JUAN CHÁVEZ. Esta semana se cierra con otro fenómeno que la narcoviolencia ha instrumentado: los incendios contra negocios, directamente en daños a las tiendas de conveniencia Oxxo, farmacias y automóviles o camiones.
Lo vivieron León, Irapuato, Celaya y Salamanca del estado de Guanajuato, el área metropolitana de Guadalajara y apenas el jueves Ciudad Juárez.
La aparición del terrorismo urbano, a plena luz del día, demuestra lo ineficaz que es el gobierno de López Obrador y el Ejército. Con su jerga de “abrazos, no balazo”, los operativos se dan luego de los actos terrorista y con apenas una docena de detenidos.
La usencia de la política de inteligencia en el Ejército y órganos de gobierno, es total. Ya debieran
haber incrustado militares espías en las filas de los grupos criminales, sobre todo en el Cártel Jalisco Nueva Generación que trae de cabeza al país que, de plano, carece de un gobierno dispuesto a acabar con el crimen organizado.
Las fuerzas especiales del Ejército volvieron a tener una pifia. Ahora fue en la zona metropolitana de Guadalajara, donde desplegaron un operativo para capturar a Ricardo Ruiz Velasco, apodado El Doble R, responsable del brazo armado del Cártel Jalisco Nueva Generación, y se les escapó. Los militares, que son los responsables de la seguridad pública en el país, fueron rebasados en capacidad, inteligencia y estrategia por los criminales, y la forma fallida como actuaron generó pánico durante horas en la zona conurbada tapatía y en una decena de municipios en Guanajuato, donde los leales de Ruiz Velasco también reaccionaron provocando caos.
Las imágenes transmitidas en televisión y las redes sociales mostraron vehículos incendiados en diversos puntos de la periferia tapatía que, vistas bajo parámetros tácticos, son la demostración clara de una operación mal diseñada y que, como consecuencia, estuvo mal ejecutada. La información a retazos proporcionada por el presidente el miércoles por la mañana para explicar lo que sucedió apuntaba a que, “al parecer, había un encuentro entre dos bandas”, cuando “llegó la Sedena y hubo un enfrentamiento y detenciones”, que fue lo que “provocó las protestas y quemas de vehículos”.
No había ningún encuentro entre dos bandas, sino una reunión encabezada por Ruiz Velasco, quien es uno de los miembros del CJNG que está en la disputa por quedarse al frente de la organización criminal, con varios subalternos. La explicación simplista de que “llegó la Sedena”, como si fuera algo súbito, sugiere que en las áreas de inteligencia de la secretaría de la Defensa tuvieron información de esa junta y decidieron organizar su captura.
Tanto Inteligencia militar como las áreas de información de la secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana lo vinculan al Grupo Élite, quien junto al 03, como llaman a Juan Carlos González, que maneja las células del cártel en Michoacán, Guanajuato y Zacatecas, ha sido señalado como autor de los videos difundidos en las redes sociales en 2020, donde mostraban unidades criminales con vehículos blindados, equipos tácticos y fusiles de alto calibre.
La capacidad del Ejército se ha visto poco durante este sexenio por la política presidencial de no confrontar a criminales, pero en las ocasiones donde ha quedado expuesto en el aparador por operaciones de gran envergadura, sólo ha causado pena, por una incapacidad e ineficiencia que no se habían visto en administraciones anteriores.