>> Crean la Red Latinoamericana de Protección contra Incendios (LATAM PCI)
>> Es un frente regional por la protección contra esos siniestros, que está conformado por 11 países
Ciudad de México, 01 de septiembre (entresemana.mx). La tarea no es fácil, empezó hace 5 años, pero finalmente logró formalizar a la Red Latinoamericana de Protección Contra Incendios (LATAM PCI), que está conformada por 18 asociaciones de 11 países de la región.
Los motivos están a la vista, al menos en el caso de México: Más de 3 mil muertos al año por incendios que pudieron evitarse, regulación escasa, desdén por contratar o instalar detectores de humo y extintores en casas-habitación, comercios e industrias, y media centuria de atraso en materia de cultura y normas de prevención en comparación con otras naciones.
Carlos Morett Flores, presidente de esta Red Latinoamericana de Protección Contra Incendios (LATAM PCI), subraya que la regulación es el punto número 1 de este esfuerzo de integración, seguido de la certificación y capacitación, al que se han unido asociaciones de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Perú, Ecuador, México, Paraguay, Panamá y República Dominicana.
La creación de LATAM PCI se realizó en el marco de la V Expo Fire Protection & International Congress México 2022, a la acudieron más de 5 mil visitantes y más de 150 congresistas, y en la cual se realizaron 33 conferencias y 3 paneles de corte mundial.
El también presidente del Consejo de Administración de Alliance Specialized Systems puntualiza que la firma de constitución de la Red Latinoamericana de Protección Contra Incendios fue atestiguada por 50 diferentes representaciones y asociaciones de gobierno, bomberos e instituciones del continente, pero también provenientes de Estados Unidos, Canadá, Alemania.
A este esfuerzo de integración por la protección contra incendios también se sumaron aseguradoras de varias naciones del mundo y las universidades de Costa Rica en San José y la México Americana del Norte, establecida en Tamaulipas.
“Debemos unir a las diferentes asociaciones y trabajar en la búsqueda de las mejores prácticas en la prevención de incendios; requerimos de un esfuerzo coordinado para entender dónde estamos en cada uno de los diferentes países y acordar hacia dónde vamos en la protección contra incendios”, señaló Morett Flores.
Explicó que en México hay regulación contra sismos e incendios, pero no debemos ignorar que cada año ocurren 3 mil muertes por siniestros de este tipo que causan graves daños físicos y materiales.
Destacó que también se acordó realizar una Cumbre Global de Protección contra incendios en donde se abordarán temas como normas, prevención, protección y medio ambiente, entre otros. La Cumbre se llevará a cabo en los próximos dos años en alguna parte del planeta.
Carlos Morett se siente satisfecho porque el año pasado se logró que la Cámara de Diputados declarara al 8 de octubre como el Día Nacional de la Prevención Contra Incendios. Ahora, la Red Latinoamericana de Protección Contra Incendios (LATAM PCI) trabaja para que la ONU haga lo propio y determine el Día Mundial de la Prevención contra Incendios. En esta labor se han unido organismos de los cinco continentes.
El ex presidente de la Asociación Mexicana de Rociadores Automáticos Contra Incendios (AMRACI) apunta que en cualquier parte del mundo puede fallar el agua, la energía eléctrica o el internet, pero el sistema contra incendios tiene que ser perfecto. “Ese no puede fallar”.
Aclara que hay muchas imitaciones de productos, principalmente asiáticos, que son más baratos, pero que no garantizan ninguna protección ante los siniestros.
Y lanza cifras: En el mundo se instalan 250 millones de rociadores que están aprobados y certificados, pero hay otros 100 millones de equipos que no cubren las condiciones de protección.
Asegura que debemos trabajar en ese sentido, porque en México la protección no se ve como una inversión sino como gasto, y eso es peligroso porque los edificios de cuatro pisos o más son trampas mortales, ya que no te piden lo más elemental en materia de normas.
Y concluye: La mayor parte de la gente no tiene un detector ni un extintor en su casa, oficina, comercio o industria, ni se verifica si hay salidas de emergencia o muros y barreras contra el fuego que eviten que se expanda el fuego.