El equilibrio de los poderes previene el totalitarismo y es clave para la democracia

MARÍA MANUELA DE LA ROSA AGUILAR. La democracia, ese bien anhelado por los pueblos y el paradigma de la organización política para los gobiernos hoy día, ha estado en riesgo por la instauración de las dictaduras en Iberoamérica, cuyo caldo de cultivo han sido las crisis económicas, la inseguridad, la corrupción y la propaganda que enarbola las bondades de la izquierda, o de la derecha, que mezcla los valores democráticos y de equidad, incentivando el odio de los desposeídos contra los dueños del capital, o viceversa; sin reparar en que el producto del trabajo conjunto, del reconocimiento a la valentía de emprender y de invertir es lo que genera la riqueza, pues en la medida de la producción están las capacidades de los gobiernos para desarrollar sus políticas públicas, sus programas sociales y la misma administración pública; la riqueza no nace sola.

Sin embargo, la fantasía de que a través del despojo al que tiene se hace justicia o se gana más explotando, o que a través de la corrupción se pueden hacer grandes fortunas, incluso dejando crecer el narcotráfico y los múltiples delitos que comete la delincuencia organizada, se obtienen riquezas, sólo es eso, una fantasía pasajera, porque así  no se sustenta la riqueza y menos para la estabilidad de un país. Si la producción cesa, la miseria de sucede irremediablemente. Pero así funcionan las dictaduras de izquierda o derecha, basadas en ideologías insostenibles, bajo la ironía del laissez faire, laissez passer laizer del más puro liberalismo; pero aquí no se trata de una máxima de economía de mercado, sino de una liberalización del caos, en franco agravio al Estado de Derecho.

Qué decir de la extrema derecha, el mismo sustento, el desprecio total por las clases populares, el racismo extremo, el odio por lo diferente, la xenofobia que sólo genera violencia e interrumpe el sano desarrollo social y por supuesto económico.

Y ahí tenemos los gobiernos de izquierda que han mostrado su fracaso, Nicaragua, Cuba, Venezuela, Colombia,  Chile, Ecuador, Perú y México, entre otros, países ricos que ya han conocido la miseria.

Pero también la derecha, Brasil con Bolsonaro, la Argentina de Perón, Chile con Pinochet, Colombia con Álvaro Uribe; Estados Unidos con Donald Trump. Gobiernos de derecha que no solucionaron los problemas más apremiantes de sus pueblos, pero sí lograron la polarización social, que nada bueno les generó.

La crisis peruana.

Ahora con el fallido golpe de Estado que intentó el depuesto presidente de Perú, Pedro Castillo, queda claro que el equilibrio de poderes es fundamental para todo gobierno y la estabilidad de cualquier nación, pues es una condición elemental de un Estado de Derecho. En Perú, el presidente Castillo intentó disolver el Congreso y más tardó en anunciar sus decretos para imponer un estado de excepción, que en ser destituido y detenido por la policía.

Ante la inminencia de su detención, Pedro Castillo decidió disolver el Congreso, instaurar un gobierno de emergencia, convocar un Congreso Constituyente, imponer un toque de queda; y mientras, gobernar mediante decretos ley.

El Congreso Peruano destituyó a presidente Castillo por “incapacidad moral” con 101 votos a favor, 6 en contra y 10 abstenciones, siendo sucedido por la vicepresidente Dina Ercilia Boluarte Zegarra, quien ya tomó posesión del cargo. Aunque también la nueva jefe del ejecutivo peruano fue acusada por conflicto de intereses, pero fue absuelta.

Esta crisis viene desde el 2016; en seis años el país ha tenido cinco presidentes, lo que es un claro síntoma de la inestabilidad política que ha sufrido el país, en gran medida por las disputas de los grupos políticos, la corrupción y el populismo en que han incurrido los distintos gobernantes, tomando como bandera ideologías de izquierda, que han sido más bien un distractor por la pésima administración del gobierno.

Castillo seguramente supuso que tendría éxito, lo mismo que en su momento Alberto Fujimori en abril de 1992. Pero las circunstancias han sido muy diferentes, pues Castillo fue acusado de corrupción y de ser líder de una organización criminal. El pasado 11 de octubre la Fiscalía de la Nación de Perú presentó una denuncia constitucional contra el mandatario en donde están implicados sus familiares más cercanos, ya que encontraron indicios muy reveladores de una presunta organización criminal conformada por funcionarios públicos y particulares enquistada en el gobierno.

La estrategia de Castillo para impedir ser detenido fracasó porque no contaba ni con el apoyo de los miembros de su partido ni de las fuerzas armadas, que se han mantenido al margen, permitiendo que el Congreso ejerza sus facultades. Y por su parte, la mayoría de los integrantes de su gabinete dimitieron, considerando esta medida como un golpe de estado.

Asimismo, el presidente del Tribunal Constitucional de Perú, Francisco Morales, consideró que Pedro Castillo incurrió en un golpe de Estado, quebrantando el orden constitucional.

Varios embajadores también presentaron su dimisión, como Harold Forsyth Mejía, representante ante la OEA, así como los embajadores embajador ante Paraguay, España y otras representaciones.

Cabe señalar que el general César Astudillo, quien fuera jefe del  Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas de Perú, renunció tres días antes de que Pedro Castillo tomara posesión como presidente el año pasado.

Pedro Castillo no ha sido el único imputado por corrupción, pues le anteceden 9 expresidentes que fueron destituidos, incluido Alberto Fujimori.

Reacciones de los gobiernos.

Ante el anuncio de Pedro Castillo, el gobierno de los Estados Unidos a través de su embajada en ese país hizo un exhorto al ex mandatario a revertir la disolución del Congreso y permitir que las instituciones democráticas funcionen. Y ante la destitución, el portavoz del Departamento de Estado dijo que los congresistas peruanos tomaron medidas correctivas de conformidad con las normas democráticas, rechazando cualquier acto fuera del orden constitucional.

Colombia por su parte expresó su preocupación por la crisis política, mostrando su solidaridad con el pueblo peruano, llamando al diálogo, condenando todo atentado contra la democracia.

Brasil consideró que la decisión de Castillo es incompatible con la normativa constitucional y se concretó a felicitar a la nueva presidente reiterando su voluntad de mantener relaciones sólidas de amistad y cooperación con Perú.

El gobierno de Ecuador expresó su preocupación por la situación política y llamó a todos los actores a mantener el estado de derecho y la democracia, convocando a la comunidad internacional para facilitar este proceso.

El presidente chileno Gabriel Boric lamentó la crisis política e hizo votos para que se llegue a una solución por medios democráticos y el respeto al Estado de Derecho, los derechos humanos y las libertades fundamentales.

La Cancillería mexicana informó que se aplaza la Cumbre de la Alianza  del Pacífico en donde el primer mandatario de Perú sería nombrado presidente.

El presidente mexicano Andrés Manuel López Obrador si bien afirmó que es un principio fundamental de la política exterior la no intervención y la autodeterminación de los pueblos, consideró lamentable que las élites económicas y políticas hayan mantenido un ambiente de hostilidad y confrontación, aprovechado por sus adversarios para destituirlo y agrego que ojalá se respeten los derechos humanos y haya estabilidad democrática.

El gobierno español condenó la ruptura del orden constitucional y celebró el que llamó restablecimiento de la normalidad democrática.

El portavoz de la Unión Europea, Peter Stano, rechazó cualquier acto que contravenga el estado de derecho y de la constitución.

Otro golpe de Estado se evitó en Alemania.

Por otra parte y en otra latitud también se registran conflictos contra el orden constitucional. Ayer en Alemania fueron detenidos 25 individuos que intentaban asaltar el Parlamento Federal Alemán. Se trata de extremistas de ultraderecha que pretendían derrocar al gobierno alemán con un golpe de estado armado, pues según ellos, son ciudadanos del Reich y no reconocen la constitución alemana de posguerra. Desde hace 16 años se ha ido conformando este grupo terrorista, que aunque disperso, se encuentra presente en toda Alemania. Por eso ayer miles de policías realizaron una redada en 130 lugares de 11 estados de los 16 que conforman la República Federal Alemana.

La estabilidad de las naciones sin duda debe considerar los equilibrios entre los poderes y el respeto al Estado de Derecho, sin el cual no pueden ofrecerse las garantías constitucionales para mantener el orden público y por ende el desarrollo de los pueblos. Sin ley no hay paz y sin ésta no hay progreso.

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