Ciudad de México, 09 de febrero (entresemana.mx). La mañanera transitaba entre las medias verdades y las mentiras completas, cuando el licenciado Andrés Manuel López Obrador aludió a la corrupción que imperaba en los negocios de grandes empresas españolas en México, en los tiempos neoliberales recientes. Lea usted.
“(…) Pero aquí están pruebas, hechos. Y todo porque hacen lo que llaman lobby los que se dedican a los negocios jugosos al amparo del poder y antes eran como dueños de México.
“Es el caso de las empresas españolas. Si ahora no es buena relación… Y a mí me gustaría que hasta nos tardáramos en que se normalizara para hacer una pausa, que yo creo que nos va a convenir a los mexicanos y a los españoles, desde luego al pueblo de México y al pueblo de España, hacer una pausa en las relaciones, porque era un contubernio arriba, una promiscuidad económica-política en la cúpula de los gobiernos de México y de España, pero como tres sexenios seguidos, y México llevaba la peor parte, lo saqueaban.
“Entonces, vale más darnos un tiempo, una pausa. A lo mejor ya cuando cambie el gobierno ya se restablecen las relaciones y yo desearía, ya cuando no esté yo aquí, que no fuesen igual como eran antes.
“Aquí está Octavio, el director de Pemex. Platícales cómo nos iba con las empresas españolas, a ver, sí, un ejemplo. A ver, cómo nos fue con Repsol, que iban a sacar más gas de la Cuenca de Burgos, o platícales de los astilleros o de cualquier otro negocio. De una vez. Acuérdate de uno que lo puedas contar en breve”.
Y bueno, Octavio Romero Oropeza platicó, cuando un reportero preguntó al presidente López Obrador explicara aquello de “esa pausa en las relaciones…”
Andrés Manuel López Obrador respondió:
“Sí, la pausa es: vamos a darnos tiempo para respetarnos y que no nos vean como tierra de conquista. O sea, sí queremos tener buenas relaciones con todos los gobiernos, con todos los pueblos del mundo, pero no queremos que nos roben. Así como los españoles no quieren que lleguen de ningún país —y hacen bien— a robarles, pues tampoco queremos nosotros. Entonces, vamos a esperar, porque era mucho.
O sea, Calderón tenía a Repsol…
—Iberdrola–, le corrigieron.
—No, Iberdrola viene de Fox, de Fox y antes, pero Iberdrola, cuando empiezan con toda la reforma eléctrica—acota el licenciado presidente y continúa.
–Luego, Calderón, Repsol. A Repsol le da este contrato, le dan este contrato de Burgos que, como lo establece el… Se puede probar, Octavio. No les importaba sacar gas, lo que les importaba era el contrato de obra. Entonces, Pemex les pagaba a precios elevadísimos, les pagaba todo.
–¿Cómo se llaman esos indirectos en donde les pagaban los viajes?
—Contratos de servicio múltiples—atiende Romero Oropeza.
—Sí, residencias, todo, todo pagado completo—asume López Obrador y prosigue.
–Al final se llegó a extraer menos gas que el que extraía Pemex cuando no había entregado el contrato a Repsol. ¿No es así?
—El contrato de Repsol en Manzanillo cuando…–añade Romero Oropeza.
–Bueno, sí –asume López Obrador–, pero en el caso de Burgos el contrato supuestamente era para extraer más gas y no; llegó el momento, cancelaron el contrato, se llevaron todo.
Luego, un contrato con Repsol de 26 mil millones de dólares para traer gas a Manzanillo del Perú. No licitaron; es más, todavía no se firmaba aquí el acuerdo con la Comisión Federal de Electricidad y ya Repsol estaba comprando el gas en el Perú asegurando de que ya lo tenía vendido en México.
¿Dónde firmaron el contrato? ¿Dónde se hizo el arreglo?
En Gobernación con el finado, que en paz descanse, Mourinho. Lo tengo que decir porque… O sea, 26 mil millones de dólares.
Luego, como baja el precio del gas en Texas y ya no se les resultaba a los españoles, me refiero a los empresarios, no confundir al pueblo de España, que es un pueblo que merece todo nuestro respeto porque es un pueblo trabajador y pueblo extraordinario, un pueblo bueno, no, nos estamos refiriendo a los de arriba, a los de la cúpula del poder, económico y político, que es la misma cosa, es una mezcolanza de poder económico con poder político allá, bueno, cancelan el contrato y no pasa absolutamente nada.
Luego, tenía —estoy hablando en el mismo sexenio ¿eh?—, tenía acciones Pemex en Repsol, las remata, las vende en precios bajos; al mes, esas acciones aumentan de precio. Un gran negocio.
Estamos hablando de Repsol. Bueno, hasta ahí me quedo, pero hay otras cosas.
—¿En la jefatura de Gobierno con qué empresa? ¿Eumex y…?—alguien interviene.
–Sí, con Eumex, sí—admite el licenciado presidente y abunda.
–Pero luego viene OHL, ya esto es Peña, también española. Todos los contratos para OHL.
Y hacían hasta licitaciones, aquí les puedo hablar de dos contratos que me consta:
Uno, el segundo piso de aquí de Satélite. Presentó proyecto una empresa de Slim contra OHL. Era mejor la propuesta de la empresa de Slim, pero como se califica en puntos le ganó OHL porque era el mejor proyecto arquitectónico, era el que armonizaba más con el paisaje urbano. Ese es uno.
Y el otro, una autopista, creo que de Atlacomulco. Igual, la propuesta de Slim más barata y en los puntos cepillan a la empresa de Slim con el señalamiento de que no tenía solvencia económica, la empresa de Slim no garantizaba solvencia económica. O sea, todo eso irregular completamente.
Y no quiero hablar de los bancos, porque es otro capítulo.
Entonces, como que necesitamos un respiro. No hay que enojarse.
Alguien lo cuestiona y responde.
–No, no, no, para nada, es nada más irnos despacio, ya lo dije, una pausa. Nos conviene, nos conviene una pausa, un tiempo, porque eso que sucedió…
—¿Lo pediría de manera formal?—planteamiento elemental. La respuesta es evasiva.
–No, no, no, eso no se puede hacer—ataja Andrés Manuel y se cura en salud:
–Imagínense los internacionalistas, los diplomáticos. Si de por sí me cuestionan, porque soy de Tepetitán, aldeano. No implica… Un comentario. ¿Ya no puedo hacer ningún comentario entonces? Ya, es una plática aquí, una conversación, o sea, para que la gente tenga todos los elementos.
Yo lo tengo que platicar, o sea, se tiene que socializar, que se conozca todo esto, porque hay que garantizar el derecho del pueblo a la información y además porque, aunque se ha avanzado muchísimo, todavía los medios de información tienen vetados, son temas vedados, no se dan a conocer, no hay reportaje sobre esto, no es lo de… ¿Cómo se llama la asociación de Claudio X. González? ‘Todos a Favor de la Corrupción’.
Nada más imagínense la investigación de la relación entre Claudio e Iberdrola. Es un buen tema. No hay, y eran socios, tenía Claudio acciones en la industria eléctrica, pero fue asesor económico de Salinas, el papá.
Entonces, por eso les da coraje y tratan de calumniarnos pensando que con eso van ellos a combatirnos o van a proyectar la imagen de que todos son iguales. No, no, no, si nosotros venimos luchando contra la corrupción.
Esto que les estoy planteando de Iberdrola y de Repsol lo tengo escrito en los libros, lo he denunciado desde hace años, he presentado denuncias formales por lo que yo consideraba era un saqueo a México por la mafia del poder.
A mí no me pueden decir: ‘¿Y por qué no lo dijo usted en su momento?’ Cuántas veces luchamos, bueno, movilizamos al pueblo para que no se llevaran a cabo estas atrocidades, no es que ahora de repente nos dio por hacer estos cuestionamientos. Siempre. Además, en campaña lo dijimos y la gente votó porque eso se terminara.
Ahora que me están preguntando sobre la relación con España, pues ahí están las denuncias hechas. Y no se trata, pues, de pelearnos. Y de ser muy claros. Imagínense, los ejemplos del pueblo español, sus buenos dirigentes, las buenas relaciones, sobre todo en los momentos de persecución en España cuando el franquismo, la gran labor del general Cárdenas cuando la República española. Cuántos españoles vinieron a México, muchos niños y mucha gente preparada que contribuyó al desarrollo de este país y que tienen todo nuestro respeto, y los españoles de allá, todos. El asunto es arriba. No nos debemos de confundir, o sea, no confundir lo que es un gobierno con lo que es una nación, es distinto. Entonces, todo esto que estamos hablando eran acuerdos arriba, de las élites.
Yo no sé, estaban acomplejados los gobernantes de México, no sé si hasta llegaron a recibir títulos nobiliarios. A Vargas Llosa creo que sí le dieron su título. Pero se fascinaban con la relación, sobre todo con la monarquía.
—Pero recibían dinero, ¿no, presidente?
—Pues muchos negocios, muchos negocios. En el caso del turismo, allá en la Riviera Maya, empresas turísticas con todas las facilidades, todas.
—Vargas Llosa es marqués—asesora Jesús Ramírez Cuevas y el daño a la relación con España estaba hecho.