* Con total impunidad los ex alcaldes gozan de sus bienes mal habido
* ¿PAN y PRD aguantarán a los tricolores o abrirán los espacios con MC?
* Cuando Neme Castillo aplicó la López Mateo en su destape a la gubernatura
ANTONIO CARAVEO MALDONADO (Tabasco). Los dineros. Cada tres años alimentan el morbo sobre la suerte de los ex presidentes municipales, principalmente o de quienes están al frente y puedan ser destituidos por sus malos manejos.
Es una cinta de alimento a la especulación y al final, siempre, no lleva a ningún lado. No hay responsable de los desvíos de los dineros del erario público.
El último en estar pagando por su fechoría cuando estuvo el frente de la alcaldía de Macuspana es José Eduardo “Cuco” Rovirosa.
Los otros dos más recientes con pecado capitales son Roberto Villalpando de la tierra del presidente y la “Chona” Silván de Jalapa. El castigo, la destitución, pero se fueron locos de contentos con su cargamento. O sea, gozan de la impunidad.
Y así va seguir. No habrá ningún edil separado de su cargo y los ex, pueden seguir en el baile de sus bienes mal habido.
¿Rompen?
No sabemos si se separan en definitiva del Revolucionario Institucional los del PAN y PRD en la construcción de la Alianza va por México o se esperan un tiempo a esperar la maniobra de los tricolores con el asunto de la Guardia Nacional de incorporarla al Ejército Mexicano.
En ese enjambre, se frota la mano Dante Delgado dueño de Movimiento Ciudadano al no disgustarle ir con los panistas y perredistas, llevando su probable propuesta de abanderado presidencial a Marcelo Ebrard o Ricardo Monreal al no comulgar con los tricolores.
De darse esa foto, no será por el momento. Se debe ir hasta el límite, cuando decidan en Palacio Nacional el nombre del abanderado de Morena y ahí ven solo dos nombres, según los analista: Claudia Sheinbaum o Adán Augusto López.
Si bien festinan en Morena la “ruptura” de los aliancistas, también los priistas no dan por muerta de ir juntos en el 2023 en los relevos estatales del Estado de México y Coahuila.
Si la decisión del PRI de acompañar a Morena en el tema de la Guardia Nacional debe pagar alguna penalidad a sus aún socios, sobre todo de no ir de aliados en las dos entidades el gran perdedor sería el antiguo poderoso Revolucionario Institucional.
Descifrar si el PAN y PRD aguantarán la jugada de su aliado con los del partido en el poder o ya exploran las posibilidades de jugar con Movimiento Ciudadano.
DE BAJADA
Toma parte de la anécdota del presidente Adolfo López Mateo cuando designaría a su sucesor en la presidencia del país. Lo citó una primera y le dio bat. En la segunda ocasión, cuatro días posteriores lo mando a llamar al despacho presidencial. Según lo narrado lo invitó a sentarse y sacó dos copas y la misma botella de mezcal diciéndole: “quiero brindar con el próximo presidente de México. ¿Alguna pregunta?; Sí señor presidente, hace unos días me llamó para decirme lo contrario… por qué razón? ¿Cuánta gente le acompañó el otro día?, dijo Ruiz Cortinez. Trescientos compañeros, respondió. ¿Y cuánta vino hoy? Cuatro señores. Confíe en esos cuatro y a los trescientos que vinieron el otro día mándelos a Chingar a su Madre, son interesados y oportunistas». Así se convirtió López Mateos en presidente.
La anécdota se da, porqué en 1988, en la proximidad de del destape del candidato a la gubernatura de Tabasco, ya se daba por hecho una semana previa de ser el bueno el director de Banrural, José Gamas Torruco. En esa semana la clase política vacío las oficinas del senador Salvador Neme Castillo y se volcó hacia la de Gamas. Cuatro días después, el diario Excélsior publicó desvío de millones de pesos en el Banco Banrural a cargo de Gamas. Fue la clave para perder la candidatura del PRI al mando estatal. Y decidirse por postular a Neme y ver el retorno de quienes lo dejaron olvidado. De ahí la decisión de no invitar al gabinete a ninguno de ellos y llenar el gabinete con sus amigos. Aplicó la de López Mateo el senador.