¿Dónde está el poderoso ejército ruso?

MARÍA MANUELA DE LA ROSA AGUILAR. Hace unos días causó gran impacto en medios internacionales ver el éxodo de rusos hacia los países vecinos, a fin de evitar ser reclutados para ir al frente en Ucrania, a una guerra con la que muchos no están de acuerdo, bien porque no consideran justa la invasión, o porque simplemente son objetores de conciencia, o tienen miedo de morir por ambiciones ajenas, etc. Lo cierto es que, a pesar de la censura a los medios, ha trascendido que se han dado protestas contra la política de Vladimir Putin.

Pero aquí surgen algunas interrogantes: si las fuerzas armadas rusas tienen alrededor de 2.5 millones de efectivos y sólo enviaron a Ucrania unos 150,000. ¿Cuál es la razón para echar mano de los reservistas? No hacen falta, pues para eso están los militares profesionales. Y según esto, suponemos que quedaron en sus cuarteles en Rusia 2’350,000.

Ahora bien, según el gobierno ruso, sólo se han dado unas 6,000 bajas de sus tropas, aunque Ucrania ha contabilizado 57,200.  Y aunque hubieran muerto los 150 mil, no está claro el motivo por el que Putin quiere enviar a los reservistas, ¿quiere carne de cañón para mantener un ejército fuerte? la guerra de desgaste está en curso y no se sabe si escalará porque las provocaciones han sido más que evidentes, desde la apropiación indebida de territorios ucranianos, la propaganda, la presión a los países ex soviéticos para que tomen partido a favor de Rusia; como Bielorrusia y Moldavia, claramente satélites del imperio, a donde se enviaron 30,000 efectivos, supuestamente como medida “defensiva”, como si Ucrania hubiera atacado a Rusia.

Pero los números siguen sin daros una respuesta, 30,000 no son nada respecto a dos millones y medio.

La cuestión se torna más delicada si consideramos que por norma general primero van al frente los militares profesionales y sólo si se acaba con el grueso del ejército, sólo si, pues viene la primera reserva, que son los militares en retiro, o milicias preparadas como reservistas, los que va al frente. Pero si éstos perecen, sólo si esto sucede, se echa mano de la segunda reserva, que son los hombres que ya cumplieron su servicio militar y están en edad para el servicio de las armas, esto es, hasta los 40 o 45 años. Y sucede que en este caso el gobierno ruso utiliza el sistema de leva para convocar a la segunda reserva. Llama mucho la atención. De acuerdo al censo de población, en este rango están unos 36 millones de rusos, aunque según datos oficiales los reservistas no llegan a los dos millones.

El segundo ejército más poderoso del mundo, después del de los Estados Unidos, con un total de elementos activos de 2.5 millones, entre ellos unos 260,000 reclutas del Servicio Militar Nacional, entre 18 y 27 años, más 1.5 millones de reservistas, el mismo Vladimir Putin declaró que reclutaron unos 200,000 reservistas y serían en total 300,000.

Bueno, 300,000, ¿y los cientos de miles que forman parte del ejército profesional? ¿en sus cuarteles como última reserva? ¿preparados para una conflagración regional que podría escalar al mundo? O ¿simplemente carne de cañón para fabricar víctimas?

Las armas pueden resultar de doble filo, porque enviar al frente a personas sin una formación militar adecuada, como ya lo han hecho desde el inicio enviando a reclutas, sobre todo cuando se supone que se cuenta con personal profesional más que suficiente, puede constituir también un crimen de lesa humanidad. Y no olvidemos que ya hay investigaciones en curso por las víctimas ucranianas que han sido torturadas y masacradas por el ejército ruso.

Los números mencionados sobre los efectivos rusos podrían ser mayores, ya que la misma fuente, Global Firepower, anota cifras diversas, así que considera que las fuerzas armadas rusas tienen hasta 3.5 millones de efectivos. Sólo para darnos una idea, las fuerzas armadas norteamericanas suman 1’800,000 efectivos, así que la capacidad, al menos numérica, de elementos es muy amplia.

Aunque, como hemos mencionado en anteriores ocasiones, los vehículos y el equipo de combate ruso no se encuentra en las mejores condiciones, por falta de mantenimiento, que no de presupuesto, ya que uno de los grandes problemas que enfrenta es la cada vez más evidente corrupción de los mandos, que no ejercen los recursos para mantenimiento, aunque sí en documentos.  Rusia gasta anualmente en defensa 154,000 millones de dólares, cifra que pareciera mínima en comparación con lo que gastan los Estados Unidos, que son unos 770,000 millones de dólares, pero cuentan con equipo y vehículos operativos.

En la invasión rusa a Ucrania pudo observarse claramente el estado de los vehículos blindados, que quedaron en el camino, convirtiendo a Ucrania en el más grande cementerio de vehículos militares rusos, aunque también dejaron ciudades completamente devastadas, donde 140,000 edificios residenciales fueron destruidos y 830 centros hospitalarios inhabilitados. Esta guerra despojó a 3.5 millones de ucranianos de sus hogares. La reconstrucción, cuando por fin pueda llevarse a cabo, no hay certeza de ello, costará no sólo miles de millones, sino décadas de trabajo. ¿Quién pagará? La mira está en Vladimir Putin, por eso es su máxima prioridad culpar a Ucrania por la guerra, un objetivo cada vez más lejano, pues los hechos saltan a la vista.

Rusia ha tenido sus mayores ingresos de la exportación de granos, petróleo y gas, con lo que ha logrado revertir las sanciones hacia Europa, sobre todo ahora que está cerca el invierno. Pero, además, está su industria armamentista, que compite con los Estados Unidos, y en este mercado han sido muy eficaces; anualmente exportan unos 15,000 millones. ¿de donde proviene el famoso fusil automático de asalto AK-47 popularmente llamado cuerno de chivo y favorito de narcotraficantes y terroristas? El negocio de las armas es uno de los más redituables del mundo, sólo ver como en los Estados Unidos no se ha podido limitar la venta de armamento. En este negocio Rusia ocupa el segundo lugar como país exportador, seguido de los Estados Unidos.

Sólo respecto a la exportación de armas pesadas convencionales, como carros de combate,  vehículos blindados de combate, sistemas de artillería de gran calibre, aviones de combate, helicópteros de ataque, buques de guerra y misiles y lanzamisiles, Estados Unidos gana unos  55,000 millones de dólares anuales, Rusia 42,500 millones; aunque están también como principales exportadores China, Alemania, Francia, Reino Unido, España, Italia, Ucrania e Israel. Aquí cabe el conocido refrán militar “si quieres la paz, prepárate para la guerra”.

Y respecto a esta guerra, podemos notar la asimetría, puesto que el segundo país más poderoso militarmente ataca al que ocupa la 22ª posición en el ranking mundial, que no es tampoco un ejército endeble el de Ucrania, considerando su posición, muy por debajo de Rusia, en donde ha dado una gran batalla, logrando poco a poco ir recuperando los territorios perdidos. Y aunque sus efectivos son mucho menores, Ucrania tiene medio millón de militares profesionales, con un presupuesto de casi 12 mil millones de dólares, cifra que ha sido rebasada hace mucho y sólo gracias al apoyo de Occidente ha podido sobrevivir a los ataques. Y aquí es de notar que sí ha empeñado a la totalidad de sus tropas, donde no se ha visto, al menos en sistema de leva, que haya recurrido a sus reservistas, aunque sí, se han incorporado cientos de voluntarios de varias partes del mundo, hasta mexicanos.

Mientras tanto, aunque no se sabe cuántos rusos han tenido que huir para no ser reclutados, ha trascedido que son cientos de miles, quienes han acentuado los problemas de migración que actualmente enfrenta toda Europa. Por ejemplo a Kazajistán llegaron unos 200 mil hombres de nacionalidad rusa en las últimas semanas; otros miles escaparon a Georgia, Armenia, Azerbaiyán, Israel, Argentina y a Europa Occidental.

El reclutamiento de civiles rusos ha sido incluso en la calle, en el metro y en diversos lugares públicos, donde los militares entregan citatorios para alistarse. Por eso la presencia de varones en las calles y en diversos centros de convivencia ha sido prácticamente nula, sobre todo en Moscú, aunque es un fenómeno generalizado en todo el país.

En unas cuarenta ciudades rusas se han registrado protestas con la leyenda “no a la guerra”, las cuales han sido reprimidas por la policía y ha habido más de mil quinientos detenidos.

Y la pregunta queda sin respuesta ¿dónde están los militares profesionales de Rusia?

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