VERÓNICA VALDÉS GONZÁLEZ
La ocupación de las banquetas por parte del comercio formal e informal se ha convertido en un problema que requiere atención inmediata de las autoridades capitalinas, desde las alcaldías hasta el gobierno de la ciudad.
Ambulantes y comerciantes formales de comida y vendedores ambulantes se disputan estos espacios no solo del centro de la capital de país sino también en las 16 alcaldías.
El uso de las banquetas por parte de los dueños de restaurantes, fondas, taquerías y bares es resultado de las medidas que la entonces jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum implemento para hacer frente al deterioro económico provocado por la pandemia.
De esta manera en junio de 2020, debido al golpe que la economía sufrió por el Covid-19, Sheinbaum, inauguró el programa “Ciudad al Aire Libre”.
Dicho programa, que hasta el día de hoy sigue vigente, permite a los establecimientos de venta de alimentos usar cajones de estacionamiento y banquetas para atender a los comensales.
Las reglas del programa establecen que sólo debe ser una parte de la banqueta y no toda como lo hacen.
A lo anterior se sumó la autorización, entre 2021 y 2024, de tres mil comercios ambulantes en toda la Ciudad de México, mismos que fueron aprobados por las alcaldías.
El resultado de lo anterior, la invasión de espacios públicos, por parte del comercio ambulante y del establecido. En varias plazas del país las banquetas se encuentran totalmente ocupadas, lo que pone en riesgo la vida de los peatones.
En Insurgentes Sur los bares han invadido las banquetas con mesas y sillas lo que provoca quienes caminan por ahí, corran riesgo, ya que se deben bajar de la banqueta para pasar, esto a pesar de ser una de las avenidas más transitadas por automovilistas.
Una situación similar registra la avenida de Chicoasén, delegación Tlalpan, donde las taquerías tienen invadidas las banquetas, sin permitir a los peatones poder caminar.
De esta manera las banquetas que están destinadas a garantizar la seguridad y accesibilidad de los peatones, se han convertido en espacios saturados por puestos ambulantes, puestos de comerciantes establecidos y mercancías.
Si bien es cierto que esta situación pone en peligro a los ciudadanos que transitan a pie, también tiene efectos negativos sobre la imagen de la ciudad, que luego será muy cooperar