JUAN CHÁVEZ
El otro Acapulco, el de los pobres, el de los marginados, vive la frustración y desesperación por la falta de alimentos y servicios básicos, como la electricidad, el agua, gas, gasolina.
El huracán los colocó en el desamparo, porque las autoridades no los han atendido.
Están, además, incomunicados.
Hasta ahora se han censado más de 20 mil 900 viviendas afectadas.
El Acapulco de los pobres está en un grito de desesperación, cerca de generar un estallido social porque la vista de los gobiernos, federal, estatal y municipal, solo miran a la zona hotelera.
Estamos de acuerdo en que sin atender la reconstrucción de la hotelería, el trabajo de los acapulqueños se diluiría, porque ellos, los que no tienen en que caerse muertos, son los empleados de los hoteles.
López Obrador pide “organizarnos”, luego de desaparecer las instituciones que manejaban los protocolos de los desastres naturales.
Y está claro, mientras “nos organizamos”, con las fuerzas armadas en el control de los esfuerzos para “poner de pie” a Acapulco, pasarán días, semanas, meses, que más incrementarán la frustración de los acapulqueños de las comunidades pobres y miserables.
Aún a nivel de gobierno federal, no hay claridad en los muertos que provocó “Otis”, con su endemoniada fuerza. Hasta ayer domingo se daban por desaparecidas 48 personas, entre ellas tres extranjeros. Este lunes, en Palacio, López aceptó 45 y 47 desaparecidos.
Comisión Federal de Electricidad, a través de su vocero porque su director Manuel Bartlett no se ha visto para nada en el catastrófico escenario, anuncia que este lunes se restablecería el servicio de energía eléctrica en un 90 %. ¿Será? El huracán derribó 10 mil postes y torres de alta tensión. ¿Tendría la CFE un “stock” de 10 mil postes?
El mandatario, quien avisó que por la tarde de este domingo estaría en Acapulco para una nueva evaluación de la emergencia, compartió que la estatal Comisión Federal de Electricidad ya restableció 3 mil doscientos once postes de luz de los más de 10 mil que derribó el ciclón y que «el lunes por la noche van a tener electrificado de nuevo todo Acapulco». Hay que esperar que así sea. Con la tragedia, las mentiras de Palacio inducirían a la población a ese estallido social que parece estar vislumbrarse.