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Por requisitos, sin IMSS muchas trabajadoras domésticas
VERÓNICA VALDÉS GONZÁLEZ. De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) actualmente existen en México alrededor de 2.4 millones de trabajadoras domésticas, es el segundo país con el mayor número de empleadas en este sector.
Sonia Hernández Pérez, es parte de esa cifra. Desde hace más de 20 años, luego de la muerte de su esposo, sea dedicado a trabajar “haciendo quehaceres en las casas.”
Cuando Sonia se enteró que, tras la aprobación de un programa para dar Seguro Social a las trabajadoras domésticas, podría contar con los servicios médicos de calidad se entusiasmó. Ahora sí tendría la posibilidad de acudir con un especialista de los ojos para que la atendiera.
A la edad de cuatro años, perdió parte de la visión del ojo izquierdo debido al golpe que recibió en la cabeza cuando el autobús donde viajaba junto con su mamá, chocó.
Sin embargo, al conocer los requisitos que debería de cubrir para tener acceso al dicho servicio su alegría desapareció.
PRIMERA FASE
En 2018, la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) emitió una sentencia que declaraba inconstitucional que los empleadores no inscribieran a las trabajadoras domésticas ante el IMSS, a raíz de lo anterior el Instituto lanzó, en 2019, un programa piloto, con un plazo no mayor de 18 meses, para la incorporación de las trabajadoras domésticas.
En esta primera fase, las trabajadoras debían ganar un salario mensual no menor a tres mil 183 pesos para ser afiliadas.
La cantidad le pareció elevada a Sonia, pues debido a su problema visual está limitada para hacer algunos trabajos y gana muy poco.
Un año después, en noviembre de 2020, el IMSS lanzó una segunda fase, en el nuevo esquema cambió el requisito del salario por una cotización de al menos 20 días para tener derecho a la cobertura durante todo el mes siguiente.
Esta situación, lejos de beneficiar a Sonia la afectó más, ya que labora de entrada por salida con diferentes personas y a veces le cancelan los días, situación que le impide cumplir con el requisito.
Además otro de los problemas es que tienen que ponerse de acuerdo todas las personas que la contratan para que hagan el pago correspondiente, además la responsabilidad de hacerlo recae solo en una de ellas, como todas trabajan es difícil que se organicen.
A lo anterior se suma el inconveniente que si no trabaja el mínimo de días requerido no puede tener el servicio médico el mes siguiente, lo que podría impedirle seguir con el tratamiento que requiere.
De la 2.4 millones de trabajadoras domesticas, 54.2 por ciento labora menos de 34 horas a la semana, de este porcentaje 26 por ciento emplea entre 20 y 34 horas y 28.2 por ciento no supera las 20 horas semanales.
A raíz de que el IMSS implementó el programa piloto en 2019, hasta febrero de este año se han incorporado alrededor de 40 mil trabajadoras del hogar, solo el 1.9 por ciento de personas registradas en el Centro de Apoyo y Capacitación para Empleadas del Hogar.
