>> ¡No queremos un Congreso Nacional de Morena “Patito”!
GUILLERMO PIMENTEL BALDERAS. Daniel Ortega, mandamás en Nicaragua, catalogado como un perfecto dictador, expulsó de su país a las monjas de la “Orden de la Ciudad” fundada por la Madre Teresa de Calcuta. Cerró su asociación junto con otras organizaciones benéficas y civiles.
A las monjas las trasladaron en autobús hasta la frontera con Costa Rica. Ortega las considero opositoras a su gobierno y tuvo el apoyo del Parlamento nicaragüense que, en su mayoría, son del partido sandinista. Se les retiro la personalidad jurídica a las religiosas.
La Iglesia Católica ha denunciado insistentemente la violación de los derechos humanos en Nicaragua y, nada ha pasado. Las religiosas, mantenían una guardería, un hogar para niñas víctimas de abusos o abandonadas y un asilo de ancianos que tuvieron que cerrar desde el 15 de junio.
Un departamento (autoridad) gubernamental en este país centroamericano que supervisa a las organizaciones no gubernamentales las acuso de “no cumplir sus obligaciones de declarar la procedencia de sus fondos”.
Hasta 2022, van más de 200 organizaciones clausuradas en Nicaragua desde 2018, por presunto incumplimiento de las nuevas y estrictas leyes de financiación que dicto Ortega. La tensión entre el gobierno del dictador y la iglesia católica se inicio desde que el clero refugio a estudiantes que protestaban contra el régimen criminal del gobierno sandinista durante una ola de protestas antigubernamentales en 2018.
Ortega ha acusado al clero católico de “ser golpista” y lo ha calificado como “diablo con sotana”. Ortega tiene 76 años y es su cuarto mandato consecutivo, al “ganar” unas elecciones más que amañadas.
¿Alguna similitud con el gobierno de López Obrador? Dicen los que saben de política y… del clero, que un serio “enemigo” para la 4T para el 2024 es la iglesia, más por su movilización de masas y sus “oradores” en los “pulpitos”, en las misas, pues de muchas formas podrían descarrilar las pretensiones de reelección o de un “maximato”.
Como está el país, podría parecerse a una descabellada pretensión de acallar las voces clericós, como se está haciendo en Nicaragua.
A lo mejor, no tardaran en expulsar de México a los religiosos de la orden Jesuita y posiblemente después de otras más. Como decía mi Abuelita: “¡Qué Dios nos agarre confesados!”
Sigue la mata dando
Dice Alejandro Rojas Díaz Durán que hay un mundo al revés. O sea que, la Iglesia exige aplicar la ley a los delincuentes y el Estado predica para que se porten bien.
En fin, ahora, Alejandro le refuta a Mario Delgado, quien se dice ser dirigente o el “Mesías” de Morena, que “van por el corcholotazo”. Y, le refriega en su cara que: “La imposición será traición al pueblo”. ¿Así se llevan? Bueno, otra vez en redes sociales el suplente del senador Ricardo Monreal le pregunta a la dirigencia morenista: “¿Cuál piso parejo”? ¿”No me digas que tampoco viste espectaculares en Coahuila a favor de Claudia Sheinbaum y de Adán Augusto”? ¿”Es piso parejo cuando excluyeron a Ricardo Monreal durante un año”? “El Estado ha abdicado de su principal responsabilidad. Cumplir y hacer cumplir la ley para garantizar el orden público, la paz y la seguridad ciudadana”.
Además, en otro twitter, Rojas Díaz Duran critica: “Centenares de líderes hemos impugnado el proceso de elección de los Congresistas Nacionales de Morena. Confiamos en que el TEPJF informa nos dé la razón. No queremos un Congreso Nacional “Patito”, Exigimos democracia; sin ella, no habra futuro para Morena”. Cierra conversación. ¿Le harán caso sus correligionarios?