RODULFO REYES (Tabasco). Rumbo a las elecciones para gobernador de 2024, el adversario más fuerte de Morena en Tabasco está dentro de sus propias entrañas, no en la oposición. Las descalificaciones al Gobierno estatal vinotinto provienen de la misma raíz del partido del presidente Andrés Manuel López Obrador, en cuya entidad natal no ha logrado hermanar a sus discípulos.
Desde el pasado día 10 que José Ramiro López Obrador, consanguíneo del jefe del Ejecutivo federal, aseguró que la Cuarta transformación aún no llega a Tabasco y que para que aterrice el próximo gobernador debe ser Javier May Rodríguez, director de Fonatur y responsable del Tren Maya, han escalado las críticas en contra de la administración de Carlos Manuel Merino Campos, quien se hizo cargo del despacho de Plaza de Armas el 21 de agosto pasado que Adán Augusto López Hernández fue nombrado secretario de Gobernación.
Separado por completo de la dirigencia oficial de Morena, en poder de la corriente de Adán Augusto, el grupo de Los fundadores o duros no ha aceptado las carteras que le corresponden en la estructura partidista, al mismo tiempo que ha redoblado sus lances en contra del gobierno morenista.
En las giras de Merino Campos por el interior del estado, seguidores de la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, lo reciben con gritos de ¡May gobernador! y ¡Claudia presidenta!
La postura irreconciliable ha llegado al extremo de que el miércoles 7 de septiembre la dirigencia formal tuvo que viajar a la Ciudad de México para que el dirigente nacional, Mario Delgado, le entregara el nombramiento oficial.
Según se supo, se hizo la toma de protesta a más de 700 kilómetros de Villahermosa para evitar que el grupo contrario boicoteara el acto. Del tamaño de esta distancia es la diferencia entre Adán Augusto y Javier May.
Donde se nota más en el enfrentamiento es en las redes sociales, en donde los seguidores de Claudia Sheinbaum no esconden sus diferencias y desacreditan al secretario de Gobernación y al mandatario de Tabasco.
Por el lado de la oposición, el presidente estatal del PRI, Dagoberto Lara Sedas, lleva días reviviendo la situación que vive Morena ante la controversia por la entrada a sus filas de los priístas que en la década de los 90 garrotearon a los miembros del movimiento lopezobradorista, que en ese momento habitaba en el PRD.
La postura del priísta ha coincido con la corriente de May, cuyo lema de campaña, aunque aún no empiezan la jornada electoral, es Un fundador será gobernador, como mensaje en contra de los neomorenistas que en 2018 llegaron al vinotinto.
Lara Sedas ha logrado presencia mediática con sus puyas al partido del presidente, pues si algo molesta a los lopezobradoristas es que les recuerden que ahora conviven “con el enemigo”.
El problema que era entre corrientes locales se ha magnificado porque terminó siendo una lucha entre precandidatos: tanto la mandataria de la capital como el responsable de la política interna de México son corcholatas del Presidente.
Hasta donde se ha podido saber, los duros no han querido sentarse con la nueva responsable del partido, Tey Mollinedo, y tampoco han aceptado la mediación del presidente del consejo político, Raúl Ojeda Zubieta, a quien se considera uno de los históricos del movimiento izquierdista.
El ex candidato a la gubernatura logró la posición, luego de que José Ramiro López Obrador la rechazara al agudizarse el enfrentamiento entre las dos corrientes tabasqueñas.
Si bien su participación es al lado de Adán Augusto, lo que lo ubicaría como antagónico de May, a Ojeda no lo rechazan las bases por haber sido tres veces candidato a la gubernatura por la formación lopezobradorista.
Incluso, en algunas encuestas aparece como uno de los lopezobradoristas preferidos por los tabasqueños para disputar la Quinta Grijalva dentro de dos años, posición que, sin embargo, estaría reservada para Javier May, de acuerdo con seguidores del Presidente como su propio hermano José Ramiro.
Operación cicatriz
Tras su nombramiento deslucido por la protesta de Los fundadores, la directiva formal de Morena ha empezado a acercarse a las dirigencias municipales. Así, el alcalde de Huimanguillo, Oscar Ferrer Ábalos, ha sido el primero en aceptar reunirse con la lideresa Tey Mollinedo.