VERÓNICA VALDÉS GONZÁLEZ. Procrastinar consiste en dejar para última hora el trabajo o las tareas que uno debe realizar. Es olvidarse de la actividad o acción hasta que «el agua llegue hasta el cuello.»
Algunas veces se posponen situaciones o actividades a sabiendas de las consecuencias que se tendrán, pero existen otras en las que se hace por ignorancia o falta de interés.
En algunos casos postergar no tiene consecuencias graves, pero en otros, especialmente si se trata de trámites ante instancias gubernamentales, los resultados son desagradables y de un ligero «un dolor de cabeza» pasan a convertirse en «migraña».
Tal es el caso de los tramites pensionarios cuya agilidad o lentitud depende del cuidado que se tuvo en la documentación que presentará ante el IMSS y la Afore.
Bajo la Ley del IMSS de 1973, se puede solicitar la jubilación a partir de los 60 años cumplidos, un mínimo de 500 semanas cotizadas, y estar dentro de conservación de vigencia de derechos.
El trámite ante el IMSS lo hace personalmente el interesado, para lo que se requerirán una serie de documentos.
Los tres primeros puntos prácticamente no tienen problema, lo complicado comienza en el cuarto, será este el que determinará el tiempo que se lleve el trámite.
Cuando los documentos que nos solicitan tiene errores, el camino se hace tan largo que en ocasiones llega a desesperar, por el contrario si la información es correcta y cumple con los requisitos estipulados por el IMSS, no hay ningún problema, el primer pago puede salir en no más de cuatro meses.
De acuerdo con el sitio Pensiones y Jubilaciones (sitio especializado en el tema) los problemas más comunes en el trámite de la pensión son:
El nombre del ex trabajador o el de su esposo(a) tienen errores ortográficos o no coincidan con el de su acta de nacimiento, el nombre o el año de nacimiento señalados en la acta no correspondan con el que tiene registrado en el IMSS.
Otro problema se refiere al desconocimiento, por parte del interesado de las semanas cotizadas, también están los errores en la CURP y/o RFC, la falta de Homoclave en el RFC.
Otras causas que frenan el trámite pensionario son la solicitud de unificación o separación del Número de Afiliación o su Cuenta de Afore, uno más es cuando se presente el problema que ya se pagaron a otra persona la totalidad de los recursos.
La documentación es la base que nos facilitará todo el procedimiento, por ello es importante, antes de iniciar el trámite, buscar y rebuscar todos los documentos que se tengan guardados, como: hojas rosas o de alta, modificación de salarios o de baja.
También pueden ser útiles los carnets, hojas clínicas, avisos de incapacidad. Recolectar la mayor cantidad de documentos, no importa la fecha nos ayudará en caso de algún inconveniente.
Otros documentos importantes son: el Acta de Matrimonio, Acta de Nacimientos si los hijos son menores de 16 años o hasta los 25 si aún estudian, la credencial del IFE o INE y el estado de cuenta de la Afore.
Una vez obtenida la documentación que se requerirán las diferentes instancias, será el momento de empezar el trámite.