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Ya es común que todo país celebre su independencia en Estados Unidos por ser ‘la casa de todos’. En años recientes la comunidad mexicana en Chicago lo convirtió en caos.
ROGELIO FAZ
Chicago, Illinois. Este fin de semana varios países celebran su independencia: México y Centroamérica.
Orden público
Lo que alguna vez fue una celebración discreta y ordenada cuidando la imagen del país celebrado, ahora se sabe el por qué nuestros países están como están.
Presumimos con orgullo nuestras tradiciones: gastronomía, folklor; música, baile, atuendos, artesanía, etcétera. Muy sabroso y colorido. Sin embrago, cuando celebraremos de manera desbordada en ‘casa ajena’ no hace sentido.
Asumimos que EU es el país de las libertades, entonces no basta con festejar con moderación, hay que restregárselo a los demás. En esta ocasión tres días seguidos.
Tampoco basta ondear banderas, hay que arrastrarlas y al gritar vivas hay que mentarle la madre al que no le guste. Y así, una serie de conductas fuera de control por lo que las autoridades a través de todos los medios llaman al orden público. Ya veremos.
El robo de la independencia
Ya no es suficiente celebrar en las casas particulares, en clubes sociales o en el barrio, hay que saturar el centro de la ciudad (Chicago) y expressways al grado de inmovilizar el tráfico con caravanas de carros con personas sentadas en las ventanas abiertas, en los cofres o en el techo del carro o en las paradas de autobuses, ‘quemando’ llanta, pero ondeando orgullosamente el símbolo patrio.
La gente ajena a esta celebración queda atrapada por horas, además, se obstruye el paso de ambulancias y bomberos. Todo acompañado con música populachera a todo volumen, sonando el claxon sin ton ni son y eso francamente fastidia a muchos. Al que no le guste que ‘chinge a su madre’.
No falta quien grite esa arenga folclórica a un gringo porque: “ustedes nos ‘robaron’ la mitad de nuestro territorio”. Lo confunda con la Independencia. Es probable que lo único que conozca de la Independencia sea el nombre de Miguel Hidalgo.
Pero no importa, hay que celebrar en territorio extranjero porque en nuestros países independientes nos estamos peleando como perros y gatos.
Tacos de perro y gato
Las gestas heroicas que nos dieron orgullo patrio se transformaron en gobiernos fallidos, que en gran medida dependen de los que celebran la independencia en el ‘país de todos’.
En nuestros pueblos la procuración del derecho, igualdad y justicia ha hecho se exilie ese pueblo bueno y sabio para convertirse en héroe paisano, para ser una de las fuentes principales de ingresos de los países “independientes”.
Para acabar en la tierra donde algunos gabachos engreídos acusan a los inmigrantes indocumentados no solo de invasión, sino de comerse a perros y gatos documentados. No vaya siendo los hagan tacos al pastor o gato adobado.
