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VERÓNICA VALDÉS GONZÁLEZ
Bajo la premisa de una mejor pensión para el retiro y calidad de vida de los trabajadores jubilados, el sistema de pensiones Ley 97, autorizado bajo la administración del presidente Zedillo, se ha reformado dos veces en los últimos cinco años.
Ambas modificaciones impactan directamente a los trabajadores que comenzaron a cotizar a partir del primero de julio de 1997 que se han pensionado o están próximos a hacerlo.
En los dos documentos se ofrece mejorar los ingresos de los jubilados con requisitos fáciles de cumplir, lo que resulta atractivo para los candidatos a pensionarse.
Es importante señalar que recibir una pensión que nos permita vivir tranquilos la última parte de nuestra vida, no es producto únicamente de los salarios, el número de semanas cotizadas juega un papel determinante en el monto de la pensión.
La primera reforma a la Ley 97 abrió a los trabajadores la posibilidad de pensionarse con menos semanas cotizadas, al pasar de mil 250 a 750, cada año se sumarán 25 semanas hasta llegar a mil en 2030.
Resulta prácticamente imposible que una persona con mil semanas de cotización pueda obtener una pensión digna, pensar que en menos tiempo se va a generar más ahorro, es un error. La pensión es en función del ahorro no del salario. A mayor tiempo de cotización mayor saldo en la cuenta de ahorro para el retiro.
La reciente reforma (aprobada hace unos días en la Cámara de Senadores) a la Ley 97, ofrece a los trabajadores una pensión igual a la de su último sueldo, sin embargo, esto será posible si se cumplen dos requisitos: mil semanas de cotización y 65 años de edad, situación que hasta ahora no se ha declarado.
Una de las características del mercado laboral mexicano es el exceso de rotación del personal y la poca estabilidad en los centros de trabajo, a diferencia de antaño, actualmente los trabajadores no crecen con las empresas, ya sea por decisión de ellos o por políticas laborales de los centros de trabajo que no desean que los trabajadores hagan antigüedad, lo que les impide generar el número de semanas suficientes para obtener una buena pensión.
