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El pasado jueves sin audiencia el “debate” entre Joe Biden y Donald Trump fue de dos viejillos taimados, achacosos, disfuncionales, socarrones e incoherentes. En contraste, al día siguiente con un estadio repleto; en el Soldier Field de Chicago se presentaron los rejuvenecidos Rolling Stones.
ROGELIO FAZ
Chicago, Illinois, EE. UU. El “debate” de hora y media entre Biden y Trump al exponer sus limitaciones físicas y mentales demostraron no estar a la altura de la audiencia estadounidense, menos para enfrentar las exigencias del mundo actual.
Los Rolling Stones con su vocalista Mick Jagger que a sus casi 81 años bailoteaba como en sus mejores tiempos y con la misma voz de hace sesenta y tantos años, fue muestra de vitalidad dejando mal parados a sus contemporáneos.
El promedio de vida se ha extendido, por lo tanto, a los 81 años de Biden y 78 de Trump podrían llegar a una edad lucida y saludable.
Pero, en el debate quedo demostrado que la responsabilidad de un presidente no solo recae en hacer política o juntando un bonche de gente a su favor.
Ser un presidente competente requiere además de destrezas de comunicación y apoyo político, de conocimientos y habilidades cognitivas.
La nueva mentalidad
En estos tiempos ya no se margina a alguien por la edad, va contra la discriminación por esa condición, pero hay que competir por ello con reflejos mentales y físicos.
Si la experiencia y sabiduría están peleadas con lo práctico y la objetividad; la habilidad mental tiene que ser fundamental.
Y no con viejos charlatanes o por falta de agilidad mental, sobre todo cuando van a estar a cargo de códigos nucleares.
Cuando los años pesan
Paso de ser un secreto a voces que Biden desistiera de su reelección, ahora es a gritos en casi todas las voces de opinión. El mister ya está grande de edad, debería de jubilarse por el bien de él y los demás. No es nada personal ‘es un buen tipo mi viejo, pero ya anda lerdo’. Lo alcanzo la edad “prematuramente”.
Al no reconocer que ya está chochando dará paso a alguien que parece no estar bien de salud mental y será peor, que además de viejo gruñón, garañón.
Cuando la edad es una condición para no ver las propias limitaciones es un peligro. La vejez es sabiduría, pero debería servir para reconocer los límites. Y si la edad no lo deja ver es porque los años ya le pesan.
Volviendo a Jagger
En los años 60 y 70 a los jóvenes rockeros se les pronosticaba una vida inestable, enfermiza o corta por “mafufos”. Quien diría, Mick Jagger demostró todo lo contrario, hasta para dar un concierto de dos horas, y repetir -el domingo-. Impresionante contraste.
Pues entonces ¡hay que alucinar! si Jagger se hubiera dedicado a la política quizás sería el líder que el mundo necesita; un rebelde adaptado, constante y comprometido.
Al menos no utilizaría el atril como bastón. Para no dejar cantando a los estadounidenses “I can’t get no satisfaction” con el dizque debate.
