CLAUDIA ESPINOSA ALMAGUER
SemMéxico, San Luis Potosí. A finales de la semana anterior la senadora Xóchitl Gálvez visitó el Estado de San Luis Potosí, en México: un territorio de tres millones de personas donde más de la mitad de la población está conformada por mujeres y niñas sobre quienes pesa desde hace seis años una Alerta de Violencia de Género y un contexto de desigualdad jurídica, económica y social que nadie ha buscado resolver.
De lo bochornoso se toma nota del comportamiento de columnistas vinculados a Morena en la entidad, perdiendo el decoro y la objetividad con tal de denostarla, hasta el pésimo anfitrión que resultó el PAN que ni por ser la primera vez en años que tienen una aspirante fuera de lo esperado, dejan de cometer desatinos.
Con todo, el interés causado no provocó que alguien le preguntase acerca de su posición respecto de nuestros derechos, si bien ella hizo mención de dar continuidad a una “agenda progresista”, se ignora si en esa promesa estamos las mujeres.
Este término, de progresista puede ser lo que cada quien imagine, tal como sucede hoy en España, la política llevada por Pedro Sánchez a través de Irene Montero fue adjetivada de tal y dio para desaparecer los derechos de las mujeres e ignorar la violencia feminicida y la sexual que allí se padece, entre otros atentados que han vuelto real la posibilidad de la llegada de partidos de ultraderecha.
En este caso, escribo y me dirijo especialmente a las mujeres ciudadanas de México que han padecido violencia (7 de cada 10), quienes son conscientes de ganar la mitad del salario de los varones por hacer el mismo trabajo, aquellas que padecen de malos tratos y de impunidad a causa de autoridades indiferentes con sus deberes, las que están a cargo del cuidado de sus familiares en labores no remuneradas, las que no pueden acceder a la interrupción legal del embarazo porque sus congresos no legislan, a las víctimas de violencia política, a las indígenas y a las migrantes, a las que viven con discapacidad y a las que se encuentran en territorios donde los gobiernos ofrecen sus cuerpos para venderle los hijos a extranjeros como Sinaloa y Tabasco.
Si su voto será lo que incline la balanza. ¿Qué es tener una agenda con enfoque feminista? y ¿En qué temas debería posicionarse cualquiera que en el siglo XXI pretenda gobernar al país de una manera distinta?
Siguiendo el ejemplo del perfil Resistencia Feminista (@ciborgxx) quien elaboró un estudio sobre los programas de los partidos de su país, en cuanto a la presencia de reivindicaciones para las mujeres y para niñas y niños, existen cinco rubros principales de lucha y abolición contra:
La pornografía
La prostitución
Los vientres de alquiler
La violencia de género
El género
Para México, además de lo anterior, hay algunos puntos concretos:
- El respeto al sexo de las mujeres y la erradicación de los estereotipos de género.
- La adecuación jurídica al criterio de la Suprema Corte en relación al aborto.
- La rendición de cuentas de la política institucional destinada a proteger a las mujeres.
- La estrategia contra la violencia feminicida.
- La persecución penal de empresas y compradores de menores en materia de explotación reproductiva.
- El estricto cumplimiento a los instrumentos internacionales en materia de derechos humanos.
- Un alto al borrado político y jurídico de las mujeres, iniciado por el partido en el poder.
Es decir. Las mujeres ciudadanas y el periodismo feminista tenemos mucho por preguntar. Seguimos.