HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN
Muy adelantada a la navidad, en pleno zócalo de la Ciudad de México, hizo su presentación estelar como candidata a la Presidencia de la República, Claudia Claus, con un titipuchal de promesas, muy superiores a las que los mexicanos hemos venido escuchando desde hace muchas décadas y que nunca se cumplen.
En un largo discurso, transmitido en su totalidad por televisa -de la que siempre se quejaron por bloqueo informativo- la candidata de Morena nos dio a conocer sus propuestas de campaña, que ¡Guau! si no fueran puras promesas, los mexicanos iríamos de rodillas a la Basílica de Guadalupe a dar las gracias por tan grande milagro.
Prometer una red de trenes que cuesta una millonada, que desde el porfiriato no la ha tenido México, la modificación de los puertos, o un sistema de salud que garantice el servicio y las medicinas para todos los mexicanos, ¿con qué? Ella dijo que ya habían hecho los cálculos y que les alcanza, ¿usted le cree?
Habrá visitado alguna vez la candidata oficial el Hospital de Zona número 77 en Tampico, Tamaulipas, en donde como sucede en los moteles en día del amor y la amistad, nunca hay camas y los pacientes se quedan tirados en el piso y a quienes les va bien, en una camilla.
Pero no eso sucede sólo en ese hospital, el Adolfo López Mateos del ISSSTE, hay muchos casos de esos, como los hay en otros nosocomios del servicio médico para los trabajadores del Estado. Además, hay que agregar la falta de medicinas.
Vamos a dejar atrás la diabetes, dijo, como si ese mal se pudiera erradicar por decreto, los especialistas en la materia que la escucharon se deben haber quedado con cara de Wath ante tal osadía de la candidata. La diabetes es un mal resultado de muchos factores en el desarrollo de las personas, estrés, alimentación y otros. Vaya forma de engañar.
¿Cómo piensa quien se siente presidenta de México afrontar el problema de la falta de insumos, la programación de una operación, si bien les va, a seis o más meses? ¿De veras tiene la solución para ese problema? ¿Usted le cree? Yo tampoco.
Sheinbaum habló y habló, prometió y prometió en un discurso en u acto con récord de acarreados; bastó ver las filas de camiones por avenidas como la México Tacuba, o Gran Tenochtitlán, así como Antonio Caso y Reforma para darse que para la campaña cuenta con mucho dinero, porque esa movilización no cuesta cualquier cosa.
Un discurso en donde no faltaron las loas al presidente Andrés Manuel López Obrador, con el compromiso de mantener su legado y sus principios de “no mentir, no robar, no traicionar” cuando desde el inicio está mintiendo como lo hizo su mentor en el 2018.
Y en medio del gran despliegue que hizo Televisa para el acto de inicio de campaña de Claudia Sheinbaum, más de una hora, en el lado contrario, el acto Xóchitl Gálvez en Irapuato apenas mereció una cobertura de tres minutos, a lo más. Por cierto, muy vagas las promesas de la candidata de la coalición “Corazón y Fuerza Por México”.
Y el inicio de Álvarez Máynez, de pena.
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Los medios, esos pasquines que dependen de la publicidad oficial, como es lógico, están a morir de la candidata oficial, como diría el tabasqueño, ¿quién Pompo? recordando a su paisano “Chico Che”. Cheque las encuestas de La Crónica y el Economista, esta última de Mitofsky que en las últimas elecciones perdió la credibilidad.