DE SEMANA EN SEMANA/ Distimia

TERESA GURZA

Escribí hace tiempo sobre la depresión y hoy lo haré sobre un tipo leve de ese mal mental, la Distimia; que aflige a varios conocidos por problemas de salud, familiares o económicos.

Y también porque les causa angustia el deterioro al que López Obrador ha llevado el país.

Pero deben y debemos calmarnos porque, aunque diga lo contrario, se ha dado cuenta de que no es tan querido como alardea.

Aumentan las manifestaciones y bloqueos por descontento y hay muchos lugares a donde llega casi de incógnito, no se atreve a bajarse de su vehículo y ve a la gente de lejitos.

Y como cada vez son más los medios internacionales que lo censuran, sus reacciones se volverán más peligrosas conforme pasen los días y llegue el momento de su despedida.

Ya esta semana, enfurecido por un artículo de Natalie Kitroeff jefa de la corresponsalía en México del New York Times el más influyente del mundo, le echó la culpa de que lo llamen narco-presidente.

Hace mal, porque ella no publicó nada que no se supiera.

Es de público conocimiento que por su omisión o complicidad los narcotraficantes se han extendido por todo el territorio nacional, pagan campañas y asesinan candidatos; 14 desde que empezó el actual proceso electoral, 2 esta semana.

Y resulta más que posible que en ese clima de ilegalidad y corrupción que ha contribuido a formar, algunos de sus cercanos hayan recibido dinero ilegal; como lo hicieron dándole durante años, sobres y maletas repletos de efectivo.

Pero lejos de mantener la compostura que debiera como jefe de un Estado democrático, AMLO acosó a Natalie y difundió el número de su celular; violando con ello, la ley de privacidad de datos.

Y advirtió que volverá a actuar como lo hizo, porque “por encima de toda ley, está mi autoridad moral”.

Sus palabras fueron censuradas por medio mundo incluyendo la Casa Blanca, pero recibieron apoyo del presidente venezolano Nicolás Maduro.

Por cierto, ¿Alguien sabe que hacían en Michoacán venezolanos armados que, según nota de Iris Velázquez para Reforma del 20 de febrero, se enfrentaron con militares en Tumbiscatío?

Según lo publicado, tres venezolanos fueron detenidos con fusiles de asalto, cargadores, cartuchos útiles y una granada de fragmentación; dos murieron, uno fue hospitalizado y se les vincula con Los Viagras, autores de asesinatos, ataques con drones y extorsiones.

En fin, volviendo al tema que trataré hoy, fue precisamente en el NYT donde leí un reportaje de Christina Caron sobre una versión leve del trastorno depresivo persistente llamada Distimia; término griego para “ánimo decaído, malhumor, abatimiento”.

Tiene distintos niveles de gravedad y puede acabar en suicidio, dura alrededor de 2 años y la padecen adultos, niños y adolescentes.

Caron entrevistó varios expertos en el tema y Marnie Shanbhag, directora de consulta independiente de la Asociación Estadounidense de Psicología, explicó que suele diagnosticarse a pacientes que acuden a terapia por sufrir estrés, insensibilidad emocional y apatía.

Y como no noquea ni impide levantarse, bañarse o trabajar como sucede con la depresión, el profesor de psiquiatría de la Universidad de Columbia Paul Appelbaum, aseguró que está infradiagnosticado.

“Es difícil convencer a quienes lo padecen que no son los negativos de la familia o los que siempre están de mal humor”, manifestó el psiquiatra Jessi Gold y recomendó a quienes perdieron interés por lo que disfrutaban, buscar ayuda y no limitarse a decir: “Así soy yo”.

Diversos especialistas recomiendan para combatirlo, la interacción con animales.

Y la Ciencia ha corroborado los efectos benéficos de esa conexión, porque disminuye los niveles de cortisol, que es la hormona del estrés; y aumenta la liberación de oxitocina, serotonina y dopamina, hormonas que producen felicidad, relajación y equilibrio del estado de ánimo.

Según los Servicios de Salud Mental de la Secretaría de Salud, sacar a pasear al perro y los ronroneos de los gatos al jugar con ellos, bajan la hipertensión y el riesgo de diversas enfermedades como diabetes.

Y tienen efectos calmantes en el sistema cardiovascular, reduciendo las enfermedades del corazón y mejorando la vida social de personas tímidas o introvertidas; porque caminar con los perros, es muy buen ejercicio y punto de partida para relacionarse con otras personas.

Además, la exposición constante a las bacterias y alérgenos de las mascotas ayudan a fortalecer nuestro sistema inmunológico, al aumentar su diversidad microbiana.

Investigadores de la UNAM indican que crecer con una mascota, amplia el mundo infantil y enseña a los niños a ser responsables al tener que estar pendientes de su cuidado y entrenamiento.

Les estimula la mente al enseñarles trucos y comportamientos y disminuye su ansiedad, creandoles mejores condiciones mentales para enfrentar la vida y sus problemas y desafíos.

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