CARTAS DESDE CHICAGO/ Las crisis de la crisis (migración)

Se chotearon los argumentos del sueño americano. Las formas hicieron la diferencia

ROGELIO FAZ

Chicago, Illinois, EEUU.  Anteriormente cada migrante se rascaba con sus propias uñas lo que ya era un drama. Ahora, esa migración hormiga se transformó en caravanas y recientemente en hordas con talante de invasión.

No se trata de cerrar la puerta a quienes vienen detrás con las mismas esperanzas. Sino de reconocer que se está haciendo en condiciones extremadamente dramáticas que superan los posibles beneficios, tanto para ellos durante su paso como en su destino.

Afán humanista

Los desplazamientos de cualquier especie viva obedecen a necesidades de sobrevivencia. Y el ser humano puede determinar cuáles son las posibles mejores opciones, incluso violentando el derecho de otros.

Podríamos decir que es un mal primitivo. Pero las formas y los tiempos hacen la diferencia.  

Para colmo, políticos y activistas en su afán humanista; al drama de los migrantes le están agregando otras crisis.

Cavernas locales

No obstante, desde tiempos primitivos no podían meterse en el hábitat de otros al menos que lo ocuparan a la fuerza. La justificación era la necesidad.

Solo que ya no estamos en la “era de las cavernas”. Las circunstancias llevaron a la sociedad civilizada a establecer fronteras, aunque predomine el instinto primitivo debemos de ser conscientes de las consecuencias.

Los desplazamientos humanos modernos tienen un común denominador: la ausencia o falta de capacidad para generar una vida digna por quienes se supone se toman la responsabilidad, o sea, los gobiernos de las “cavernas” locales y el pueblo que se atiene a ellos.

Gobiernos cavernícolas

Los migrantes en lugar de enfrentar a los responsables de nuestras desgracias o tratar de superarnos para no depender de sus dádivas, decidimos migrar.

Esa migración a tenido el valor incluso hasta de retar a la muerte lo que no hemos hecho para librarnos de quienes provocan desesperanza. Por cierto, muchos de esos migrantes apoyaron a esos gobiernos “cavernícolas”.

Si bien la sociedad en mejores condiciones acepta el reto de ayudar a otros; han chotearon a Estados Unidos como país inmigrante al grado de provocar crisis.

Argumentos A la carta

Ahora hay que financiar a un futuro incierto. Invirtiendo recursos que no tienen vuelta, además, ya se agotaron. Pero entre más se promueve ese humanismo es una invitación para que más desesperanzados se conviertan en hordas casi primitivas.

La elección para estar sentados en la mesa del sueño está en el menú: refugiado, asilado, perseguido, una mejor vida, etcétera. «Donde comen dos comen tres» diría un demagogo populista desde su caverna austera. Se muerde la lengua pidiendo se ataquen las causas de la migración cuando las políticas de la dádiva y la sumisión son las que las provocan.

La respuesta del anfitrión humanista fue: más “wall”, el gringo que comió ‘arepas de lengua’ ahora lo indigestan. Además, ya no tiene meseros ni mesas para atender a tanto comensal.

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