VERÓNICA VALDÉS GONZÁLEZ. Rosaura, es una mujer de 77 años de edad. Es beneficiaria del Programa de Adultos Mayores del Gobierno Federal. Recibe los recursos de Bienestar en la misma cuenta donde también le depositan su pensión del IMSS.
Es mi vecina, hace unos días al consultar, en un cajero automático , el saldo que tenía en su tarjeta se percató que su cuenta estaba prácticamente en ceros. Sus recursos habían desaparecido.
Rosaura fue víctima de un fraude cibernético, mismos que según los números de la Comisión Nacional para la Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) se incrementa año con año.
En 2022, alrededor de 20 mil 745 adultos mayores presentaron ante dicha Comisión quejas por posibles fraudes bancarios, delitos que se incrementaron 20 por ciento en dicho año.
Para los delincuentes cibernéticos todos los usuarios del sistema bancario son el punto táctico, el blanco perfecto, no importa el saldo, ni el tipo de cuenta, todos están en la mira.
Y es aquí cuando se pregunta ¿qué hace a los poseedores de una tarjeta bancaria vulnerables ante estos delincuentes?
La respuesta no tiene vuelta de hoja: el desconocimiento o poco cuidado que se tiene al hacer una operación financiera en línea, cada falla es aprovechada para introducirse a la cuenta y en unas cuantas horas dejar el saldo en ceros.
Ciertamente, esta irregularidad puede afectar a cualquier adulto, no importa su edad o posición económica, sin embargo, este ilícito se ha concentrado en mayor medida en los adultos mayores, al ser este sector de la población con menor conocimiento de la tecnología bancaria y su aplicación en internet.
La Condusef ha señalado que en los últimos años, el fraude cibernético se ha sofisticado cada vez más y va más allá de tener o no una aplicación.
El alcance de este tipo de ilícito es tal que basta con hacer un depósito, cobrar un cheque, retirar dinero de un cajero automático, solicitar un crédito, pagar con la tarjeta o realizar compras en línea para correr el riesgo, señala la Condusef.
Los delincuentes han desarrollado distintas formas de fraude, algunas son nuevas, pero otras son clásicas, como el SPAM o correo basura; el smishing, cuya característica es el envío de mensajes SMS a tu teléfono móvil; el phishing, también conocido como suplantación de identidad, con un mensaje indicándote un error en tu cuenta bancaria.
El pharming, que consiste en redirigirte a una página de internet falsa mediante ventanas emergentes, para robar tu información.
El gobierno federal, a través de la Condusef, y la iniciativa privada, por medio de los bancos, han señalado una y otra vez la importancia de fomentar la cultura financiera para un manejo más eficiente de las finanzas personales.
No estaría por demás que dicha cultura financiera incluyera la asesoría completa, de parte de los negocios financieros, a los tarjetahabientes, especialmente los de la tercera edad, sobre el manejo de las aplicaciones, sus ventajas y desventajas, los riesgos que se corren, una asesoría completa evitará que sean víctimas de la delincuencia cibernética.