Comunicar el pago de impuestos

JAVIER ESQUIVEL DÍAZ. Al iniciar el año todos los ciudadanos sabemos que debemos cumplir con la responsabilidad de pagar los impuestos. A nadie nos es placentero asumir este gravamen cuando no conocemos el retorno de inversión o los beneficios que se tendrán a cambio.

El pago del impuesto predial, de la tenencia o refrendo vehicular y la declaración anual son los más conocidos y los que más presentes están en la mente de los contribuyentes, no por ser populares sino por las consecuencias que se tienen de no pagarlos.

Los gobiernos planifican dentro de sus programas de comunicación anual campañas de difusión para invitar a la gente a cumplir su responsabilidad. Lo hacen con un llamado masivo a la acción en el que el único beneficio detectable por la gente es el descuento durante los primeros meses.

La mayoría de las veces estas tareas comunicativas gubernamentales carecen de una estrategia integral para superar los porcentajes promedio de recaudación.

Pocos son los gobiernos estatales y municipales que superan sus techos máximos de recaudo, pero son los más los que descienden de sus pisos mínimos, por eso rara vez se encontrará información publicada de estos indicadores.

El error comunicativo no solo radica en la débil creatividad que se imprime en el diseño del mensaje o la falta de visión para hacerlo llegar a la gente, sino en la falta de una narrativa atractiva que ocasione que el ciudadano sienta orgullo por cumplir puntualmente con esta responsabilidad al saber que será útil para mejorar a su comunidad.

El limitarse solo a difundirlo por canales alternativos como la pinta de bardas, perifoneos y en los últimos años por redes sociales, reduce la posibilidad de comunicar un relato con el que se identifiquen los ciudadanos y testifique el beneficio alcanzado con los pagos de años anteriores.

Pocos son los gobiernos que en un ejercicio de transparencia y rendición de cuentas dan a conocer el para qué serán utilizados los impuestos ciudadanos y en qué les beneficiará durante todo el año.

Al carecer de esta narrativa de beneficios por el pago de impuestos, deben recurrir a los mensajes coactivos como recargos, multas y sanciones.

Hoy la comunicación gubernamental implica no solo el derecho de los ciudadanos a conocer el destino de sus impuestos o la rendición de cuentas de lo recaudado, sino también obliga a la generación de consensos de que ese recurso será en beneficios de sus sociedades.

El llamado es a cumplir con nuestra responsabilidad fiscal anual, pero también a los gobiernos a generar esa bidireccionalidad de la comunicación que conecte, comunique y convenza a los ciudadanos que pagar impuestos nos beneficia a todos.

@javoesquivel

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