BELLAS Y AIROSAS/ Layla Sánchez Kuri, feminista por siempre

Amiga nube de mil cielos violetas.

Hermana lluvia.

Hija parida por mi corazón, tatuada en el alma.

Compañera luna, Novia sol, Cómplice de mil estrellas.

Feminista que cómo luciérnaga guía con tu luz eterna.

Sonrisa arcoíris.

Piel de sororidad.

ELVIRA HERNÁNDEZ CARBALLIDO

SemMéxico, Pachuca, Hidalgo. Layla Sánchez Kuri mi referente del feminismo de hoy y siempre.
La conocí durante la huelga de la UNAM de 1999, escenario que provocó infinidad de encuentros divinos, entre ellos, el mío con ella.
Pese a estar cerrada nuestra Máxima Casa de Estudios, la universidad seguía con vida. Fue así como me avisaron del Posgrado de Ciencias Políticas y Sociales que –mientras yo estudiaba el doctorado- había sido asignada a asesorar una tesis de maestría. Tomé la iniciativa y llamé a esa chica que había caído con Santa Elvira, para conocerla y apoyarla en su proyecto e investigación.

Nos citamos en el Vips ubicado entre División del Norte y Tlalpan. Llegó puntual, cabellos rizados y alborotados, mirada de un pasado árabe, sonrisa de amiga y rebeldía latente. De inmediato, me advirtió que su tema no había sido muy bien recibido por algunos académicos pues en la licenciatura le había costado mucho encontrar quién la asesorara por reflexionar sobre la situación de la comunidad gay. Expresaba sus experiencias decidida y segura, me causó una gran ternura. Le reiteré que estaba en buenas manos. Las revisiones y consultas fueron buen pretexto para empezar a conocernos, coincidir como asesora aliada – asesora cómplice. Creamos con nuestra actitud un ambiente generoso de interés auténtico de una por la otra. Y vaya que trabajamos, se tituló con mención honorífica y tuvimos muchas y muchos aliados para que su estudio sobre las representaciones homosexuales en las telenovelas fuera muy bien recibido.

Al poco tiempo, me compartió la grata noticia de que estaba embarazada y hasta me invito a su baby shower. Meses después tuvo la amabilidad de mandarme la foto de su hermosa hija recién nacida, hoy una joven que ya estudia en la universidad, la querida Noor.

Fue así como de mi alumna se volvió una amiga cercana, confidente leal, cómplice gozosa, novia-hermana-hija, una mujer que admiro y feminista que siempre me inspira a seguir apostando por nosotras en un mundo mejor.

Son ya más de dos décadas de convivir, casi la mitad de su vida, de estar cerca pese a la distancia, aunque dejemos de vernos por meses nunca hay reencuentros porque en nuestra historia solamente existe la continuidad eterna del auténtico sentir de amigas. Ahí estamos cualquier día que la llame, en cualquier momento que me busque, en todo instante que nos necesitemos.

Otra gran pasión que ella me ha contagiado es la radio, ha producido y participado en infinidad de emisiones culturales. Fue productora de mi programa de radio cuando llegué a trabajar a la Universidad Autónoma del Estado de Hidalgo, creamos cada sección, me enseñó a modular la voz, a no tenerle miedo al micrófono, a enamorarme de ese escenario de sonidos, voces y hasta silencios. Por eso ha sido integrante del Consejo Ciudadano de la Radio Ciudadana del IMER, representando a la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC), (2016 – 2017) y es presidenta del Consejo Ciudadano de Radio Educación.

Su nombre en tantos libros, sobre todo en algunos que yo he coordinado, aliada por siempre, acepta mis locas invitaciones ya sea para escribir sobre las mujeres de la independencia, la revista Fem -tema de su tesis de doctorado en Estudios Latinoamericanos por la UNAM-, las voces femeninas de la radio o simplemente la fuerza del feminismo en cualquier escenario cotidiano.

Cuando cumplí cincuenta años leyó una hermosa carta que me escribió para un homenaje que otra querida amiga, Noemí Luna García, quiso realizar con verdadera sororidad a quienes cumplíamos cinco décadas de vida en aquel 2002. Lloré tan conmovida al escuchar esas palabras laylianas.

Admiro su entusiasmo para aceptar formar parte de mil proyectos que solamente prometen hacerla sentir bien por ayudar, que representan en lo que cree y por lo que siempre luchará.

Solita y su alma fundó “La Ciudad de las Mujeres”. Traté de recuperar parte de los antecedentes de ese espacio en un capítulo de libro publicado por la UNAM que titulé “Qué Web con el periodismo feminista”, así que escribí:

Layla Sánchez Kuri buscaba de manera insistente un espacio en alguna radio para dar voz a las mujeres. No fue sencillo, por eso, decidió crear otro que fuera independiente, abierto y libre. Recurrió a la web e inventó “La ciudad de las mujeres”, inspirada en la obra de Christine de Pizán. Ambas coinciden que todo centro urbano, que todas las ciudades del mundo, las mujeres han contribuido de manera creativa y talentosa a edificarlas: “La ciudad de las mujeres no es un espacio en particular, se dimensiona como una ciudad sin fronteras, respetuosa de creencias e ideologías por su actitud plural e incluyente; un espacio más allá de los confines del planeta pero con los pies bien puestos en el terreno desde donde denuncia, defiende y proclama a partir de la Razón, la Rectitud y la Justicia, esas tres damas puestas a conversar por Christine de Pizán para desarmar la misoginia y el desprecio patriarcal contra las mujeres y todo lo femenino. Se desarrollarán aquí, la vida y obra de muchas mujeres constructoras de libertad, de amor y de sabiduría. Al igual que lo cita La ciudad de las damas: una ciudad levantada y edificada para todas las mujeres de mérito, las de ayer, hoy y mañana”.

Ante este compromiso, Sánchez Kuri creó en el Facebook “La ciudad de las mujeres”, donde durante las 24 horas sube noticias de todo tipo, invitaciones a todos los eventos, declaraciones o textos relacionados con el feminismo o de testimonios que denuncian sexismo y machismo. Por cierto, siempre reproduce la información de SemMéxico. Cuenta con mil 474 miembros/as. Lo presenta como un espacio para compartir información sobre feminismo. Es así como ella misma busca desde presentaciones de libros, reseñas de cine, noticias del día, entrevistas, canciones, videos y voces, todo lo que tenga que ver con las mujeres. De igual manera, otras exploradoras de este espacio le envían información y el constante intercambio da vida a su grupo de Facebook. La interacción es constante ya sea para agradecer, preguntar o intercambiar ideas. También ha tenido la mala experiencia de recibir opiniones misóginas o alguna grosería, pero ella de inmediato los bloquea y los reporta. La experiencia para Layla Sánchez Kuri es muy satisfactoria y está segura que la posibilidad de compartir tanta información es hoy posible gracias a las redes sociales y todos los espacios digitales existentes en este siglo XXI. Gracias a estos escenarios, aseguro, las mujeres vamos ganando presencia, voz y alianzas.

Qué satisfacción, qué alegría y orgullo ser amiga de Layla Sánchez Kuri, tantas historias compartidas ya sea durante nuestros viajes por muchos lugares de la república mexicana o en las caminatas de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales al metro C.U. Mil experiencias nos unen, desde cantar mientras bebemos un delicioso mezcal al brindar por cada logro hasta abrazarnos por los días de tristeza o felicidad.

Hace unos días fue su cumpleaños, hoy desde este espacio lo celebro, le reitero mi amistad y juro, mirando a esta luna de junio, que Layla Sánchez Kuri es una de las feministas que más quiero y admiro en la vida. Por eso, celebro lo que ella dijo hace unos días:

Traigo un ruido en el corazón y 54 veranos me abrazan

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