Deben mujeres en y con poder dejar de gobernar como los hombres

>> Expertas latinoamericanas analizan ¿Cómo llegamos aquí? Un mundo oscuro y violento que está al borde de la tercera guerra mundial

>> Recuento de 50 años, desde la primera Conferencia Mundial de la Mujer, donde está en peligro todo lo avanzado: constructoras del camino para la liberación de las mujeres

Sara Lovera

SemMéxico, Ciudad de México, 21 de junio (SemMéxico). La agenda feminista tiene que entrar a otro ciclo, no seguir hablando de lo mismo, entrar a la parte orgánica del Estado, con nuevas estrategias frente a una nueva oleada fascista, que significa retroceso para las mujeres, una crisis al borde de la tercera guerra mundial.

Así lo plantearon cinco expertas de América Latina al hacer un recuento del significado de la Primera Conferencia Mundial de la Mujer, celebrada en México en 1975, y sus resultados.

Expresaron que como nunca, las mujeres con o en el poder deben dejar de gobernar como los hombres para poner en el centro la vida, como dijo al concluir Paola Zavala Saeb, abogada y feminista mexicana.

¿Cómo llegamos aquí?  fue el nombre del conversatorio realizado el miércoles pasado, para revisar medio siglo de acciones, luchas y descalabros para el avance de las mujeres, a favor de la no discriminación y la erradicación de la violencia contra las mujeres desde los gobiernos a partir de la Primera Conferencia Mundial de la Mujer convocada por la ONU en 1975 y empujada, sostenida y construida por el movimiento feminista internacional.

Resaltaron que los planes de acción firmados por los gobiernos en cada conferencia de las cuatro celebradas al final del siglo XX, con propuestas y textos avanzados, progresistas, frecuentemente no se corresponden con la realidad, pero, hoy existe un corpus jurídico internacional, que no hubiera sido posible sin aquella conferencia de 1975, destacó Line Barreiro Bobadilla.

Se trata fundamentalmente de la Convención sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (CEDAW), que sin esa primera conferencia no hubiera sido posible.

Participaron, además de Line Barreiro Bobadilla de Paraguay, Gladys Acosta Vargas de Perú, ambas ex presidentas del comité de expertas de la CEDAW; Yolanda Ferrer Gómez, diplomática cubana, quien participó en 1975. Moderadas por la abogada mexicana Leticia Bonifaz Alfonso, ex representante de México en CEDAW, y Paola Zavala Saeb, subdirectora del Centro Universitario Tlatelolco.

Luego de mirar con objetividad avances y retrocesos tras cuatro conferencias mundiales de las mujeres, refirieron que se creó la CEDAW (1979) instrumento legal obligatorio, empujado y creado para el desarrollo muchas de las acciones gubernamentales, cambios legislativos, recomendaciones generales, que en 1975 eran inimaginables. No obstante que falta mucho por hacer y de cara a las guerras y el avance de la derecha patriarcal, lo que toca es defender lo avanzado y no sólo resistir, sino combatir, como dijo Acosta Vargas.

Recordaron que esa primera Conferencia y  las que siguieron fueron posibles por la lucha de las organizaciones feministas de mujeres, el involucramiento de agentes oficiales que se comprometieron. Que cada una de las cuatro conferencias: México (1975), Copenhague (1980), Nairobi (1985) y Beijing (1994) marcaron el camino para crear instrumentos que hoy deben ser conocidos y reclamados por las mujeres.

Acosta Vargas hizo notar que en 1979 al nacer la CEDAW no estuvo dentro la violencia contra las mujeres, pero fue fundamental para que en 1992 Naciones Unidas hiciera la primera recomendación internacional sobre ese fenómeno haciendo visible esta tragedia.

Destacó la importancia de las recomendaciones generales de la CEDW que la
complementan, como la más reciente sobre los derechos de las mujeres indígenas. Y viene la próxima urgente, sobre los estereotipos.
Sostuvo que consideraron que esas construyeron la CEDAW que significó, no la firma de
acuerdos, sino la firma de compromisos. La CEDAW es parte de las constituciones. No
obstante aplicarla se ha enfrentado a muchas resistencias y, aún, a retrocesos, como
dictaduras, o crisis económicas.

Las cinco expertas de América Latina, con mirada de género feminista, analizaron cómo llegamos aquí, a este momento de violencia extrema, de feminicidios, desarticulación y una andanada de la extrema derecha patriarcal que atenta contra lo avanzado por las mujeres en el mundo.

Al mismo tiempo hablaron de cómo las mujeres se han transformado, ya no son las mismas de hace 50 años. Acosta Vargas hizo ver cómo esa sacudida de la Primera Conferencia y luego de la CEDAW, hicieron visible cómo se jalaba a las mujeres para entrar en la economía, sin dejar la responsabilidad de la tarea doméstica, la doble jornada.

Para ella las nuevas estrategias deben centrarse en la experiencia de las mujeres en su vida cotidiana, ellas desde ahí, son el centro de los cambios por venir.

Barreiro Bobadilla, destacada por su pensamiento y reflexión, dijo que pasamos de los derechos, la visibilidad de la violencia, la participación y las oportunidades, a un nuevo ciclo, donde las mujeres tienen que entrar a la parte orgánica del Estado, para empujar los cambios de raíz y estructuralmente. Hasta ahora las constituciones han cambiado, pero no introduciendo una real transformación, para la población, la mitad formada por las mujeres.

¿Cómo llegamos aquí? conversatorio donde Leticia Bonifaz Alfonso, moderadora, expresó que ahora en un contexto de guerra, estamos en una situación muy distinta a la de 1975, afectada por la pandemia del COVID que reveló el tamaño de la violencia contra las mujeres, la expresión global del enojo y la rabia, la acción de los machos tóxicos, donde las mujeres, como lo hicieron después de la primera guerra mundial, tendrán que construir la paz.

¿Cómo llegamos aquí? Organizado por el Centro Cultural Universitario Tlatelolco de la UNAM, analizó cómo llegamos aquí, a este momento de violencia extrema, de feminicidios y al mismo tiempo donde las mujeres se han transformados, respondió a la enorme inquietud, expresada ahí, de que estamos de cara a retrocesos para las mujeres y a un momento de crecimiento de la derecha.

En general hubo expresiones de esperanza y optimistas. Un mal no dura cien años, pasará, y entonces, las mujeres luchando tienen que seguir avanzando. Zavala Saeb remató, frente a la complejidad de este momento, es urgente poner en el centro la vida, florecer como dijo Ángela Davis.

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