En estos tiempos ya no se justifica invadir a otra nación bajo el pretexto de reconquista y menos con una barbarie. Pero no es exclusivo de imperios con líderes megalómanos, los hay aldeanos con la excusa de defender su territorio
ROGELIO FAZ. Las imágenes de destrucción que nos llegan desde Ucrania con la invasión militar de la Rusia de Vladimir Putin, muestran que tan cruel y absurdo puede ser el ser humano para hacer valer un supuesto derecho de posesión territorial o a una amenaza externa.
No hay nada más antidemocrático que adueñarse de la democracia y bajo ese pretexto alterar la paz, la independencia y la libertad; tomando como víctimas a inocentes e indefensos de la sociedad civil.
Lo que ya parecía superado por las sociedades modernas de apropiarse de territorios; y reconquistar el pasado partiendo de daños y perjuicios no son más que excusas de un derecho mal entendido.
¿En qué momento empieza la historia de un pueblo para definir qué o quienes conforman su identidad, nación o sociedad?, ¿quiénes tienen derecho a establecer una dependencia de otros?
Las barbaries de las conquistas supuestamente ya habían quedado como anécdotas de la historia cuando reyes, iglesia o imperios, sometían a la fuerza a sus súbditos bajo la amenaza de obediencia o muerte. Eso ya no puede ser parte de una sociedad civilizada.
Los imperios ‘patito’
Pero están los aspirasionistas con complejos de magnanimidad, que, aunado a sus limitaciones intelectuales, económicas y militares, su artillaría es la confrontación social para supuestamente rescatar dignidades caducas que no son más que resentimientos de un pasado mal digerido. Que se refleja en el trato social, dígase de hombre a mujer, de padres a hijos, de patrones a peones o de presidentes a ciudadanos.
En países como México después de ser súbditos de un imperio, se pretendió implementar un sistema monárquico de caricatura. Debido a siglos de sumisión se fomentó el poder del paternalismo; dueño de la verdad y voluntad de los demás. Lo que se ve todavía reflejado en muchos reductos de la sociedad.
De otra manera no se explica el número de casos de feminicidios. Una sociedad donde se tiene la facultad de maltratar a la mujer al punto de la vejación. Ese patrón de conducta es la influencia del pasado que se manifiesta en la actitud violenta del crimen organizado al someter a la sociedad a su voluntad o de lo contrario se atentará contra su vida de una manera despiadada.
Están circulado notas periodísticas a nivel mundial de México sobre las recientes masacres y exhibición de cuerpos mutilados en la vía publica. Una guerra declarada so pretexto de controlar territorios como acaba de ocurrir en Acapulco.
Esa conducta de delincuentes sádicos aldeanos o criminales de guerra a nivel mundial, es la cultura del abuso del poder. Que justifican la violencia por el simple hecho de ir en contra de su concepto de autoridad, la única salida es la sumisión o la consecuencia será la agresión, la injuria o pagar con la vida.
Y quienes pretenden justificarla por otros agravios o mirar para otro lado porque no lo consideran su problema, es como aquellos que ven a un padre golpear a los hijos a o la mujer y lo excusan diciendo: es el padre, o el esposo.
¿Usted cree que la golpiza (destrucción) que le está dando Putin a Ucrania es la de un padre que quiere la unidad familiar o defender su casa o, que reclama la potestad de sus hijos?, asumir la neutralidad cuando la parte débil la está llevando de perder y limitarse a decir: que arreglen sus diferencias entre ellos porque se es respetuoso de los problemas ajenos, es muy probable se tengan complejos de emperador ‘patito’ o de aldeano.
Méxicrania
La actitud alevosa de Putin contra Ucrania se remonta a un pasado que él determina y ejecuta a su entender. Es la de un padre que está perdiendo autoridad y recurre a factores externos como la de defender a su territorio, en este caso de la geopolítica.
En México hay una similitud entre el autoritarismo criminal y la del gobierno con la sociedad civil que no le es condescendiente. Algo así como una Ucrania en México.
En ciudades como Chicago ya hay un gran número de refugiados de guerra debido a la pelea entre delincuentes por “su” territorio mientras que las autoridades se voltean para otro lado porque “es un pleito entre ellos” y México es respetuoso de los problemas ajenos.