Después de la masacre más reciente en una escuela de Estados Unidos, no cesan las muestras de indignación como los reclamos por el fácil acceso a las armas. Dando origen a una ráfaga de acusaciones.
ROGELIO FAZ. Es como estar jugando a la ‘ruleta rusa’ en las que todos participamos. Para después ir a cazar a los culpables, pero no se está entendiendo el problema de fondo.
A los primeros que se acusa es a quienes producen y venden armas. Pero ¿son los únicos responsables? Estas tragedias no son por casualidad o suerte, es secuencia de la violencia como diversión. Es como una rección en cadena.
Lo “gracioso” es cuando los afectados son entrevistados por los reporteros de los medios tradicionales de televisión y radio, para obtener opiniones similares como: “yo solo esto lo veía en las noticias, nunca creí que me fuera a pasar a mí” o, la nacada aquella que dice “no se lo deseo ni a mi peor enemigo”. Respuestas muy de la clientela de los medios “hispanos”.
Los reporteros preguntan como si el medio de información que representan no tuviera algo de responsabilidad. Esto aplica a todas las cadenas de televisión abierta, la de paga tiene su responsabilidad, pero es a discreción de quien lo solicita. Llámense películas o telenovelas, no se diga narconovelas.
Esto no es nuevo, desde los inicios del mundo del entretenimiento en cine y televisión, consistía en balaceras entre vaqueos que muchos niños arremedaban. Por supuesto no es invento de la comunidad latina, de hecho, solo seguimos la línea de la industria hollywoodense.
El hecho es que casi toda la artillería de las críticas va dirigidas a la venta de armas, en particular a la Asociación Nacional del Rifle, como a políticos que en su gran mayoría son del partido Republicano que se amparan en la Segunda Enmienda a la Constitución.
Por supuesto que si no hubiera armas no sucedería esto, pero las hay y muchas. Pero al igual que un incendio, para que esto se dé debe de haber: combustible, oxígeno, calor y una reacción en cadena. Y lo puede provocar una chispa. Conseguir un arma en EU es tan fácil como un cerillo.
Los fines de semana las televisoras “hispanas” tienen horas estelares para películas gringas dobladas al español cargadas de violencia extrema como parte del entretenimiento familiar.
Después de que sucede una tragedia como en la escuela de Texas, los reporteros salen a preguntar a los afectados, testigos y curiosos ¿por qué cree que sucedan estas cosas?, ¿qué opina de la venta de armas?, ¿por qué las personas cercanas al agresor no notaron nada extraño?
Le realidad es que todos estamos en la ruleta rusa. Sentados cómodamente disfrutando en un ambiente familiar ante un televisor viendo el uso indiscriminado de todo tipo de armas con el mayor cinismo. Al final de la película el que mata más gente y con mayor espectacularidad es el que gana, es el héroe.
Y cuando nos toca la ruleta en la vida real salimos con: “yo nunca creí que me fuera a pasar a mí”. El peor enemigo es uno mismo que permite como diversión la violencia extrema sin sentido.
Los entrevistados además de señalar a la NRA, deberían de cuestionar a los reporteros ¿por qué ustedes promueven la violencia con tanta impunidad? ¿Por qué las armerías las venden y ustedes promueven su uso?
Bueno, probable se ampare en la Primera Enmienda, la relacionada a la libre expresión y de prensa. Sin negar, por otra parte, contribuyen positivamente en la comunidad.