Conjunto Estadio Azteca: comercialización de los derechos humanos

>> Se promueve como edificación sustentable y “remodelación externa” del Coloso de Santa Úrsula

>> Oposición vecinal: piden su cancelación y un alto a las políticas neoliberales

Guadalupe López García y Lizbeth Álvarez Martínez

Ciudad de México, 10 de agosto (SemMéxico/entresemana.mx). Las empresas responsables lo promueven como una edificación sustentable, el gobierno de la Ciudad de México, como parte del plan para la reactivación económica después de la pandemia por la covid-19; la Federación Mexicana de Futbol (FMF), como un ejemplo para el mundo, pero para los habitantes de la zona, el proyecto Conjunto Estadio Azteca (CEA) será parte de la gentrificación, afectará la dotación de agua, la movilidad, el territorio y el medio ambiente del sur de la Ciudad de México.

Por primera vez, la Copa Mundial FIFA 2026 tendrá tres sedes: México, Estados Unidos y Canadá. En el país, los partidos se jugarán en tres estadios: el BBVA, en Monterrey, Nuevo León; el Akron, en Zapopan, Jalisco, y el Estadio Azteca, el cual tendrá una “remodelación” interna y externa, como lo ha expuesto el presidente de la FMF, Yon de Luisa.

En los videos promocionales de su sitio virtual, se escucha que el Conjunto “quiere ser símbolo de unión entre la comunidad y el proyecto para que todos salgamos beneficiados”. “Hay trabajo para todas y todos. Una oportunidad única que nos hará crecer juntos”, aunque las y los habitantes de la zona no opinan lo mismo, pues a través de diversas protestas han pedido que se cancele, porque no beneficia a su calidad de vida ni al acceso a derechos, como el del agua.

Esta es la cancha en la que se patea el balón de la política, la infraestructura urbana, la economía y la vida comunitaria de una zona de la Ciudad de México que repercutirá en todo el país, más allá del futbol. Aquí hacemos un recuento de lo que ha sucedido alrededor del Estadio Azteca, cuyas obras estarán iniciando en el primer trimestre de 2023, con una duración de dos años y con una inversión de 150 millones de dólares, como ha dado a conocer De Luisa. La última actividad del Coloso de Santa Úrsula será el concierto del rapero puertoriqueño Bad Bunny, en diciembre de este año.

Estadio Azteca: la cancha del desarrollo inmobiliario

En su congreso número 70, efectuado en junio de 2018 en Moscú, la Federación Internacional de Futbol Asociación (FIFA) eligió a México, Estados Unidos y Canadá como sedes del mundial de 2026. En su reunión de 2022, en Nueva York, definió las 16 ciudades donde se jugarán los partidos. A México le correspondieron 10 partidos a jugarse en Guadalajara, Monterrey y Ciudad de México.

Para estar listo, De Luisa informó que el Estadio Azteca, propiedad de Televisa, será sometido a una “remodelación” interna (adecuaciones a las instalaciones del estadio y aumento de 80 mil a 85 mil asientos, entre otras) y a otra externa, con la construcción de un hotel, un centro comercial de cuatro niveles con tres mezanines, un estacionamiento de siete niveles (con 925 cajones que se sumarán a los 6 mil 718 existentes) y un sótano. Por sí sola, más que una “remodelación”, se trata de un megaproyecto.

En su sitio virtual, el Centro Mexicano de Derecho Ambiental, AC (Cemda), establece que los megaproyectos o “grandes proyectos de desarrollo” contemplan  la “creación o la mejora de la infraestructura física de una región determinada, la transformación a largo plazo de las actividades productivas con los correspondientes cambios en el uso de la tierra y los derechos de propiedad sobre la misma, así como la explotación en gran escala de los recursos naturales”, con una inversión de capital público o privado, nacional o internacional.

La obra prevé desarrollarse en un polígono aprobado en 2016 por Francisco Alejandro García Robles, exdirector de Instrumentos para el Desarrollo Urbano de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda capitalina (Seduvi), y quien se encuentra preso desde finales de 2020, por presuntamente autorizar construcciones de forma indebida.

Información del CEA, en su sitio oficial, expone que “el diseño y construcción de Conjunto Estadio Azteca se realizará con base en los criterios del Programa de Certificación de Edificaciones Sustentables (PCES)”. La zona de impacto será de un kilómetro a la redonda del coloso, en una superficie total de construcción de 323,223.25 metros cuadrados de dos predios: uno, del Circuito Estadio Azteca, número 42, y el otro de Calzada de Tlalpan, número 3475.

De la Evaluación de Impacto Social, la Secretaría del Medio Ambiente de la Ciudad de México (Sedema) impulsó del 11 al 24 de octubre de 2021 la Consulta Vecinal para Grandes Construcciones. Debido a que “se identificaron inquietudes de algunos grupos”, indica el sitio oficial, se acordó una segunda vuelta en febrero pasado, la cual no se pudo realizar, porque las y los vecinos impidieron la instalación de las mesas.

En relación con las afectaciones estimadas y medidas de atención propuestas, el CEA contempla, entre otras acciones, la perforación de un pozo de agua, una planta de tratamiento, un parque, una ciclovía, un programa para la gestión integral de los residuos sólidos urbanos, la plantación de 1,668 árboles, una nueva área verde, un humedal artificial, un centro de integración comunitaria. Asimismo, se generarán 14,226 empleos directos e indirectos durante la etapa de construcción y de su operación.

Para el gobierno de la Ciudad de México: reactivación económica

El 15 de junio pasado, Yon de Luisa aclaró que la inversión del proyecto será privada y estará a cargo de Altavista Sur Inmobiliaria y Fútbol del Distrito Federal. El gobierno de la Ciudad de México participará solo en la remodelación vial, aunque no descartó más apoyo, luego de que el titular de la FIFA, Gianni Infantino, en su visita a México en abril pasado se reunión con el presidente Andrés Manuel López Obrador y el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard.

En un tuit de la cuenta “Andrés Manuel”, publicado después del encuentro, el mandatario escribió: “Están iniciando los preparativos para la Copa Mundial de la FIFA 2026; ya no estaré en la presidencia, pero ayudaremos en el tiempo que nos queda para auspiciar la alegría de la gente y fomentar el deporte”.

En una entrevista colectiva del 18 de octubre de 2021, al ser cuestionada sobre las manifestaciones en contra del CEA, la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, aseguro que será decisión de quienes viven en la zona si están o no de acuerdo en su construcción. Recalcó que no harían nada que esté en contra de la gente; para ello, se estaba promoviendo una consulta y reuniones.

A pregunta expresa, comentó que la iniciativa se presentó como parte de la reactivación económica, pero que cuando se trata de megaproyectos, se debe someter a consulta vecinal. El 26 de julio del 2021, Sheinbaum presentó el Plan de Reactivación Económica de la Ciudad de México, con 10 ejes. En el acto con empresarios, el presidente de la Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios, Enrique Téllez Kuenzler, explicó que se pondrán en marcha —con el gobierno capitalino— 24 proyectos estratégicos: hospitales, escuelas, usos mixtos habitacionales, comerciales y de oficinas, sin especificar lo relacionado con el CEA.

El 18 de noviembre de 2021, la mandataria local recibió a una delegación de la FIFA —encabezada por Benno Ruwe, jefe del proyecto de la copa 2026— en un acto en el que expresó su apoyo para que la inauguración del mundial se efectué en el Estadio Azteca. Se comprometió “a contribuir y lograr, en coordinación con la iniciativa privada, un mundial inolvidable”, se indicó en el boletín oficial.

Yon de Luisa declaró en junio a Forbes México que la sustentabilidad económica fue vital para buscar la sede del mundial de futbol 2026, porque la inversión en su organización será con capital privado. Se espera una derrama económica de 520 millones de dólares en las tres ciudades que serán sede y la generación de 12 mil empleos, además de que habrá un impacto turístico nacional e internacional con unos 500 mil visitantes, agregó.

Para la comunidad: “migajas de mitigación”

Al darse la noticia de las 16 ciudades en los que se jugarán los partidos, en un comunicado del 16 de junio, el Estadio Azteca puntualizó que luego de 56 años de su creación, este campo se proyecta “como un referente internacional en los deportes y espectáculos, con un enfoque sustentable y cercano a la comunidad”.

 

La opinión de esa comunidad respecto del CEA dista mucho del optimismo de los empresarios, de Televisa, de la FMF, de la FIFA y de las autoridades gubernamentales. A partir de que se hizo la primera consulta, las y los colonos se organizaron en asambleas para informar sobre el proyecto y analizar la política neoliberal de desarrollo inmobiliario, relata el Comité Cerezo México, en el boletín Fragua (número 8, invierno-primavera 2021).

Además, refiere Natalia Lara Trejo en ese mismo boletín, cuentan con datos obtenidos por la Plataforma Nacional de Transparencia, puesto que, a pesar de tener mesas de trabajo con autoridades gubernamentales, estas se han negado a facilitarles los expedientes y componentes técnicos para conocer el impacto real. La Sedema no lo considera necesario.

De esa información, Lara Trejo —integrante de la Asamblea Tlalpan-Coyoacán contra el Proyecto Estadio Azteca— destaca que en 2018 la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda de la Ciudad de México modificó el uso del suelo. En 2019, la Comisión Nacional del Agua le otorgó a la empresa una concesión de extracción anual de 450 millones de litros de agua.

Por otra parte, habitantes de la zona afirman que autoridades locales reconocieron en reuniones que sí existe una falta administrativa en la aprobación de los terrenos, pero el proceso no ha sido restituido, porque afirman que cualquier otro funcionario los habría avalado.

Asimismo, reporta Lara Trejo en el boletín, un estudio de movilidad concluyó que el CEA afectará 89 colonias del sur de la Ciudad de México, pero la Sedema determinó que solo serán tomadas en cuenta 17 de las alcaldías Tlalpan y Coyoacán para evaluar el impacto social con la construcción del centro comercial.

Entre esas colonias están El Caracol, Cantera Puente de Piedra, Toriello Guerra, Pedregal de Santa Úrsula, Pedregal de La Zorra, Pueblo Quieto, Joyas del Pedregal, Cantil del Pedregal, Bosques de Tetlameya, San Lorenzo Huipulco, Pueblo de Santa Úrsula Coapa, Viejo Ejido Santa Úrsula Coapa, Villa Lázaro Cárdenas, Vergel de Coyoacán, Las Trojes Coapa y Pedregal de Carrasco.

Las y los habitantes de la zona que se han organizado refieren que las medidas de mitigación propuestas por los desarrolladores son “migajas de mitigación”, de acuerdo con sus análisis presentados en diversos espacios, entrevistas y foros, como el Seminario “Megaproyecto Estadio Azteca: impactos socioambientales”, organizado por la Red de Mujeres Sindicalistas (RMS) el 30 de junio de este año.

Impactos en abasto de agua, movilidad y medio ambiente

Información de los desarrolladores señala que el funcionamiento del Conjunto implicará un consumo adicional de 567 mil 731 litros de agua diarios y reducirá la infiltración de agua para la recarga del acuífero. En Tlalpan y Coyoacán —alcaldías que concentran 173 de los 561 pozos que operan en la Ciudad de México— la escasez de agua que ya se padece, se agudizará por la demanda del líquido para su uso comercial.

Alertó que aun cuando Televisa se comprometió a que el 78 por ciento del agua del pozo que le fue concesionado será para la comunidad, representa un riesgo, porque será perforado cerca de dos que ya existen, lo que aumentará la vulnerabilidad del suelo.

En materia de medio ambiente, la obra afectará más de 36 mil metros cuadrados de áreas verdes, provocará el derribo del 40 por ciento de los árboles existentes y generará la emisión de 3 mil 231 toneladas de CO2 —por el aumento de viajes y uso del automóvil y del estacionamiento— y de 3 mil 240 toneladas adicionales de residuos urbanos.

La construcción de una ciclovía y corredores verdes son inviables, porque las calles alrededor del coloso de Santa Úrsula son estrechas, producto de la autoconstrucción de las colonias y caracterizada por congestiones viales, debido a que está rodeada de avenidas como Calzada de Tlalpan, Miramontes, Calzada del Hueso, Periférico Sur y Prolongación División del Norte, precisa Natalia Lara.

En cuanto al caso de los árboles, la Norma ambiental de la Ciudad de México establece que por cada árbol talado o dañado por obras privadas se deben sembrar entre cuatro y 12, dependiendo del grado de afectación provocado. Esto significa que tendrían que plantar como mínimo 2 mil 328 árboles, y no los mil 668 que ofrecen.

Aunque el CEA aumentará la generación de residuos sólidos, las medidas de mitigación no contemplan acciones para mejorar la recolección de basura, lo que podría aumentar el problema de los basureros clandestinos. De acuerdo con su Programa de Desarrollo Urbano, ya son un problema en Coyoacán, que aporta el 5 por ciento del total de la basura de este tipo de tiraderos.

Mujeres: las más afectadas

En el boletín citado, Lara Trejo puntualizó que en el estudio de impacto tampoco se analizó la inversión en los tiempos para el cuidado. Para especialistas, el megaproyecto perjudicará de manera particular a las mujeres, quienes deberán dedicar más tiempo al trabajo no remunerado, a buscar satisfacer derechos y servicios básicos para ellas y sus familias y a efectuar actividades cotidianas en relación con la crianza de las y los hijos y el trabajo doméstico.

Esta situación, advirtió Lara, aumentará la brecha de género, ya que representará un obstáculo para el acceso al trabajo remunerado y para su independencia económica. A ello se suma el aumento de la violencia y la falta de acciones concretas para atenderla.

Miguel Soto, integrante de la organización PODER, explicó que desde 2015, la FIFA solicitó a las ciudades postulantes un informe sobre los riesgos a los derechos humanos que las Copas del Mundo pueden exacerbar y las acciones para mitigarlos.

Señaló que el informe de la Ciudad de México reconoce que los grandes eventos deportivos están relacionados con el aumento de la violencia contra las mujeres, sobre todo en el hogar, pero eso no obligó a las autoridades a plantear acciones para atender este problema, porque es una sede que estaba contemplada desde el principio.

“Al final, ninguna de estas tres ciudades tuvo que mejorar ningún proceso en materia de derechos humanos, equidad de género y sostenibilidad socioambiental que la FIFA promueve para obtener el título de sede o ciudad anfitriona”, aseguró. El informe tampoco menciona el CEA.

Consulta vecinal: ejercicio de marketing

Francisco Cerezo, del Comité Cerezo, se refiere a la consulta vecinal para el CEA como un ejercicio de marketing, porque el cuestionario aplicado se enfocó en exaltar las medidas de mitigación impuestas. Nunca les aclararon cómo determinaron esas medidas, cuáles serían los impactos reales y por qué participaron solo 4 mil 813 personas, cuando en la zona de influencia del megaproyecto habitan más de 56 mil personas en edad de votar.

Entre las 17 colonias consideradas en la primera ronda están los pueblos originarios de Huipulco y Santa Úrsula Coapa, pero hasta ahora no han sido consultados. A pesar de ello, los desarrolladores informaron que el 58 por ciento de las y los participantes estuvieron de acuerdo con la construcción; sin embargo, no es posible corroborar ese dato.

Cerezo lamentó que Claudia Sheinbaum diga que respetará la decisión de la gente, cuando en los hechos la Consulta Vecinal para Grandes Construcciones no es un mecanismo real de participación ciudadana. “Lo que decimos es que ella solicite la consulta. Ahí veríamos que está a favor de la gente para que decida si realmente quiere o no el proyecto”, demandó.

Mientras tanto, las y los vecinos organizados solicitaron al Instituto Electoral de la Ciudad de México promover una consulta ciudadana, cuyos resultados sean vinculantes. Para ello, lanzaron una iniciativa para crear Comités Populares que busquen reunir las firmas necesarias para el proceso, anunció Cerezo.

Gentrificación: efecto de los megaproyectos

En el sitio web de Cemda, se apunta que “en México, muchas de las violaciones a derechos humanos en contra de pueblos y comunidades indígenas y rurales se han perpetrado en el marco del desarrollo de megaproyectos”, debido a “una política económica y social que carece de toda perspectiva de sustentabilidad y pertinencia biocultural, que ocasiona el consumo desmedido de los recursos naturales, la destrucción ecológica, la deforestación, la erosión de suelos y del patrimonio biocultural, la desertificación, la sobreexplotación de recursos naturales y la contaminación de agua y aire”.

Señala que para un desarrollo verdaderamente sustentable que genere bienestar social, el Estado mexicano debe —entre otras medidas— suscribir y ratificar el Protocolo Facultativo del Pacto Internacional sobre los Derechos Económicos, Sociales y Culturales, alinear y armonizar el marco legal y las políticas públicas del sector agropecuario, ambiental, agua y de pueblos indígenas-comunidades equiparables, bajo un enfoque de derechos humanos, de género y el principio del Estado pluricultural.

En lo referente al CEA, de acuerdo con la conclusión de Natalia Lara en Fragua, quienes habitan en la zona se encuentran en una situación de injusticia y discriminación en el acceso a la ciudad, donde el gobierno capitalino actúa en favor de un desarrollo económico que los excluye.

En el boletín, el Comité Cerezo manifiesta que el neoliberalismo convierte en mercancía los derechos humanos. En lo que respecta al CEA, con la modificación del uso del suelo, aumentará el pago del predial, las tarifas del agua, alterará el tejido social y romperá las redes sociales de las y los colonos. Esto habla de la gentrificación; es decir, intervenciones urbanas que encarecen el acceso a servicios, por lo que se da un desplazamiento de los habitantes en mayor situación de pobreza.

La resistencia a las políticas neoliberales

En el informe del Relator Especial sobre los derechos humanos al agua potable y al saneamiento a la 74ª Asamblea General de la ONU, Léo Heller, acerca del impacto de los megaproyectos, se establece que “las consecuencias derivadas de las lagunas en materia de derechos humanos que existen en el marco regulatorio vigente, así como el desequilibrio de poder entre los defensores y quienes se ven afectados por los proyectos, han favorecido la aparición de conflictos sociales”, lo que también podría generar enfrentamientos.

Por otro lado, agrega, la ejecución de estas grandes obras, “se ha asociado con la persecución, la judicialización y otros tipos de ataques contra los defensores de los derechos humanos, lo que viola varios de sus derechos, como la libertad de expresión y la libertad de reunión”.

El portal SemMéxico ha dado seguimiento a las movilizaciones que organizaciones y habitantes de las alcaldías de Tlalpan y Coyoacán han efectuado, a las que se han sumado en reuniones quienes provienen de Magdalena Contreras, Cuajimalpa, Álvaro Obregón y Benito Juárez. Han sido protestas, cierres de circulación, una marcha rumbo al Zócalo capitalino, jornadas de difusión, asambleas ciudadanas, boletines de prensa, han gestionado trámites de amparo y han clausurado de manera simbólica el Estadio Azteca.

Natalia Lara, en la entrevista con SemMéxico, recordó que las protestas iniciaron en octubre de 2021, cuando se llevó a cabo la primera consulta vecinal. Era un movimiento pequeño que ya creció, pues se están uniendo más organizaciones.

Además, han demandado un diálogo público y abierto y pedido que renuncien los funcionarios involucrados en las irregularidades detectadas. Se han manifestado en actos donde la jefa de Gobierno se ha presentado, como en la reunión que sostuvo con la delegación de la FIFA y le han enviado dos cartas, pidiendo que se cancele el megaproyecto.

Una carta con fecha 7 de marzo contiene más de 300 firmas. La otra, del 13 de mayo pasado, el Comité Cerezo pide que el CEA se cancele y se ponga un alto a las políticas neoliberales contra barrios, pueblos y colonias: “Nosotros no nos oponemos al progreso ni a la reactivación económica, al contrario, consideramos que deben de realizarse proyectos y obras de infraestructura que beneficien al pueblo y generen empleos dignos con salarios justos y seguridad social”.

En la misiva, afirmó que la renuncia de Lilián Guigue, como directora de Evaluación de Impacto y Regulación Ambiental de la Sedema, quien fue señalada como la negociadora con los desarrolladores inmobiliarios las medidas de mitigación, fue un logro de su lucha, y que ahora tendría que ser investigada y sancionada. Sin embargo, la titular de la dependencia, Mariana Robles, negó que haya sido por esa causa y que se fue a Nacional Financiera.

“El cumplimiento de estas exigencias será un primer paso para que los habitantes de las colonias populares del sur de la Ciudad de México vivamos y ejerzamos realmente nuestro derecho a la Ciudad, nuestro derecho a la participación política y a decidir sobre lo que nos corresponde”, finalizó el documento.

La protesta más reciente fue este lunes 9 de agosto, cuando vecinos de Tlalpan acudieron a la zona en donde se reiniciaron los trabajos de conexión de tuberías en la colonia La Joya, que llevarán al Estadio Azteca. Enrique Fernández López, uno de los líderes de la organización Agua-Tlalpan/Vecinos organizados, indicó a SemMéxico que había un acuerdo con autoridades del Sistema de Aguas de la Ciudad de México (Sacmex) para detener las obras, en tanto se revisaba el proyecto, los permisos y su impacto ambiental. La policía se presentó. Por ahora, las y los inconformes continuarán con la revisión del proyecto. De continuar con él, buscarían un amparo, adelantó Fernández López.

Futbol: pasión y religión en México

Mientras se define la edificación del megaproyecto, los preparativos para el mundial continúan. Para Gianni Infantino, el Estadio Azteca —único en el mundo en el que se habrán jugado partidos de tres mundiales (1970, 1986 y 2026)— es la catedral del futbol; como italiano, lo considera el Vaticano del futbol mundial. Durante su visita de abril pasado, pidió que en su remodelación no se pierda “su alma” y se mantenga su “magia”. De Luisa confirmó que se respetará su esencia y su legado.

Infantino habló de México como uno de los países más importantes en el futbol mundial, deporte que representa pasión, religión y que es la vida de millones de mexicanos. No obstante, de las 15 participaciones en los mundiales, en ocho ha clasificado a octavos de final y solo en dos ha llegado a la cuarta etapa; precisamente cuando México ha sido sede.

En entrevista para este reportaje, la especialista en género, comunicación y periodismo, Claudia Pedroza, indicó que el apoyo que recibe la FMF no se fundamenta tanto en lo deportivo, sino que es un acuerdo de tipo comercial publicitario. Su carácter profesional hace que no dependa del presupuesto del gobierno para el desarrollo de sus selecciones o la construcción de sus estadios, por lo que no importa qué lugar tenga en un campeonato mundial.

Para una gran parte de la población de México, opinó, el futbol forma parte de su identidad. Es una pasión y tienen diversos rituales que la vinculan con los equipos y que hace que se vea como una religión. Aun cuando no se tenga muchas posibilidades de avanzar más allá del quinto partido, los estadios van a estar llenos. Sobre todo, cuando se juega en el propio país, lo mismo sucederá en Estados Unidos donde hay muchos mexicanos.

Pedroza adelantó que todo parece indicar que el equipo no tendrá un mundial diferente a otros, pero contará con todo un aparato comercial que hará que la afición tenga ilusión y necesidad de hacerse presente. Por lo pronto, el reloj para que inicie o se cancele el megaproyecto sigue en cuenta regresiva.

Esta información forma parte del proyecto México Unido 2026, promoviendo los derechos laborales, de la Red de Mujeres Sindicalistas.

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