes, para colocar sus números (dos dígitos) en la boleta correspondiente.
De cualquier forma, con acordeón o sin él, te llevará tiempo emitir tu voto en las seis boletas para el nuevo Poder Judicial Federal y tres boletas más para el judicial local
En total hubo tres mil 400 personas registradas para participar en la elección de ministros, magistrados y jueces en la desfachatada jornada dominical, en la que imperará, sin duda, el abstencionismo.
Este domingo, a querer o no, asistiremos al velatorio de los restos mortales de la justicia, la democracia y el país.
La 4T, con su segundo piso que le construye la presidenta Sheinbaum, acaparará todo el poder. Se convertirá en dictadorcita, bajo las instrucciones de su progenitor político que despacha desde su rancho La Chingada, en Palenque.
Los contrapesos, el poder judicial que será sustituido era el último, pasarán a mejor vida.
El domingo se instalarán poco más de 800 mil casillas en todo el país para elegir 881 cargos judicial del Poder Judicial de la Federación, y 1800 de la justicia local.
Cada ciudadano y ciudadana recibirá 6 boletas electorales con entre 152 y 221 nombres distintos, y deberá elegir entre 23 y 37 personas juzgadoras.
La democracia quedara sin defensores, cuando los votantes pongan números a sus boletas… porque ahora no hay que cruzar las boletas.
Para poder conocer e identificar ese número de candidaturas tendría que invertirse al menos 15 horas a fin de investigar y conocer la información y trayectoria de cada candidatura, de manera que se pueda definir quién será la elección.
Siendo realistas este escenario parece utópico. Por eso, desde hace varios días se han visto en redes sociales y en la calle acordeones que circulan con los números de las candidaturas a elegir. Estos acordeones son el reflejo fiel de lo que es una elección que no debió ser, y todos los vicios que tiene este proceso electoral.
En sentido estricto los acordeones son una mala práctica que no debería permitirse, pues en realidad constituyen un intento de incidir en el voto ciudadano, el cual debe ser libre y secreto.
Sin embargo, siendo realistas y ante las enormes dificultades para identificar las diferentes candidaturas y determinar su idoneidad para el cargo, en los hechos representan una alternativa viable para que la gente sepa por quién ir a votar.
El simple hecho de que la gente necesite un acordeón para salir a votar pone el énfasis en que las elecciones judiciales que se llevan a cabo no son un ejercicio idóneo para definir quiénes serán las personas juzgadoras dentro del Poder Judicial, pues en realidad la ciudadanía no tiene interés en este proceso electoral y mucho menos las herramientas para poder identificar a las y los mejores perfiles para desempeñar la función jurisdiccional.
Incluso no se vislumbra una participación ciudadana significativa.
Los acordeones que circulan representan la complejidad de una elección que tiene su fundamento en una vendetta caprichosa por parte de quienes nos gobiernan.
Morena no ganó la mayoría calificada para aprobar reformas constitucionales que originaron la elección del Poder Judicial. Baste recordar que la obtuvo vía una sobrerrepresentación que retorció la ley electoral. Y aun así le faltaban votos para aprobar la reforma. No olvidemos cómo los consiguió, mediante el voto de Yunes, bajo investigación por corrupción junto con otros miembros de su dinastía política.
A cambio, Yunes obtuvo impunidad. Y a eso súmenle las tácticas del “martes negro” en el Senado —cambios de sede, alianzas inconfesables y violaciones del proceso legislativo– con las cuales Morena construyó una mayoría ilegítima. La fruta de la elección proviene de un árbol torcido.
Lo que fue el PRI con el acarreo, el ratón loco, la urna embarazada, el carrusel, el voto corporativo, el voto inducido, es ahora Morena, con su nueva modalidad del “acordeón” ajustado para las boletas ininteligibles.