JUAN CHÁVEZ
El Jesús de la Biblia, hace dos mil años, se dejó crucificar para salvar a la humanidad. Nuevamente Israel, se erige como salvador del mundo en su guerra de misiles para destruir el arsenal nuclear de Irán.
Irán es el único país que ha hecho pública su política armamentista. Asegura que tiene uranio enriquecido para fabricar ocho o nueve bombas nucleares.
Israel, metido como cuña en territorio palestino por la ONU en 1948 al ser reconocido como Estado, abrió fuego de misiles contra Irán con la mira de eliminar su amenaza nuclear.
La madrugada del pasado viernes 13 de junio, Israel lanzó un ataque aéreo contra Teherán y otras ciudades de Irán.
Según la versión oficial, el objetivo era destruir enclaves militares y nucleares estratégicos de la República Islámica. El gobierno israelí declaró haber eliminado a “nueve científicos y expertos de alto nivel”, calificando la operación como “un duro golpe a la capacidad del régimen iraní para adquirir armas de destrucción masiva”.
Para entender el origen de esta confrontación, es necesario remontarse a la creación del Estado de Israel en 1948. Fue el resultado de la ideología sionista y del proyecto colonial que impulsaron potencias como Reino Unido y Estados Unidos.
La fundación del nuevo Estado (Israel) se realizó sobre territorio palestino, provocando la expulsión de cientos de miles de personas en un proceso de limpieza étnica conocido como la Nakba (término árabe que significa “catástrofe”).
Desde un inicio, muchos países de la región (de población árabe), entre ellos Irán, mostraron su rechazo al plan de partición de Palestina de la ONU, alertando sobre el riesgo de una escalada de violencia regional.
Irán abogaba por un único Estado federal que garantizara los derechos de todos los habitantes.
Posteriormente, en 1953, en plena Guerra Fría, Estados Unidos y Reino Unido auspiciaron un golpe de Estado para derrocar al entonces primer ministro iraní Mohammad Mosaddeq. Así se instauró el régimen del shah Mohammad Reza Pahlavi. Bajo su mandato, Irán se convirtió en un aliado del bloque occidental, e Israel se benefició significativamente del petróleo iraní, acumulando una deuda que nunca ha reconocido ni saldado.
La situación cambió radicalmente en 1979, con la Revolución Islámica liderada por el ayatolá Jomeini. Irán rompió su dependencia de Estados Unidos y adoptó una política exterior de confrontación con respecto a Israel, marcando el inicio de una enemistad abierta.
Israel posee un programa nuclear avanzado desde finales de la década de 1970. Aunque mantiene una política de “ambigüedad estratégica” –no confirma ni niega oficialmente su capacidad nuclear.
La existencia de su arsenal es reconocida internacionalmente desde que en 1986, el técnico Mordejái Vanunu revelara al periódico Sunday Times información sobre las instalaciones de Dimona. A consecuencia de ello, Vanunu fue secuestrado por el Mossad en Roma y juzgado por traición y espionaje. Permanece prácticamente incomunicado desde entonces.
Por su parte, Irán parece que no dispone de armamento nuclear, aunque su programa ha sido objeto de controversia internacional. Las negociaciones sobre su desarrollo han sido reiteradamente interrumpidas por tensiones geopolíticas, como el reciente ataque israelí.
Pero este no es el primer ataque directo de Israel a Irán en los últimos años. Desde el inicio de la ofensiva israelí sobre Gaza, el Estado hebreo ha atacado directamente a la república Islámica al menos en dos ocasiones y ha llevado a cabo múltiples acciones indirectas.
El primer ataque directo tuvo lugar el 1 de abril de 2024, con el bombardeo del consulado iraní en Siria y el asesinato de altos mandos de la Guardia Revolucionaria. La respuesta iraní fue limitada: lanzó unos 300 drones, la mayoría de los cuales fueron interceptados.
El 31 de julio de 2024, Israel bombardeó la residencia de Ismail Haniyeh, líder político de Hamás, en otro episodio que agravó las tensiones regionales.
Además, Netanyahu persigue perpetuar el estado de guerra con el fin de asegurar su continuidad al frente del ejecutivo y, por tanto, su inmunidad frente a los casos de corrupción que le acechan desde hace varios años.
Por otra parte, el ataque se produce justo cuando comenzaban las negociaciones entre Washington y Teherán en relación con el programa nuclear iraní.
A estas alturas Trump ha anunciado que analiza la intervención directa contra Irán, lo que supone que el líder ruso Putin, le entraría también al conflicto, lo que constituiría el primer paso de la Tercera Guerra Mundial.
Ya Trump presume el control de los cielos de Irán.