BAD HOMBRES/ Zedillo, ¿a quién le habla?

CARLOS LEÓN

A partir de la aparición del expresidente Zedillo en entrevista para la revista Nexos y Letras Libres, sus dichos han causado gran controversia, al grado de que la presidenta Claudia Sheinbaum ha contestado a Zedillo en diferentes Mañaneras del Pueblo.

Que ha dicho Zedillo

Textualmente: “Cuando la presidenta de la República nos dice que México será el país más democrático, en virtud de esa farsa de elecciones de jueces nombrados por el gobierno y posiblemente por el crimen organizado, pues no lo quiero tomar como burla, pero yo diría que es al menos cuestionable”.  El expresidente afirmó que la reforma judicial propuesta por el expresidente Andrés Manuel López Obrador “es una farsa”, es un engaño al pueblo de México”. Dijo incluso que la democracia ya murió en el país. También Zedillo señaló que la mayoría de Morena en el Senado y la Cámara de Diputados es “gravísima” y está creando un “Estado Policial” ya que “decir que el Congreso puede decidir lo que le dé la gana y que el Poder Judicial no puede revisarlo es absolutamente escandaloso, grotesco, antidemocrático”. “Cuando la presidenta nos dice que México está por convertirse en el país más democrático del mundo, tristemente nos está mintiendo a todos los mexicanos”. “van a lamentar con el tiempo, porque ellos, sus hijos, sus familias, lo van a pagar. Lo van a pagar con oportunidades de desarrollo, que no se van a dar, pero lo más grave, con la perdida de libertad, con un abuso de sus derechos fundamentales”.

El sexenio de Ernesto Zedillo

Después del asesinato del candidato priista Luis Donaldo Colosio durante un mitin en Tijuana, el PRI postuló a Ernesto Zedillo como su nuevo candidato. Zedillo ganó con 50.2% de la votación por delante del panista Diego Fernández de Ceballos y del perredista Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Al iniciar su mandato, BANXICO le anunció que las reservas de dólares se estaban agotando, objeto de especulaciones en el mercado cambiario. Así Zedillo aprobó una devaluación del 15% que no fue suficiente por la gran fuga de capitales tras el asesinato de Colosio que totalizaron los 24 mil millones de dólares y el peso perdió el 60% de su valor al final de ese año 1994, creando lo que se conoció como el efecto tequila y situando al sistema financiero mexicano al borde de la quiebra.  El derrumbe fue evitado por un plan de salvamento coordinado por el Fondo Monetario Internacional y por el Tesoro de los Estados Unidos.  Se inyectaron 51 mil millones de dólares a cambio de subir impuestos y las tarifas de los servicios públicos, así como la contención de los salarios por debajo de los nuevos precios. Además del pago en garantía a un banco estadounidense por 7 mil millones de dólares ingresados cada año por ventas petroleras de Pemex. En 1995 México cerró con una recesión económica del -6.9% del PIB y una tasa de inflación del 52%.

Fobaproa

Ante el riesgo inminente de la quiebra de los bancos, cuya cartera vencida se triplicó hasta alcanzar el 44% a inicios de 1995, el gobierno de Zedillo puso en marcha un conjunto de medidas dispuestas a salvar la banca, todas financiadas por el Fondo Bancario de Protección al Ahorro -Fobaproa-. Creado como figura legal en 1990 durante el sexenio de Carlos Salinas de Gortari, se trataba de un fondo de contingencia ante crisis financieras que pusieran en riesgo la solvencia de los bancos, tanto por el incumplimiento de sus deudores como por el retiro masivo de depósitos, con la capacidad para financiar o comprar la cartera de la banca múltiple. En 1998 el gobierno de Zedillo propuso convertir en deuda pública los 552 mil millones de pesos, desembolsados en el rescate de los bancos de 1995. En agosto de 1998, el PRD convocó a una consulta nacional y distintas movilizaciones contra el proyecto gubernamental; sin embargo, en septiembre del mismo año, un acuerdo impulsado por el PRI y el resto de facciones partidistas, excepto el PRD, sacó adelante la iniciativa y los pasivos del Fobaproa finalmente se convirtieron en deuda pública.

Aguas Blancas y Acteal

Durante el sexenio del presidente Zedillo, de 1994 al 2000, se registraron estas dos masacres contra indígenas y campesinos.  El 28 de junio de 1995, algunos miembros de la Organización Campesina de la sierra del Sur (OCSS), se dirigieron a Atoyac de Álvarez, para acudir a una marcha de protesta. Los campesinos iban en dos camiones de carga, el primero fue detenido por un grupo de policías y agentes judiciales del estado. Los hicieron descender y con golpes fueron obligados a acostarse en el suelo. Al llegar el segundo camión los policías hicieron lo mismo con los campesinos, pero justo antes de terminar, policías y agentes judiciales dispararon contra los inermes campesinos. Tras la masacre, se les colocaron armas en las manos de los campesinos muertos. La policía dijo que actuaron en defensa propia. Los hechos ocurrieron a tres kilómetros del poblado de Aguas Blancas, Guerrero; 17 campesinos fueron asesinados y 21 resultaron heridos.  En otro hecho similar, En Acteal fue una incursión paramilitar en el municipio de Chenalhó, en Chiapas, el 22 de diciembre de 1997. Durante la incursión, indígenas Tzotziles de la organización de Las Abejas fueron atacados cuando se encontraban rezando en el interior de una pequeña iglesia cristiana de la localidad. Como resultado del ataque 45 personas murieron, incluidos niños y mujeres embarazadas. El gobierno calificó la masacre como un conflicto étnico entre comunidades, sin embargo, los opositores y grupos defensores de derechos humanos la consideraron como parte de una estrategia del gobierno para desarticular la base social de la localidad de Acteal.

Ferrocarriles Nacionales

Una iniciativa de reforma constitucional en materia de ferrocarriles de 1995, fue promovida por el presidente Ernesto Zedillo y representó un cambio en la gestión.  La iniciativa argumentó la necesidad de la privatización con el fin de modernizar el sistema ferroviario que enfrentaba limitaciones financieras y requería de la participación del sector privado para su desarrollo y eficiencia.  Las concesiones fueron otorgadas principalmente a empresarios nacionales y extranjeros, se planteaba un supuesto beneficio generalizado, que incluiría las finanzas públicas y los usuarios del servicio.  Sin embargo, el discurso oficial no detallaba los costos de la privatización, ni presentaba estadísticas que pudieran corroborar los beneficios anunciados. Empresas como Ferromex, Peñoles, Medios de Comunicación y Transporte de Tijuana, Tribasa y Transportación Ferroviaria Mexicana (TFM), asociada a Kansas City Southern Industries, recibieron concesiones de 20 a 50 años. Dichas concesiones abarcaban el 84% de la red y el 95% del sistema ferroviario nacional a finales de los años 90, extendiéndose sobre 22 mil 130 kilómetros de infraestructura.

Suprema Corte

Durante su mandato, Ernesto Zedillo llevó al cabo una reforma en el sistema judicial del país.  En 1994 se aprobó una modificación constitucional que transformó la estructura de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.  Anteriormente compuesta por 26 ministros, la reforma los redujo a 11. Este ajuste tuvo como finalidad “optimizar el rendimiento del supremo tribunal, así como asegurar la independencia y parcialidad del Poder Judicial”. Como parte de la reestructuración, la reforma incluyó la creación del Consejo de la Judicatura, la incorporación de nuevos recursos legales y la jubilación inmediata de todos los ministros en función hasta esa fecha. El Congreso tuvo un papel preponderante aprobando las modificaciones propuestas por Zedillo.  Destacados juristas han analizado estos eventos, incluso sugiriendo que la acción podría considerarse un “golpe de Estado” dentro del marco legal, dada la magnitud de la intervención en el poder judicial.

Zedillo ¿a quién le habla?

Ernesto Zedillo es actualmente director del Centro de Estudios sobre la Globalización en la Universidad de Yale. A ellos les habla, donde el expresidente tiene peso. También forma parte de la junta directiva del Diálogo interamericano y de Citigroup. Este último fue apoyado con el Fobaproa cuando estaba asociado con Banamex. Al terminar su mandato participó en el consejo ejecutivo de algunas empresas norteamericanas entre las que destacan: Procter and Gamble, -a las grandes empresas les habla- y Union Pacific, esta última concesionaria de la compañía Ferromex antes (Ferrocarriles Nacionales de México), privatizados durante su mandato. Ernesto Zedillo tiene una educación económica, con una ideología neoliberal, estudió su doctorado en economía en la Universidad de Yale en Estados Unidos. Su mandato fue para apoyar a grupos privilegiados y el ejemplo más claro es el Fobaproa. Zedillo regresa a la palestra mexicana en entrevista para la revista Nexos cuyo director es Héctor Aguilar Camín y para Letras Libres es Enrique Krauze, dos grandes opositores del actual y anterior gobierno de la 4T. Zedillo les habla a los grupos de poder, a los empresarios, a quienes en su gobierno avisó para que sacaran su dinero antes de que estallara la crisis. -el error de diciembre- y -el efecto tequila-. Les habla a los periodistas que estuvieron y lo apoyaron en su sexenio y que ahora lo arropan en sus programas. En general les habla a los opositores del actual gobierno. Pero sobre todo a los dueños del dinero, quienes tienen la última palabra para invertir en el país. a aquellos que tienen dudas sobre su situación con la reforma al Poder Judicial. En general les habla a quienes si pueden influir y ejercer presión sobre el actual gobierno.  Les habla a quiénes pueden descarrilar la economía del país. Solo a ellos les habla, porque en México, además de que la presidenta tiene más del 80% de aprobación, cada dicho por Zedillo, es fácilmente refutado y la presidente Claudia Sheinbaum lo está haciendo, exhibiendo la actuación en su sexenio.  La mentira es como la espuma: crece, pero se desvanece. La verdad puede ocultarse, pero no extinguirse.

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