RODULFO REYES (Tabasco). Antier que en la Ciudad de México el dirigente nacional de Morena, Mario Delgado Carrillo, le entregó el nombramiento oficial a la dirigencia de Tabasco con la ausencia de representantes de la corriente de los directores de Pemex y Fonatur, Octavio Romero Oropeza y Javier May Rodríguez, respectivamente, el partido del presidente Andrés Manuel López Obrador dio muestras de la tremenda crisis interna que padece en su propia cuna al estar escindido en dos.
Este miércoles quedó formalizada la directiva estatal en la que también es la tierra del secretario de Gobernación, Adán Augusto López Hernández: Tey Mollinedo Cano, presidenta; Joaquín Baños Jiménez, secretario general; Nydia Naranjo Cobián, secretaria de Organización, y César Raúl Ojeda Zubieta, presidente del consejo político estatal.
En un comunicado oficial, Morena estatal estableció antier que los nombramientos fueron “resultado de un compromiso democrático e incluyente”, y que cada uno de los nuevos directivos “refrendó la convicción de trabajar fuerte en todos los rincones del estado, de la mano de las y los Protagonistas del Cambio Verdadero (sic) para fortalecer a Morena rumbo al 2024”.
Sin embargo, en la reluciente directiva no participa ninguno de los 28 consejeros de la corriente Los fundadores o duros, que capitanean Octavio y Javier; los otros 32 consejeros pertenecen al grupo del secretario de Gobernación.
No es esta la primera vez que quienes se ostentan como los verdaderos lopezobradoristas incurren en una estrategia extremista: en 1997, cuando el ahora titular de Pemex era presidente del consejo político estatal del PRD lopezobradorista, este máximo órgano de dirección partidista determinó rechazar las diputaciones plurinominales que les había asignado el Instituto Electoral y de Participación Ciudadana de Tabasco (IEPCT) en las elecciones intermedias de ese año.
El antiguo PRD, que estaba bajo el control del hoy Presidente, alegaba que el mandatario priísta Roberto Madrazo Pintado le había cometido fraude y por eso el PRI había logrado carro completo.
Considerado más lopezobradorista que el propio López Obrador, un iracundo Octavio Romero se impuso en la asamblea de consejeros para ordenar al partido que se rechazaran las 11 diputaciones plurinominales otorgadas por el IEPCT; el militante que aceptase la curul sería expulsado, amagó.
En aquella ocasión, el entonces dirigente estatal Rafael López Cruz se opuso a Octavio y al final la cercanía de este con AMLO provocó que Rafael renunciara a su cargo; en solidaridad, el secretario general, Armando Padilla Herrera, también presentó su dimisión.
Esa fue una de las primeras crisis que se recuerdan en la formación del oriundo de Macuspana y que, como la actual en Morena, se atribuye a Romero Oropeza.
Ahora, la corriente de May no perdió ante otro partido: más bien, en la correlación de fuerzas con el otro grupo, el de Adán Augusto, a este le correspondieron 32 consejeros políticos de los 60 que “mandan” en el partido; esa ligera mayoría (de cuatro consejeros) le dio la presidencia a un cercano al titular de Gobernación.
A Octavio y May le dejaron la secretaría general para la diputada federal Lorena Méndez Denis y la presidencia del consejo político para José Ramiro López Obrador.
Sin embargo, sintiéndose con derecho de sangre como los auténticos partidarios de AMLO, los fundadores o duros querían las presidencias del partido y del consejo político para Lorena y José Ramiro, respectivamente.
Al no lograr un acuerdo con la gente de López Hernández, que mantuvo su apoyo a Tey Mollinedo y a Raúl Ojeda, los partidarios del director de Pemex renunciaron a ocupar un cargo directivo en el vinotinto.
Así como en 1997 Octavio Romero quería dejar al PRD lopezobradorista sin representación en el Congreso de Tabasco (al final los diputados plurinominales tomaron posesión del cargo), ahora ha dejado cojo al partido del Presidente, toda vez que no está completa la directriz de Morena en donde AMLO y Adán Augusto vieron la luz por primera vez hace ya muchas lunas.