JUAN CHÁVEZ. Junto con la inauguración del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles, se inauguró, en el terreno simplista de la música, la Marcha al General Felipe Ángeles.
El aeropuerto, así, fue elevado como el acto más significado de la lealtad del Ejército a su jefe supremo, Andrés Manuel López Obrador.
O como lo expresó el general Vallejo Suárez: “Hemos construido un aeropuerto a la altura de la memoria del general Felipe Ángeles, en reconocimiento a su lealtad como virtud militar”, uno de los oradores del acto inaugural en Zumpango, y que olvidaron rendir homenaje al prócer en el que AMLO basa su quehacer y a veces sus injurias a sus enemigos: Benito Juárez.
Como que valió la pena hacer caso omiso del natalicio juarense.
La obra, monumental, de paso, aplastó la conferencia mañanera de Palacio Nacional y calló la vociferante voz del mandamás. Esto constituyó, sin duda, la figura de un idealismo por el que claman los hombres y mujeres que no están de acuerdo con el autoritarismo que López Obrador ejerce en su gobierno.
Pero habría que ver que, en materia de costo, el AIFA superó en mucho el presupuesto inicial de construcción por el Ejército y al que habría que sumar los más de mil millones de pesos que significó la clausura del proyecto del nuevo aeropuerto internacional de Texcoco.
Ahora, hay que esperar, sin que se hayan construido las dos vías de acceso al nuevo y lujoso aeropuerto, que se rio a carcajada suelta de la “austeridad republicana”, que resulte funcional.
¿Por qué cuándo se llegará a él en forma directa, sin rodeos?
No debe hacerse abstracción de que el aeropuerto de Toluca fue construido para aliviar la saturación del Aeropuerto Internacional Benito Juárez y que, a la postre, sirve a la aviación privada: 70% de los vuelos ejecutivos son absorbidos en Toluca, pero la sobresaturación de la terminal capitalina subsiste.
Se anunció que el AIFA quedará conectado a tres autopistas y el gobernador de Hidalgo se aventó el puntacho de mencionar un futuro tren Pachuca-Santa Lucía.
Hubo otro anuncio positivo: las líneas estadounidenses Delta y Copa Airlines volarán a Estados Unidos.
Con todo, no hay que olvidar que el “Felipe Ángeles” es aeropuerto civil y base militar de la Fuerza Aérea Mexicana.
La obra tiene también su barniz político: servirá para la campaña emprendida por AMO pro revocación del mandato y menospreciar los titánicos esfuerzos del INE que la promueve con el miserable presupuesto que, bien rasurado, le entregó el morenismo de la Cámara de Diputados