HÉCTOR MOCTEZUMA DE LEÓN. Hace algunos años entrevisté a Manuel Sánchez Vite cuando acababa de renunciar, o más bien el presidente Luis Echeverría lo renunció de la presidencia nacional del PRI. El ex gobernador de Hidalgo tuvo un paso efímero por el CEN de aquel partido que fue hegemónico en nuestro país y que hoy es una entelequia.
Me acuerdo que la entrevista se realizó en una de las cafeterías del Hotel María Isabel Sheraton de Paseo de la Reforma. Habían transcurrido algunos minutos de la charla con el político hidalguense, uno de los muchos, de esos mañosos que militaron en el PRI, cuando de pronto dirigió sus baterías en contra de Víctor Cervera Pacheco, en ese entonces gobernador interino de Yucatán, pero luego reflexionó y me dijo: “le pido por favor que no mencione lo que le acabo de decir, “yo no tiro para abajo, yo tiro hacia arriba”. Y acepté porque después me dio mejor nota.
Citó lo anterior porque uno de los defectos que tiene el presidente Andrés Manuel López Obrador en su comunicación de todas las mañanas en Palacio Nacional, es que en muchas ocasiones lanza sus ataques hacia abajo, comprometiendo la investidura presidencial que debe estar muy por encima de esos objetivos.
El presidente responde al bote pronto, se engancha en todas y en casos como el de Carlos Loret de Mola, que sin duda es un buen periodista, se preocupa demasiado, cómo que le falta la malicia de los viejos priistas que casi siempre salieron airosos de sus broncas.
López Obrador lleva casi una semana dedicando la parte más importante de sus conferencia a Loret de Mola y con sus ataque le ayuda a olvidar el affaire en que se vió envuelto por aquel montaje que hizo con la supuesta detención de los secuestradores: Israel Vallarta y la francesa Florence Cassez.
El presidente se pone al tú por tú con quienes no están en su nivel y los hace crecer como es el caso del director de “Latinuos” quien sin ser un periodista de excepción, ahora es quien impone la agenda presidencial y lo trae en jaque con el asunto de la casa gris de su hijo José Ramón.
Y en este conflicto que él mismo hizo crecer, el tabasqueño sigue dirigiendo su discurso al pueblo bueno como él lo llama, cuando ese sector de la población sigue confiando en su proyecto, en lugar de dirigirlo hacia los sectores a los que dirige Loret las informaciones que recibe de grupos interesados de hacerle la vida pesada. Pero eso es cuestión de estrategia, que en Palacio Nacional brilla por su ausencia.
Estoy de acuerdo: #NoTodosSomosLoret
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En los próximos días habrá cambios importantes en el Senado de la República, después de la tempestad que se le vino encima a principios de este año a Ricardo Monreal. Aunque por el momento no regresará a Palacio Nacional a desayunar con el presidente Andrés Manuel López Obrador, la tormenta pasó y en mucho tuvo que ver su relación con el Secretario de Gobernación, Adán Augusto López quien convenció a su amigo de Palacio Nacional que Monreal es un activo importante para la 4T. Bueno hasta se habla de que ya hizo alianza con el ex gobernador de Tabasco. También habrá cambios en el equipo del zacatecano que incorporará al trabajo de la Junta de Coordinación Política a antiguos colaboradores. Una pregunta, ¿desde hace cuánto tiempo el senador no habla de que estará en la boleta del 2024? ¿Les dice algo?
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