ELVIRA HERNÁNDEZ CARBALLIDO (SemMéxico, Pachuca, Hidalgo). Si bien fue editado en 2007, hoy que celebramos a la poesía, nada como releer el libro “Identidad y memoria en las poetas mexicanas del siglo XX” de Gloria Vergara. La autora porque analiza la obra de las mujeres que dedicaron su vida a escribir poemas y además ofrece rasgos biográficos, pero, sobre todo, aproxima con gran sensibilidad al trabajo literario de cada una de ellas. Es así como podemos recuperar a las siguientes:
– CONCHA URQUIZA. Es considerada la poeta místico-erótica. Nació en Michoacán en el año de 1910. Entre sus poemas está “Como la cierva”:
Yo soy como la cierva que en las corrientes brama
Sed y polvo de fuego su lengua paraliza
Y en salvaje carrera, con las astas en llama
Sobre la piedra el casco golpea y se desliza.
– DOLORES CASTRO. Del sonoro silencio, el sentido de la revelación poética es la característica de la segunda poeta abordada, quien, a través de la precisión, la sencillez y el rigor convierte la palabra en el reconocimiento del ser:
Traigo la boca llena
Con el eco del mundo
Con su piel de oveja
Que se amansa y entra
Que dentro se acuesta
Para crecer, hasta quebrantar mi pequeñez.
– ROSARIO CASTELLANOS. Calificada siempre como una mujer de palabras, esta poeta entrañable también es recuperada en este libro y se le rescata en todo su esplendor:
Malhumorada, irónica, levantando los hombros
Como a quien no le importa, yo digo que no sé
Sino que sobrevivo a mínimas tragedias cotidianas:
La uña que se rompe, la mancha en el mantel, el hilo de la media que se va,
El globo que se escapa de las manos de mi hijo.
Contemplo esto y no muero.
– ENRIQUETA OCHOA. Se presenta una “re-visión” poética y se logra demostrar la manera en que ella se ancla en lo cotidiano para mostrar el asombro del mundo a través de la poesía:
Nuestras huellas de ayer
Vienen a vernos
Y se adentran al ser
Y dan voces
Pero sólo un espejo que les finge
Un reloj,
Y un nombre, sin sentido, les contesta.
– ULALUME GONZÁLEZ. Sin duda, una de mis poetas favoritas, que si bien nació en Uruguay en 1932, al cumplir 16 años empezó a radicar en México. Se destaca su obra titulada “Plagio”, en cuya poética la palabra refiere, nombra, borra, converge…
No pienso
Me armo sobre mis piernas
me doy cuenta
me visto
me peino
ordeno para el día las palabras.
– GLORIA GERVITZ. Nació en México en 1943 es otra de las mujeres que abrieron paso a la nueva poesía mexicana y su obra está llena de alusiones al proceso de la memoria, evocar y recordar, nostalgia y melancolía, envuelven a su obra:
Hermana madre no permitas tu separación
¿Oyes mi llanto?
¿Oyes mi llanto que te cubre como una tela?
Rásgala
Rómpeme
Cúbreme con tus cenizas.
– ELVA MACÍAS. Interesada de dialogar con otras culturas a través de su poesía, ella nos aproxima a lugares tan lejanos para México como la China o India:
En el té de jazmín
Dejo mis ojos
En el tazón que humea
Y se apacigua
Dejo mis ojos de mañana
En el aroma de ayer
Que tiene un sorbo
En la porcelana de los días festivos
Dejo absortos mis ojos.
– ELSA CROSS. El instante de los cuerpos en la poética es el título que recupera a esta poeta muy cercana a la mística:
Estoy en donde nada es mío
Tierra de nadie
Donde me detengo
Ni yo me pertenezco
Como el último de los ebrios
Sentados alrededor de la lumbre.
– VERÓNICA VOLKOV. Del infinito a la interioridad, esta poeta mexicana nacida en 1955, medita, canta, agradece, conmueve:
Y hay un mar de caracoles sueño adentro
Junto con sombras y esbozos
Y un bosquejo verde de manzanos
Corren desnudos bajo el cielo de su deseo.
Así es como el libro “Identidad y memoria en las poetas mexicanas del siglo XX”, de la investigadora Gloria Vergara nos permite recuperar a las mujeres que escriben con emoción y sensibilidad para conmovernos y enamorarnos. Que este libro sea el pretexto para empezar a celebrar el día internacional de la poesía, 21 de marzo.
Vergara, Gloria. (2007). Identidad y memoria en las poetas mexicanas del siglo XX, Universidad Iberoamericana, México.