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ÁNGEL SORIANO. La lista de 42 aspirantes a candidatos a la Presidencia de la República, a ser postulados por algún partido o coalición, son en realidad muchos y pocos -o ninguno-, con trabajo político real en las bases como para llegar a Palacio Nacional y realizar una colosal tarea como la que realiza el actual Presidente de México.
Que se sepa, ninguno ha viajado cuando menos tres veces por el interior de la República y, por lo tanto, desconocen -y no los conocen-, los potenciales electores. Desde la comodidad de sus cargos públicos -como gobernadores en sus territorios-, desde el apellido ilustre de sus padres, o la fama obtenida en los medios, ninguno tiene trabajo de base.
A excepción de la lista de los morenistas que, por su posición privilegiada, han podido recorrer una parte del país y dar a conocer su imagen y trabajo, pero contacto o trabajo en las bases, no se conoce. Cuando menos ninguna comunidad de Yucatán o una ciudad de Baja California o del Golfo de México podría estar agradecido con ellos por la gestión de un camino o escuela.
Es diferente ser crítico contumaz desde las redes sociales manejadas desde el café de postín, la oficina o su residencia en Polanco a viajar hacia las comunidades avecindadas en la sierra, en el desierto o en los valles. Si hay algún pueblo lejano que tenga agua potable o clínica por gestiones de alguno de los aspirantes, que levanten la mano.
TURBULENCIAS
La popularidad de la escritora
En esas condiciones, el presidente Andrés Manuel López Obrador se dijo anonadado de la popularidad lograda por la escritora Elena Chávez González -sin decir su nombre ni su obra-, por el sólo hecho de escribir un libro –“con o sin pruebas, ciertas o no”-, en contra de la IV Transformación y logrando ventas superiores a cualquier escritor famoso en cuestión de horas, lo que revela que hay un trabajo de fondo en la transformación y de que muchos sectores afectados se encuentran resentidos y disponen de amplios recursos para financiar una campaña de tal magnitud. Desde luego que el ambiente es propicio y, suponemos, que sin quererlo, la escritora elaboró una obra que cayó como anillo al dedo en el país en momento en que está en la mesa los nombres de 42 aspirantes a la Presidencia de la República…Y habrá que destacar la posición del canciller Marcelo Ebrard: no sólo es un hombre de las confianzas del movimiento transformador, sino ha sido su segundo de a bordo en importantes cargos públicos, realiza actualmente un trabajo clave para México ante el mundo y, por si fuera poco, le cedió su candidatura presidencial cuando la obtuvo y quedó a la espera de ser recompensado. Además es el que realiza una precampaña creativa y con presencia, lo mismo en lo internacional que en el interior del país…Sin embargo, habrá que ver como transcurren las cosas y si, por ocupar esa posición privilegiada y señalada, es también una de las principales víctimas de las acusaciones en el libro que se comenta en todos los rumbos. Es fuego amigo normal en este proceso político…Horacio Duarte dejó la dirección de Aduanas para apuntalar a la maestra Delfina Gómez en su aspiración de ser gobernadora del Estado de México. Siempre ha sido su colaborador y tiene arraigo en la tierra que gobierna aun el PRI con Alfredo del Mazo González, sobreviviente del Grupo Atlacomulco, próximos a ser enterrados definitivamente para dar paso a la nueva corriente política; además Duarte deja paso libre en Aduanas a las Fuerzas Armadas que tienen ya todo el control del país, en sus posiciones estratégicas y que nada quieren saber de los civiles…
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