GUILLERMO PIMENTEL BALDERAS
¿Bolita de cristal? Un reporte de Integralia Consultores que preside Luis Carlos Ugalde, de enero de 2022, analizo diez principales riesgos para México en ese año de elecciones. Aclaró que”el riesgo no es predicción y el nivel de probabilidad puede cambiar durante el periodo”.
Lo insólito es que, dicho trabajo intelectual se “acomoda” de alguna forma, para las elecciones de 2024. Sí, tal parece que la mayoría de los riesgos políticos que dio a conocer Integralia, a más de un año, pueden suceder en 2024.
Difundió que el presidente recrudecería su política de movilización y polarizaría en torno a temas prioritarios de su agenda de gobierno. Se agudizarían embates contra el Instituto Nacional Electoral (INE) -el de Lorenzo Córdova que, hoy se recrudece contra su supuesta “aliada” Guadalupe Taddei Zavala-. Que el crimen organizado interferiría activamente en el proceso electoral de 2022.Sucedió así y ahora, todo parece indicar que puede suceder en 2024.
Que aumentaría el riesgo de concentración de poder por el triunfo de Morena en la mayoría de las gubernaturas en disputa en 2022. Y, ahora, alarma que esto pueda repetirse en 2024.
Otro riesgo para 2022, que podría darse en 2024, es que se recrudezcan tasas altas de homicidio, extorsión y robo, con el fortalecimiento de grupos del crimen organizado. Otra más es que, antes como hoy, documentado en medios informativos, siga aumentando el número de facultades, responsabilidades y presupuesto (ajenos a la seguridad nacional) asignados a las Fuerzas Armadas.
Hace más de un año, Integralia alertó de que las finanzas públicas frágiles prevalecieran en 2022; esto, podría suceder también en 2024 y, no se diga de que, además, consideró en su reporte alza en la probabilidad de cooptación de integrantes de la SCJN y la presión y los ataques reputacionales sobre el Poder Judicial de la Federación; situación que hoy se agudiza y posiblemente empeorara en 2024. ¿Agüero?
Otras fichas
¿Adjetivita o descalificador? De acuerdo a varios expertos en la materia, el populismo (según la RAE), es una “tendencia política que pretende atraerse a las clases populares”. Su origen es un movimiento ruso del siglo XIX, llamado narodnismo (Narodnichestvo, народничество).
Una dictadura es una forma autoritaria de gobierno, caracterizada por tener un solo líder o un grupo de líderes y una escasa o nula tolerancia hacia el pluralismo político o la libertad de prensa
Según otras definiciones, las democracias son regímenes en los que “quienes gobiernan son seleccionados mediante elecciones competitivas”; por lo tanto, las dictaduras no son “democracias”.
Por su parte, de acuerdo a una publicación de El Imparcial-Noticias del Mundo/ Grecia (27 de Octubre de 2022), señala que “los “déspotas” y “hombres fuertes” del siglo XXI se asemejan a un modelo más antiguo de gobierno autoritario: “el dictador o tirano personalista, en el que el poder reside más en un individuo que en un partido o grupo ideológico”.
Indica que los primeros teóricos en examinar el enigma de cómo reconocer a un futuro dictador, fueron los antiguos griegos. En una tiranía, agrega, un individuo y sus seguidores más cercanos tienen el monopolio del poder y la riqueza. El tirano, que posee un poder excesivo, con el tiempo se corromperá moralmente. Los aspirantes a tiranos generalmente no eliminan las instituciones: les impiden funcionar correctamente. Aclara, los populistas desconfían de las instituciones, los dictadores las usan (Heródoto alrededor del 430 a. C.).
Aristóteles señaló: “el tirano es un agitador de la guerra, con el propósito deliberado de mantener al pueblo en constante necesidad de un líder”. ¡Sopas!
Pregunta mi abuelita ¿Cómo anillo al dedo a quien le queda?
Por cierto, está indignada mi abuelita por el fraude del “viejito” Luis Miguel.
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