CIUDADANO DE A PIE/ El INAPAM, más allá de la credencialización

VERÓNICA VALDÉS GONZÁLEZ. Es un hecho las funciones del Instituto Nacional de las Personas Adultas Mayores (INAPAM) pasarán a formar parte de la Secretaría del Bienestar, lo que dará píe a su extinción.

Su historia data de 1979, su nombre anterior fue Instituto Nacional de la Senectud (INSEN), durante 44 años fue un organismo descentralizado de la Administración Pública y funcionó como rector de la política nacional a favor de los adultos mayores.

Su objetivo principal fue la vigilancia y la evaluación de las acciones públicas para el desarrollo humano integral de las personas adultas mayores.

Entre sus tareas más importantes estaban ofrecer a las personas de la tercer edad actividades productivas, con retribuciones justas, como medio para  elevar sus niveles de bienestar, calidad de vida.

Con ello  se buscaba evitar la discriminación por edad y, al mismo tiempo, asegurar el desarrollo de sus capacidades en un entorno incluyente.

Si bien el instituto contaba con diversas actividades culturales, recreativas y laborales, así como albergues, asesoría jurídica y un Centro de Atención Integral, uno de los aspectos por lo que se le conoció más fue por la credencialización que le permite a los adultos mayores obtener descuentos en diversos establecimientos.

Año con año el número de comercios que se iban sumando a este servicio creció y actualmente se considera que son alrededor de siete mil quinientos en todo el país.

Más allá de credencialización destaca su objetivo de la inclusión al empleo de los adultos mayores; hace más de diez años inició el Programa de Vinculación Productiva, con lo que buscaba revertir la realidad laboral que enfrenta este sector de la población.

De acuerdo con el INEGI, el sector de los adultos mayores en nuestro país es el que enfrenta mayor complicación para obtener empleo, la tasa de desempleo es del 67 por ciento y aunado a ello más de 60 por ciento está en el sector informal, a lo que se suma la tasa baja de quienes tienen jubilaciones y pensiones.

Sin embargo, debido al bajo presupuesto del INAPAM este programa, como otros, no tuvo los resultados esperados, en 2020 ejerció un presupuesto de 310 millones238 mil pesos para atender al 10 por ciento de la población que representa la vejez. En ese mismo año, 46 por ciento de la población de 65 años o más contaba con ingreso inferior a la Línea de Pobreza por Ingresos, indican cifras del Coneval.

La desaparición del INAPAM deja en el aire la política gubernamental ante el envejecimiento de la población, se estima que actualmente hay 18 millones de personas de 60 años y más, cifra que representa 14 por ciento de la población del país, porcentaje que año con año aumenta.

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