CONCATENACIONES/ La convalecencia del peso

FERNANDO IRALA. Incluso en algunos expertos, ha causado sorpresa la mejora consistente de la cotización del peso frente al dólar, pero en realidad no hay mucho misterio si se analiza la evolución cambiaria con cierto detalle.

Se ha hecho notar que hacia el final de la pasada semana, el peso se cotizó por debajo de las dieciocho unidades por dólar, en niveles que no se veían desde hace cinco años, entre marzo y abril de 2018.

A partir de entonces, su paridad fue en descenso continuo durante los siguientes meses hasta rebasar en junio de ese año la barrera de los veinte pesos. No escapó a nadie cuál era el factor que amenazaba a la moneda mexicana, se trataba de la proximidad de las elecciones presidenciales y el temor vuelto certidumbre de que ganaría el actual presidente.

El hecho de que no hubiera un desenlace violento volvió a arropar al peso, y la tasa cambiaria bajó de los veinte el resto del año y al empezar el siguiente.

Un año después, la pandemia del coronavirus y la incertidumbre mundial lo llevaron a la lona, hasta llegar en momentos a cerca de los veinticinco pesos por dólar.

Luego del impacto inicial, la tranquilidad se recuperó parcialmente, y volvimos a ver cotizaciones entre los veinte  y los veintiún pesos por dólar.

Es hacia finales del año pasado y al empezar éste que esos niveles han vuelto a disminuir, primero a bajar de los veinte por uno, y luego descender lenta pero consistentemente hasta por debajo de los diecinueve y luego a los dieciocho e incluso por momentos por debajo de esa cota.

Así, lo que se considera un fenómeno extraordinario y significativo, es apenas la recuperación del nivel que tenía nuestra moneda antes de que se produjeran los acontecimientos relatados: primero la amenaza y luego el triunfo de la llamada 4T, luego la pandemia y la crisis mundial.

A ese reposicionamiento ha contribuido además, el crecimiento sostenido de remesas de paisanos en Estados Unidos hacia México. Cada mes y cada año se rompe el récord, y en esa provisión se explica la fortaleza cambiaria, sin esos recursos el Banco de México estaría sin reservas, y no habría paridad que se sostuviera.

Luego, el anuncio confirmado de que la principal armadora de autos eléctricos instalará en México la planta automotriz más grande del mundo ha impulsado más al superpeso.

Así que sobre el fenómeno se puede concluir en tres cosas: la primera es que apenas nos estamos recuperando de los males causados hace un lustro y que estamos como empezamos; la segunda es que por desgracia todos los apoyos de nuestra divisa vienen de fuera, no corresponden a ninguna fuente interna; la tercera, que ahí viene de nuevo la incertidumbre electoral, y si todo sigue como va, esta vez se va a poner feo.

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