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HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN. El PRI cumple hoy 94 años, fue fundado por Plutarco Elías Calles el 4 de marzo de 1928 y durante más de 70 años fue el partido hegemónico que gobernó a México; durante siete décadas, sólo los chicharrones de los priistas tronaron en este país.
Fue a finales de la década de los 80 cuando se iniciaron los primeros desprendimientos en la estructura priista con la salida de Cuauhtemoc Cárdenas y su corriente democrática, tras la negativa del entonces presidente Miguel de la Madrid de darle la candidatura al michoacano.
Hoy la maquinaria electoral, invencible durante más de 70 años, está desgastada, sin posibilidades de una aceitadita o un cambio de anillos, que le permita volver por sus fueros. Con un dirigente sumamente cuestionado como es el campechano Alejandro Moreno Cárdenas, “Alito”, el PRI es ahora una especie en extinción.
El PRI llega a sus 94 años de la mano del Partido Acción Nacional, con quien quiere salvar los dos últimos reductos polítidos, las gubernaturas de los Estados de México y Coahuila, el primero con grandes posibilidades de que lo echen después de más de 90 años de predominio.
Hoy no habrá ceremonia en el auditorio Plutarco Elías Calles, nada que ver con aquellas fasuosas ceremonias que encabezaba el presidente de la República, llamado el primer priista del país, nada que festejar y sí mucho que lamentar por los malos gobiernos y las corruptelas que minaron su estructura.
A sus 94 años, el PRI es una caricatura de lo que fue en las décadas que siguieron a su fundación en 1929, sin posibilidades de repuntar, con apenas un 15 por ciento de las preferencias electorales y sin gubernaturas, podrían irse al precipicio en las elecciones del 2024, con todo y que irán remolcados por los panistas.
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Después de lo que pasó en Nuevo Laredo, se antoja una revisión de la estrategia militar en contra de la inseguridad. Nuevamente los soldados volvieron a demostrar que no son los adecuados para vigilar en las calles de las ciudades del país. Ya no es posible victimizar a los militares y criminalizar a las víctimas como se pretendió hacer en la fronteriza ciudad tamaulipeca. Ayer hubo otra balacera en Tamaulipas, ahora fue en el no menos violento municipio de Matamoros en donde una mujera muere por bala perdida. Una caladita al gobernador Américo Villarreal del que los tamaulipecos dudan que pueda con el paquete…Mientras el gobernador de Sonora Alfonso Durazo se entretiene en su cuenta de twitter para destacar las cualidades paternales, la delincuencia organizada sigue azotando a los sonorenses, como sucedió este jueves cerca de una escuela preparatoria de Ciudad Obregón en donde hubo una balacera en la que murieron dos personas, afortunadamente no hubo víctimas entre el estudiantado. Durazo debe darse cuenta que no basta con los elogios presidenciales. Mañana, en el último día de la Feria Internacional del Libro, Bernardo Barranco Villafrán presentará el libro que coordinó: El regreso del infierno electoral en el que los autores hablan ampliamente de todas las artimañas del Grupo Atlacomulco para ganar la elección para gobernador del Estado.
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