JUAN GÓMEZ (Zacatecas). Indudablemente que la violencia, ese terco monstruo de mil cabezas que castiga, que agrede a los zacatecanos, tiene víctimas colaterales no solo en el ámbito social, que es lo más doloroso, sino también en actividades productivas y en la imagen que proyecta el estado al exterior.
El sábado uno de abril, cuando iniciaban las actividades de la Semana Cultural Zacatecas 2023, una fuerte balacera en el centro de Fresnillo le arrancó la vida a cuatro taxistas.
De acuerdo a la corresponsalía de El Universal del uno al siete de abril fueron asesinadas 26 personas en Zacatecas en distintos hechos violentos.
La acción de mayor impacto se generó el pasado jueves seis de abril en Calera, Zacatecas, en donde cinco motociclistas (cuatro hombres y una mujer) fueron acribillados por un grupo armado en el centro de la cabecera municipal.
Hay indignación por la masacre de los jóvenes, pero no hay detenidos.
De acuerdo al diario, en el reporte de la Secretaría de Seguridad Pública del gobierno de David Monreal Ávila, solo aparecen tres asesinatos dolosos ese día.
La violencia en Zacatecas ha colocado al estado en el foco de atención de los medios nacionales e incluso, en algunos internacionales, que reportan, transmiten, las noticias de impacto criminal que suceden en el estado.
A políticos y gobernantes no les agrada que las noticias de este carácter trasciendan, siempre culpan a los medios de comunicación tanto locales como nacionales, por su labor informativa, pero dejan de lado que la prensa también reporta las acciones exitosas cuando estas se generan. Que por cierto son casi nulas.
La violencia en Zacatecas ha propiciado fenómenos que eran ajenos para los zacatecanos, quienes por muchos años vivieron bajo el cobijo de una paz y tranquilidad envidiables, pero todo cambió a partir del año 2008, cuando el grupo de los “Z” incursionó en el estado.
En la actualidad el gobierno estatal de David Monreal Ávila, ha sido incapaz de contener las acciones violentas en el estado, pese al apoyo federal que se traduce en el envío de cientos de elementos de la Guardia Nacional y del Ejército Mexicano a Zacatecas.
Un dato evidencia la fragilidad en el combate a la inseguridad que se padece en el estado: en menos de dos años, el gobernador Monreal Ávila ha nombrado a tres secretarios de Seguridad Pública en su gobierno.
Los cambios en la burocracia de seguridad no han detenido las acciones de violencia, los asesinatos, los secuestros, las desapariciones de personas, sobre todo de jóvenes en este período gubernamental.
Los cambios en la Secretaría de Seguridad Pública tampoco han detenido el asesinato de elementos policíacos en Zacatecas, el mayor número de crímenes registrado en la historia del estado.
Tan solo el año pasado 2022, fueron asesinados 57 elementos de seguridad pública de distintas corporaciones, municipales o estatales; hombres y mujeres fueron ultimados de distintas maneras, algunos en sus casas o cerca de ellas, en sus días de descanso o en operaciones en calle, emboscados, ejecutados cuando hacían ejercicio en un deportivo como sucedió en Calera.
Cientos de familias zacatecanas se han manifestado para demandar el rescate de sus víctimas, de los incontables desaparecidos de las que la Fiscalía General de Justicia del estado publicó una Alerta de búsqueda Amber y ya no regresaron.
La semana pasada, estas familias demandaron piso parejo en la búsqueda, puesto que ante el secuestro de la esposa e hija (una bebé de solo seis meses de edad) de un militar, así como de una acompañante, la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) dio a conocer que enviaría a Fresnillo, Zacatecas, personal para intensificar su búsqueda.
Las tres mujeres son familiares de un soldado del 97 Batallón de Infantería en Fresnillo. A los cuatro días del suceso, una llamada “anónima” informó en dónde se encontraban las víctimas. Tampoco hay detenidos.
Esta Semana Santa ha sido la más violenta en Zacatecas, en donde la ausencia de turistas y de migrantes que visitan sus municipios y a sus familias, es evidente.
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@Juangomezac