JUAN CHÁVEZ
No importa si se entregaron o los detuvieron en El Paso, Texas, a el “Mayo” Zambada y a Joaquín Guzmán López, el tercer hijo de El Chapo Guzmán.
El Departamento de Justicia de los Estados Unidos confirmó la detención del cofundador del Cártel de Sinaloa, Ismael ‘Mayo’ Zambada y del “Güero” Joaquín Guzmán López.
Ambos llegaron en un avión al aeropuerto de Santa Teresa presumiblemente para entregarse a las autoridades de Estados Unidos.
El Mayo será, seguramente, testigo protegido en la Corte de Nueva York que lo juzgará y revelará y dará nombres de los apoyos del gobierno de México (Ejército, Marina y Guardia Nacional), que lo mantuvieron libre e intocable por 40 años, como la figura más importante del trasiego de drogas a las calles de las ciudades norteamericanas y también de México.
Se le ha considerado como el mayor introductor de cocaína a EU.
De campesino se convirtió en líder de uno de los grupos criminales más poderosos.
Y ahora, descollará como importante factor que impactará en el proceso electoral de los candidatos Donald Trump y Kamala Harris por la Presidencia de la Unión Americana.
Sobre todo, por las amenazas que Trump ha expresado contra México al advertir que destruiría los laboratorios de fentanilo y que emplearía la fuerza contra los cárteles de la droga.
Joe Biden, con la captura o entrega a las autoridades de El Mayo, podrá silenciar a Trump, dado que por información que condujera a su captura, llegaron ofrecerse 15 millones de dólares.
Van aparecer cientos de historias, pero a mí me consta, porque me lo refirió una sobrina, que El Mayo se paseaba en Culiacán, sin que nadie lo detuviera.
Mi sobrina, brillante abogada, era funcionaria de la secretaría de Gobernación a cargo de Manuel Bartlett, actual director de la Comisión Federal de Electricidad.
De regreso a México informó a sus superiores. Semanas después, la “renunciaron”.
Si lo atraparon o de verdad se entregó junto con Joaquín Guzmán López, el hijo de “El Chapo”, de cualquier forma Ismael “El Mayo” Zambada, de 76 años de edad, mantendrá su etiqueta de inatrapable, por ser el único capo del narco que nunca lo pudo detener el Gobierno mexicano pese a sus más de cuatro décadas de vida delictiva.
Por eso, aunque el Gobierno de la 4T ayer cabildeó para que se propalara que la entrega de “El Mayo” y del hermano de Ovidio Guzmán en Estados Unidos se debió a que ya se sentían acorralados por sus operativos en la sierra de Sinaloa, lo cierto es que este arresto en suelo norteamericano significa una derrota para las autoridades de México y sus estrategias de combate a las mafias del narcotráfico.
Considerado el fundador del cártel de Sinaloa, junto con Joaquín “El Chapo” Guzmán y Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, El Mayo le dijo en 2010 a Julio Scherer en la única entrevista que otorgó a un periodista, que si algún día llegaban a ubicarlo las corporaciones policiales o castrenses, antes de que lo detuvieran esperaría tener el valor de quitarse la vida para no llegar a la cárcel.
Por eso, la hipótesis que más suena es que “El Mayo” se habría entregado en El Paso, Texas, por su mal estado de salud y por la mejor atención que podría tener en una cárcel de Estados Unidos que en una de México.
Lo que falta por saber es por qué se habría entregado con un hijo de “El Chapo” Guzmán, si era del dominio público las diferencias e incluso los enfrentamientos que tuvo con el grupo conocido como “Los Chapitos” que lidera con sus hermanos.
De hecho, antes de que detuvieran y extraditaran a Ovidio Guzmán, un lugarteniente del Mayo Zambada y de Rafael Caro Quintero, identificado como “El Flaco” por reportes de inteligencia militar, había sido enviado a la Ciudad de México para atentar contra la vida de este hijo de El Chapo, pero abortaron la misión porque había mucha gente en la pastelería en la que lo encontraron, y al salir de ahí, lo perdieron en el tráfico de la Ciudad de México.
En los inicios de su carrera delictiva, El Mayo pasó largas temporadas en Guadalajara, cuando se unió al cártel que dirigía aquí Miguel Ángel Félix Gallardo, Ernesto Fonseca Carrillo y Caro Quintero.
El Gobierno de Joe Biden en Estados Unidos, además de ahorrarse la recompensa de 15 millones de dólares que ofrecía para quien ayudara a dar con el paradero de “El Mayo”, buscará capitalizar políticamente esta detención para la causa del Partido Demócrata, con el argumento de que siguen desmantelando al cártel que más fentanilo envía a su país.
De Ovidio Guzmán, el “consentido” de López Obrador, se sabe que fue liberado el 23 de julio.