CIUDADANO DE A PIE/ Nadie sabe lo que tiene…

VERÓNICA VALDÉS GONZÁLEZ

En febrero de 2020 Guadalupe (40 años) se enteró de la decisión del gobierno federal de retirar su apoyo financiero a la Fundación de Cáncer de Mamá (Fucam); la noticia le llamó la atención, sin embargo, no reparó en la trascendencia de esa determinación.

Tres años después Guadalupe fue diagnosticada con cáncer de mama. Familiares y amigos le recomendaron acudir a Fucam, institución que goza de amplio reconocimiento por la calidad en su atención en el tratamiento de este tipo de enfermedad.

Luego de varios estudios y análisis clínicos, realizados en menos de tres semanas, recibió información detallada sobre su padecimiento y el costo que tendría una parte del tratamiento: 120 mil pesos, no incluye la intervención quirúrgica, estudios de laboratorio y medicamentos.

Guadalupe gana 8 mil pesos al mes, una sesión de quimioterapia le cuesta casi doce mil pesos, ante esta situación ha considerado su permanencia en Fucam.

La desaparición del Seguro Popular y el retiro del apoyo económico gubernamental ha impactado en la atención de la enfermedad del total de mujeres que se acercan a esta institución, sólo la mitad continúa su atención médica en dicho organismo.

Los costos de los tratamientos de cáncer de mama son elevados y varían según el caso; en un diagnóstico temprano el precio va entre los 120 mil a 500 mil pesos, pero los medicamentos pueden alcanzar los 700 mil a 800 mil pesos.

En cambio, un tratamiento en etapa avanzada va de un millón y medio a 5 millones de pesos por la atención médica.

A pesar de trabajar, desde hace tres años, en una empresa comercializadora de productos de limpieza, Guadalupe no cuenta con seguridad social, recientemente su patrón ofreció afiliarla al IMSS, sin embargo, desconoce la atención es inmediata o hay tiempo de espera, para ser tratada de cáncer, lo que afectaría su estado de salud.

Existen otras tres opciones de instituciones públicas dónde brindan atención para cáncer de mama: el Hospital General de México, el Instituto Nacional de Cancerología y el Hospital Juárez, lugares en los que para ingresar se deben de hacer largas filas y los tiempos de espera para recibir atención son largos.

Guadalupe sabe que debe atenderse rápido, pues el tipo de cáncer que tiene se prolonga rápidamente para ella lo más importante es llegar a un hospital donde reciba atención rápida, lejos de la burocracia.

Guadalupe es la voz de decenas de mujeres que día a día acuden a Fucam en búsqueda de una solución para su enfermedad´, sin embargo, solo pocas cuentan con los recursos económicos para pagar la cuota de recuperación. “Solo hasta que te enfrentas al problema valoras la calidad de tus gobernantes”, señala Guadalupe.

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