JUAN GÓMEZ (Zacatecas). ¿Por dónde empezar? Así contemplé titular esta columna, porque en verdad, no sé por dónde empezar. El desdibujamiento del entramado nacional, la caricatura que es hoy la política, la opacidad gubernamental y la caníbal violencia, me impide definir.
Pero vayamos por partes.
El dolor de muchos padres y madres de familia que han perdido a sus hijos, que fueron interceptados, secuestrados o “desaparecidos” como se dice en el ámbito de las fiscalías, no nos debe hacer indiferentes.
En cifras oficiales, en México se tiene registro de más de 100 mil personas desaparecidas, de acuerdo al Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero la percepción ciudadana considera que el número es mayor.
El colmo de la crueldad es que madres de familia que se organizaron para buscar a sus hijos e hijas, han sido ejecutadas ante la mirada indiferente de sociedad y gobierno.
Esas madres asesinadas y otras que siguen en activo, realizan la tarea de búsqueda que el gobierno se niega hacer, para ocultar los crímenes que reclaman justicia.
En Zacatecas tres parejas de padres de familia imploran a sus captores que regresen a sus hijos, que tomen lo que quieran pero que regresen a sus hijos y prometen no pedir castigo por su acción.
El 25 de diciembre fueron interceptados en el tramo carretero Tepetongo-Colotlán y aún no aparecen. Las autoridades guardan silencio.
Las imágenes son sobrecogedoras. La tristeza impregna las redes sociales en fechas en que las familias, hacen todo lo posible por estar unidas en torno a una mesa.
Otro tema que nos golpea rudamente es el asesinato de periodistas. Algunos y algunas, incluso, acudieron a la conferencia de prensa en Palacio Nacional y le pidieron ayuda, auxilio, al presidente López Obrador.
El resultado: fueron asesinados y asesinadas.
De acuerdo a la organización Artículo 19, en México han sido asesinados 157 periodistas, de los cuales 145 son hombres y 12 mujeres.
La mayoría de los crímenes quedan en la impunidad, a pesar de las denuncias y protestas.
El gobierno de Javier Duarte en Veracruz ha sido el más letal. En el sexenio de su administración que fue del 2010 al 2016, 18 periodistas fueron asesinados, incluido el fotoreportero, Rubén Espinosa.
Este caso fue llevado a la pantalla por la empresa Netflix a través de un documental realizado por Alberto Arnaut, en el que narra la complejidad del caso, el ocultamiento y manipulación de información de las autoridades capitalinas, sobre este multifeminicidio y asesinato ocurrido el 31 de julio de 2015.
El documental se titula “A plena luz: el caso Narvarte” y en el se documenta, la relación estrecha que tiene el trabajo periodístico y la persecución y amenazas de periodistas veracruzanos.
Duarte está preso por lavado de dinero y asociación delictuosa y también fue vinculado a proceso por desaparición forzada de una persona, de la cual, no se reveló su identidad. Pero el caso “Narvarte” ya no ha sido atendido y va cayendo al olvido.
¿Por dónde empezar?
Zacatecas se ha convertido en el estado más peligroso para los integrantes de la seguridad pública. Así lo revelan los hechos.
El año pasado, de acuerdo a la contabilidad y seguimiento de algunos medios locales, han sido asesinadas 62 policías y con ello, el estado ocupa el primer lugar nacional en este rubro.
Los uniformados han sido asesinados en sus patrullas, mediante emboscadas; en sus autos particulares, en la calle o haciendo ejercicio en una unidad deportiva y otros, han sido secuestrados y después ejecutados.
Más de una decena de municipios están sin elementos de seguridad y no existen protocolos de protección para ellos y sus familias.
Es el mapa de la violencia y la vida que se vuelve cotidiana en el estado, ante la incapacidad de las autoridades.
El discurso de enviar más elementos de la Guardia Nacional y del Ejército a Zacatecas, no basta. Hasta ahora no hay resultados positivos.
Así fue el 2022 en estos rubros, espero que el 2023 traiga nuevos aires de esperanza, de mejores resultados, y que los padres y madres de familia tengan a sus hijos e hijas desaparecidas en su regazo.
Al tiempo.
@Juangomezac