JUAN CHÁVEZ
No parece lógico que, con tanta anticipación, Claudia Sheinbaum haya empezado a nombrar a seis de los integrantes del gabinete que la acompañará en sus seis años de gobierno.
Faltan 102 días para que tome posesión y ha anunciado que el próximo jueves 27 de junio nombrará otros seis.
Parece que ha tomado la decisión de ir designando su gabinete en capítulos de seis en seis.
En los primeros nombramientos, destacan las figuras de tres que incuestionablemente serán de su círculo rojo: Marcelo Ebrard, secretario de Economía; Juan Ramón de la Fuente, secretario de Relaciones Exteriores y Ernestina Godoy, consejera jurídica.
Los otros tres nombramientos –del gabinete cuenta gotas—son: Rosaura Ruiz encabezará una nueva secretaría: El nuevo Conacyt se convertirá en la secretaría de Ciencias, Humanidades, Tecnología e Innovación. Antes, fue titular de la secretaría de Educación, Ciencia y Tecnología e Innovación (SECTEI) de la CDMX, cuando Sheinbaum fue jefa de Gobierno capitalina. Su tarea será llevar a cabo el proyecto de las universidades Rosario Castellanos.
Alicia Bárcena será secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) y Julio Berdegué Sacristán, secretario de Agricultura y Desarrollo Rural (Sader).
Berdegué Sacristán ha participado en el grupo Diálogos por la Transformación en la coordinación de desarrollo rural y soberanía alimentaria.
Bárcena actualmente es titular de la SRE en el gobierno de López Obrador. Es licenciada en Biología y tiene una maestría en Ecología, por la UNAM.
Godoy fue nombrada en 2028 al frente de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México.
El adelanto en la nominación de sus primeros seis colaboradores tiene dos interpretaciones:
La primera es que lo que busca la Presidenta electa es quitarse de encima presiones de ya sabes quién.
En la medida que vaya haciendo nombramientos va cerrando la puerta a recomendaciones de López y a presiones de grupos internos de Morena y de los otros partidos satélites con los que va a gobernar.
Más de alguno de los dirigentes del Verde y del PT que por haber ido en coalición con Morena, ya se ven en el gabinete, al igual que algunas de las actuales secretarias y secretarios que buscan repetir.
La segunda, más estratégica, es tener algunos puntales en el equipo que puedan comenzar a tener interlocución con actores importantes ya como parte del nuevo gobierno.
En este sentido, veremos a Ebrard, desde la futura secretaría de Economía, actuar como vicepresidente.
Hay todavía una larga lista de pretensos: La primera es que lo que busca la presidenta electa es quitarse de encima presiones de ya sabes quién. En la medida que vaya haciendo nombramientos va cerrando la puerta a recomendaciones del presidente y a presiones de grupos internos de Morena y de los otros partidos satélites con los que va a gobernar. Más de alguno de los dirigentes del Verde y del PT ya se vieron en el gabinete, al igual que algunas de las actuales secretarias y secretarios que buscan repetir.
La segunda, más estratégica, es tener algunos puntales en el equipo que puedan comenzar a tener interlocución con actores importantes ya como parte del nuevo gobierno.
Los nombramientos permiten entender el tamaño de la presión del presidente sobre su pupila. Y se centran en cinco carteras, tres secretarías y dos paraestatales: secretaría de la Defensa; secretaría de Seguridad, donde el gran tema a seguir es si aparece ahí Omar García Harfuch y la secretaría de Energía, que prefigura o no un cambio de política energética y, por supuesto, las direcciones de CFE y Pemex.
Los gabinetes dicen mucho de un gobierno, y al mismo tiempo son lo que más fácil y rápido puede cambiar, incluso antes de que comience.