EL OTRO DATO/ Dolor humano, un pito para AMLO

JUAN CHÁVEZ. Dejar sin fentanilo a un hombre o mujer recién intervenidos quirúrgicamente, es contra el fuerte dolor que sufren y que podría conducirlos a la muerte.

Ese es López Obrador que prohibió el uso del medicamento en una anodina demostración a Estados Unidos de que ni en los hospitales “se consume fentanilo”, la droga que en sobre dosis está matando a cientos de miles de consumidores norteamericanos.

Luis González, un anestesiólogo, se lamentaba este 15 de abril en Twitter: «¿Quién iba a pensar que un día un gobernante incompetente e ignorante me iba a quitar mi herramienta de trabajo?». Mostraba una foto de un recipiente de Fenodid y decía: «Aquí una de las últimas ampolletas de fentanilo del hospital».

Las empresas farmacéuticas, efectivamente, señalan que ya no tienen fentanilo médico disponible.

Así, como aceptar que México tendrá un sistema de salud “como Dinamarca, Canadá o el Reino Unido”, como señala AMLO desde sus días de campaña y ha reiterado en su gobierno una y otra vez.

Recién, declaró:

«Va a ser como el de Dinamarca. Ya lo pensé mejor: va a ser mejor que el de Dinamarca».

Este 15 de abril el presidente López Obrador declaró: «Se ríen de mí los adversarios, opositores, conservadores, corruptos, cuando digo que vamos a dejar un sistema de salud como el de Dinamarca, y dicen: ´jajaja´, se ríen. Bueno, no saben que soy hombre de palabra y que los compromisos se cumplen. Ya lo pensé bien, va a ser mejor que el de Dinamarca».

No es la primera vez que AMLO dice que nuestro sistema de salud será como el de Dinamarca o mejor.

En su mensaje desde el Zócalo del 1 de diciembre de 2018, el día de su toma de posesión, prometió que, «a mediados del sexenio», habrá «un sistema de salud de primera, como en Canadá o en los países nórdicos».

El 23 de mayo de 2019 declaró: «Vamos a tener un sistema de salud como el que tienen en Dinamarca, como el que tienen en Canadá, porque no es un problema de presupuesto, es un problema de corrupción».

El 16 de enero de 2020 prometió: «El 1º de diciembre de este año va a estar funcionando el sistema de salud con normalidad. como los sistemas de salud que hay en otras partes del mundo, como en Dinamarca, así aspiramos, como en Canadá, como en el Reino Unido».

No se ha preocupado por la falta de cumplimiento de sus promesas. El 27 de diciembre de 2022 simplemente echó para atrás la fecha: «El año próximo, a más tardar a finales, ya tendremos un sistema de salud como el de Dinamarca, y puede ser mejor, donde la atención médica, los medicamentos, son gratuitos».

Ayer (abril 18) retomó el tema y afirmó: «Vamos a cumplir con el compromiso de que este año tengamos un sistema de salud de primera, mejor que el de Dinamarca».

Al presidente no le gusta viajar al extranjero, lo ha hecho muy poco. No podemos culparlo por no conocer el sistema de salud de Dinamarca o el de Canadá, pero uno supondría que sus subalternos encargados del sistema de salud le darían información.

En varias ocasiones, por ejemplo, López Obrador ha declarado que lo que caracteriza al sistema de salud de Dinamarca es que es gratuito. Por eso cuando prohibió los copagos por medicinas dijo que había logrado que el sistema mexicano fuera como el danés, pero está equivocado: En Dinamarca las medicinas se cobran, aun cuando un porcentaje puede ser reembolsado.

Ni el sistema danés de salud ni ningún otro es gratuito. Lo que cambia es quién paga y cómo. Los contribuyentes sostienen el 84% del sistema danés con impuestos regionales o locales, pero el resto es privado.

En Dinamarca hay hospitales públicos y también privados, pero no un gran sistema burocrático como los del IMSS o el ISSSTE (que se sostienen con las cuotas de los trabajadores). Los médicos son privados y cobran por sus servicios. También hay aseguradoras privadas que cubren gastos adicionales. Los pacientes de más de 18 años deben pagar por sus medicinas.

Hoy en México el gobierno prohíbe comprar las medicinas que se aplican en las instituciones públicas de salud, pero no garantiza que haya cuando se necesitan.

A veces el desabastecimiento es provocado por el gobierno, como ha ocurrido con los medicamentos oncológicos pediátricos y otros.

Cuando el presidente se pronunció en contra del fentanilo de uso médico también generó un desabastecimiento de este analgésico. Ha provocado escasez de medicamentos psiquiátricos a raíz de la «nacionalización» del litio. En Dinamarca no pasa esto porque allá las decisiones de salud pública las toman especialistas y no un gobernante sabelotodo.

Quizá los daneses se ríen de AMLO.

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