JUAN CHAVEZ
Quien provee las armas a los cárteles del crimen organizado, es su mayor y mejor cómplice.
No es que Trump las provea, pero es cierto, sin duda alguna, que tolera el comercio de compra por parte de los cárteles.
De otra forma, ¿Cómo explicar que los sicarios obtengan armas de alto poder y, más que nada, los cientos de miles de cartuchos para que operen su capacidad en las matazones que día a día se registran en Culiacán y en varios estados?
En un plan así, hay que considerar al presidente gringo como cómplice de los cárteles que ahora su gobierno se propone liquidar con ataques de drones. Es una especie de autor intelectual.
Ante este panorama y por ser considerados los cárteles como terroristas, la presidenta Sheinbaum responde con un blindaje constitucional para blindar legalmente la soberanía (territorio) nacional y endurecer las sanciones contra quienes faciliten el tráfico de armas hacia territorio mexicano.
La presidenta Claudia Sheinbaum anunció este jueves 20 de febrero dos reformas a la Constitución contra la intromisión externa, y para imponer la «pena más severa» a los extranjeros que intervengan en México, como respuesta a que Estados Unidos declaró terroristas a seis cárteles del narcotráfico.
Además, en la mañanera del pueblo», reafirmó que la secretaría de Relaciones Exteriores ampliará su demanda contra los fabricantes y vendedores de armas en Estados Unidos para acusarlos de cómplices de terrorismo tras esta clasificación.
«Lo que queremos dejar claro frente a esta designación es que nosotros no negociamos la soberanía, esta no puede ser una oportunidad por parte de Estados Unidos para invadir nuestra soberanía (territorio).
Ellos pueden ponerles el nombre que decidan, pero con México es colaboración y coordinación, nunca subordinación, no injerencismo y menos invasión», expresó la Presidenta.
Sheinbaum pidió que «quede claro» que «no hay injerencismo, no hay violación a la soberanía (territorio)» a pesar de que el departamento de Estado estadounidense considera a partir de ahora como terroristas a los cárteles de Sinaloa, Nueva Generación (CNG), el del Golfo, el del Noreste, la Nueva Familia Michoacana y los Cárteles Unidos.
Ayer escribí que soberanía y territorio no son sinónimos y hoy acudo al paréntesis para dejar claro que la narrativa de Sheinbaum es por el territorio y no la soberanía.
En mis clases de Teoría del Estado en la Facultad de Derecho de la UNAM, aprendí que el término soberanía es una entelequia, cuestión que en mi entrega de ayer no toque porque consideré que era más valioso precisar porque no son sinónimos.
Ahora que queda claro que cuando la presidenta y funcionarios, mencionan ”la defensa de la soberanía”, se están refiriendo al territorio nacional, añado que los sicarios de los carteles deben sentirse en la gloria, ya que al ser designados terroristas por Trump, la presidenta responde con reformas constitucionales … para castigar severamente a los responsables del tráfico de armas y a quienes usen drones contra México.
«Ambos países queremos combatir a grupos de delincuencia organizada que hacen actos ilegales en ambos países, y ahí estamos trabajando muy bien en la coordinación, pero nosotros tenemos que garantizar que es bajo colaboración y coordinación, nunca violando de ninguna manera la soberanía (territorio) de México», manifestó en Palacio Nacional.
Los agregados a la Constitución por iniciativa de Sheinbaum son al artículo 40 para afianzar que «el pueblo de México, bajo ninguna circunstancia aceptará intervenciones, intromisiones o cualquier otro acto desde el extranjero que sea lesivo de la integridad, independencia y soberanía (territorio) de la Nación».
Esto incluye «golpes de Estado, injerencias en elecciones o la violación del territorio mexicano, sea esta por tierra, agua, mar o espacio aéreo».
La otra reforma propuesta es al artículo 19 para advertir que «a cualquier extranjero que realice actividades al margen de la ley, vinculadas» con estas injerencias, «se le impondrá la pena más severa posible, así como la prisión preventiva oficiosa».
Tras la designación de terroristas, la Presidenta elevó sus reclamos a la industria armamentista de Estados Unidos, origen de casi tres de cada cuatro armas que usa el crimen organizado en México, según un reporte del Departamento de Justicia en enero.